lunes, 6 de diciembre de 2010

Cómo soportar el desempleo sin deprimirse

El suicidio de un padre de familia que, tras haber sido desahuciado, decidió ahorcarse la semana pasada en un parque de Barcelona, es de esas gotas que colman el vaso. Aunque, afortunadamente, casos tan extremos como éste son los menos, sí que ponen en evidencia el tremendo impacto que tiene la actual crisis económica no sólo en los bolsillos de los ciudadanos sino también sobre su salud mental.
"Los estudios observacionales indican que las personas desempleadas cuentan con un riesgo de suicidio entre dos y tres veces mayor", indica un documento publicado el año pasado en 'The British Medical Journal'. Sin embargo, esta relación, como aclara José Luis Ayuso, catedrático de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid, "no es directa", depende de factores como la personalidad (con su influencia genética y ambiental) y la cobertura social de cada país.
"En Psicología, cualquier pérdida (como la del trabajo) conlleva un duelo. Ante esto, hay personas que desarrollan trastornos adaptativos (no tanto patológicos) como ansiedad, estrés o depresión", declara Iñaki Eguiluz, jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital de Cruces (Bilbao). Estos síntomas son los más comunes y muy pocas veces son sinónimo de suicidio. "Los casos más extremos van acompañados de trastornos de la personalidad previos, que no habían dado la cara hasta entonces, o de un cuadro clínico de depresión. Además, suelen ser personas que no toleran la frustración que les provoca esta situación de crisis", aclara este profesor de la Universidad del País Vasco.
Junto con las características personales, las estructuras sociales en las que se mueve cada sujeto marcan mucho su comportamiento. Como explica el doctor Ayuso, que también es miembro del Instituto de Investigaciones Sanitarias del Hospital de la Princesa (Madrid), para afrontar la crisis son esenciales "los programas de protección, que ayudan al desempleo o que intentan favorecer la incorporación al trabajo". La existencia de una cobertura sanitaria universal también resulta básica. Pero es algo que no ocurre en todos los países, como es el caso de Estados Unidos, donde a la tragedia de quedarse en paro se suma la de perder el seguro médico.

Consejos

Ante una situación de estrés, como lo es perder el trabajo, Eguiluz aconseja mantener la serenidad, ya que "como todo duelo, se puede salir, y hay que hacerlo".
Por si eso no fuera suficiente, en España juega a nuestro favor la alta sociabilidad que nos caracteriza. Las relaciones personales o los vínculos familiares –cada vez más debilitados, todo sea dicho– pueden ayudar. Lo contrario sucede con el aislamiento, que agudiza la sensación de soledad. "Llevar una vida ordenada y contar con la familia o los amigos son factores muy estabilizadores", recalca el psiquiatra vasco.
Dentro de estas estructuras sociales, la religión también puede cumplir un papel protector, "al promover creencias que reafirman la vida", según los autores de un estudio aparecido en 'Social Psychiatry and Psychiatric Epidemiology'. Todo ello, sin olvidar el apoyo profesional.
"La gente no suele buscar este tipo de ayuda. Casi el 50% de las personas con depresión está sin diagnosticar", matiza José Luis Ayuso.
elmundo.es

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