lunes, 16 de mayo de 2011

La primera vez: el sutil equilibrio entre diálogo y privacidad



Recordar cómo fue la primera vez, para los que tenemos un recorrido de vida sexual, puede ser un suceso placentero o, por el contrario, cargado de angustia. Ahí estaban los miedos mezclados con las ganas de juntar los cuerpos en un frenesí inolvidable. Hoy sabemos que mucho no hay que esperar para estar sexualmente con la persona deseada.
Después de unos días de conquista se hace difícil frenar el deseo erótico. Y hasta las parejas más conservadoras y religiosas sucumben ante la tentación, ocultándose de los padres y de las rígidas normativas, para dar cuenta de su humanidad. Porque el deseo sexual se instala allí, en el centro de nuestra existencia, convirtiéndose en una fuerza que nos conecta con nosotros mismos y con los demás.
Es probable que antes de tomar contacto con el otro hayamos pasado por experiencias sexuales autoeróticas que nos han ayudado a conocer el cuerpo, los puntos erógenos y la infinidad de sensaciones placenteras. Los jóvenes, tanto varones como mujeres, quieren probar sus capacidades amatorias, saberse seductores, descubrirse y, por qué no, compartir las experiencias con sus grupos de pares. Sin embargo, existen diferencias en la forma de encarar los comienzos de la vida amorosa. Los varones se volvieron más temerosos, se subestiman, creen que deben complacer a las parejas, ignorando que toda relación se construye de a dos. Por otro lado, las chicas esconden sus miedos bajo una apariencia de seguridad, seducción y confianza en sus cuerpos vigorosos, reproduciendo los modelos que los medios de comunicación imprimen en la subjetividad femenina, aún desde muy pequeñas.

Aprender a comunicar
Sabemos que la primera vez se acompaña de infinidad de dudas: ¿podré?, ¿qué voy a hacer en la cama?, ¿me sentiré bien?, ¿tendré los cuidados necesarios?, ¿qué pensará él/ella de mí?, ¿cómo me sentiré después?, ¿será la primera y la última?, ¿me llamará después?, ¿qué hago si me duele?, ¿qué hago si no se me para, o si se baja?, ¿qué hago si eyaculo antes?, ¿seguiremos haciéndolo si el himen sangra?... Muchas preguntas para tan importante momento.  Aprender a comunicar lo que nos pasa, las expectativas, las dudas, las ganas y los sentimientos es una manera de disipar temores, de conocer al otro y de disponernos con menos tapujos a la relación.
Muchas veces, la primera vez ocurre en el cuarto, con los padres atentos, girando alrededor. La urgencia predispone a que los chicos no usen condones, penetren sin juego previo, eyaculen rápido; las chicas no llegan a lubricarse, el coito se vuelve doloroso, sienten que todo ha sido fugaz, sin placer.  Pero, por sobre todas las cosas, ambos han perdido la oportunidad de disfrutar plenamente de una experiencia única.
Los padres saben que la “encerrona” en el cuarto significa “franeleo” y contacto erótico. La casa no se vulnera o se pierde el respeto porque los chicos tengan sexo. La casa se vulnera por la ignorancia, los tabúes, la violencia doméstica, la sumisión de la mujer, la represión de las fuerzas vitales con la que todo ser humano cuenta para ser feliz.  

Dr. Walter Ghedin. Médico Psiquiatra. Sexólogo.

¿Estás de acuerdo? ¿Está bien que los hijos tengan sexo en la casa de los padres? ¿Cómo evitar invasiones de un lado y del otro?

La importancia del debut sexual

El inicio sexual en los adolescentes genera interrogantes, miedos y ansiedades, tanto para sus padres como para los jóvenes. Las y los adolescentes de la Argentina se inician sexualmente entre los 14 y 15 años. Se estima que en nuestro país hay aproximadamente 900.000 madres adolescentes. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el 20% de los nacimientos son de madres adolescentes.
En aquellas familias en las que se desarrolló siempre un canal de diálogo y respeto sobre los temas de la sexualidad, transmitiendo tanto información sobre cuidados de la salud como valores familiares y el respeto por la intimidad y las decisiones personales, estos jóvenes llegan más preparados a su primera vez, tanto al decidir cuándo iniciarse como para adquirir y utilizar formas de cuidado efectivo para prevenir embarazos no planificados e infecciones de transmisión sexual.
En algunos países europeos ha quedado demostrado que aquellos adolescentes que recibieron educación sexual en cada etapa de su desarrollo emocional y biológico, conocen y acceden a métodos anticonceptivos y retardan su inicio sexual. Estos jóvenes tienen menos curiosidad y menos necesidad de transgredir "mandatos" inculcados rígidamente. Cuando los adolescentes reciben educación sexual desde las familias y en la escuela y acceden a los métodos anticonceptivos están en mejores condiciones para decidir, de manera libre y autónoma, cómo y cuándo debutar sexualmente. Estos jóvenes son menos proclives a actuar por "contagio o imitación" de sus pares y/o por oposición a sus padres.

Hay leyes que fueron creadas para que ejerzas tus derechos sexuales y reproductivos:

* La ley de Salud Sexual y Procreación Responsable (Ley Nacional 25673), del año 2003.
A partir de los 14 años cualquier adolescente mujer o varón pueden concurrir sin la compañía de un mayor de edad a un hospital público, centro de salud o a su obra social y allí ser atendidos/as y asesorados en salud sexual, en todo el país. Tienen derecho a recibir un método anticonceptivo seguro y efectivo y regresar cuantas veces necesiten tanto para sus controles médicos como para retirar el método con el que se estén cuidando. La ley incluye la entrega de anticoncepción de emergencia.

* Ley de Educación Sexual Integral (Ley Nacional 26150), del año 2006.
Las y los adolescentes tienen derecho a recibir educación sexual integral desde los primeros años de escolaridad. "Todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal. A los efectos de esta ley, entiéndase como educación sexual integral la que articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos".

¿Estás por vivir tu primera vez? Algunas sugerencias

*  Antes de la primera vez es importante que hayas elegido la manera de cuidarte. La Organización Mundial de la Salud sugiere para los adolescentes las pastillas anticonceptivas, que son efectivas en un 99.9%, que no te van a engordar ni llenar de pelos, junto con el preservativo que es el único método que te protege de las infecciones de transmisión sexual.
*  Antes de dejar de utilizar el preservativo, es recomendable que los integrantes de la pareja se chequéen las infecciones de transmisión sexual y no vuelvan a tener relaciones con otras personas sin preservativo.
*  Animate a ir al médico. Sin necesidad de revisarte, podrá sugerirte un método, explicarte cómo utilizarlo y entregártelo gratuitamente.
*  Recordá que en la primera vez se puede quedar embarazada y también contagiarse una infección.
*  No te dejes apurar por nada ni nadie. No es más "popular" ni maduro quien ya tiene relaciones sexuales. La seguridad, la decisión y el deseo siempre deben partir de vos. Nadie tiene derecho a decidir sobre tu cuerpo y tu sexualidad. Todo debe suceder siempre en un marco de libertad, autonomía y cuidado, así podrás sentir. explorar y experimentar con tu cuerpo, diseñando el camino para una sexualidad futura saludable.
*  No es cierto que los varones tengan más necesidad que las mujeres para tener relaciones sexuales. Esto es algo inculcado desde la sociedad.
*  Si bien varones y mujeres somos diferentes biológicamente no lo somos en cuanto a nuestros derechos y obligaciones. Las mujeres también tienen derecho a tener relaciones por placer, y ambos deben estar seguros y comprometidos en cómo, cuándo y con quién prefieren tener su primera vez.
*  Los varones también pueden elegir con quién hacerlo y cuándo sin necesidad de iniciarse sólo para demostrar su virilidad.
*  Tener relaciones sexuales con personas del mismo sexo, especialmente durante la adolescencia, no define la identidad sexual futura de la persona. Esta identidad se construye y se logra, a veces, luego de algunas idas y vueltas con el mismo sexo.
* Si tenés dudas, no lo hagas, esperá. Si la persona que está con vos te quiere, también podrá esperarte. Las relaciones sexuales deben ser decididas en libertad y sin ningún tipo de presión ni coerción.
*  Si tu popularidad depende de tener o no relaciones sexuales, pensá qué otras cosas te pueden estar pasando. Si no te sentís bien o estás triste y confundida/o, o te sentís solo/a, buscá con quien hablar, alguien de tu confianza que pueda escucharte y aconsejarte (tu mamá, tu papá, un familiar, amigos/as). También podés tener una entrevista con un/a psicólogo/a para ayudarte a descubrir qué te está pasando y explorar tus deseos y motivaciones.
*  No te asustes ni te encierres, pedí ayuda. Otra mirada puede ser de mucha utilidad.
Lic. Andrea Gómez, psicóloga, psicoanalista y sexóloga
entremujeres.com

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