domingo, 11 de diciembre de 2011

TANCREDI: El principito para las nuevas generaciones


LONDRES.- Para una generación, el nombre Tancredi retrotrae a una ópera de Rossini. Para otra es un muy joven Alain Delon en El Gatopardo, de Visconti, basado en el libro de Giuseppe Tomasi Di Lampedusa. Mucho más atrás en el tiempo, es un legendario rey de Sicilia. Pero si James Palumbo se sale con la suya, ahora el libro Tancredi será conocido como El Principito de las nuevas generaciones. Y James Palumbo suele salirse con la suya.
Hijo del gran coleccionista de arte lord Palumbo, después de una educación en Eton y Oxford y un oído entrenado para los conciertos clásicos en el palacete familiar, saltó a la fama al convertir a un destartalado garaje en The Ministry of Sound, la catedral mundial de la música tecno.
Antes ya había demostrado su particular personalidad al escaparse de casa y llevarse sólo un tapiz... de Flandes, que usaba para enrollarse y dormir en la calle hasta que hizo el dinero propio para conseguir techo. En Eton había causado controversia por su espíritu justiciero. Aprovechando que hasta los profesores le temían, denunció y logró acabar con la centenaria costumbre del fagging, por la cual los alumnos nuevos debían oficiar casi de esclavos de los mayores. Y su primer trabajo fue en Los Angeles, donde aprovechando su distinguido acento y modales impecables, se ofrecía a cambio de plata como mayordomo para los nuevos ricos de Hollywood.
Cuando parecía que no le quedaba mucho por hacer (la lista de actividades insólitas para alguien de su alcurnia sigue), Palumbo decidió volcarse a la pluma. Tras el éxito de su primer libro (Tomas) en medios como el Times Literary Supplement, acaba de lanzar Tancredi, una pequeña historia ilustrada sobre un jovencito que sueña con un mundo distinto, escrita de manera violentamente ácida a la vez que poética. Evidentemente, a pocos dejó indiferentes, pero, por las dudas, Palumbo ya empapeló las paredes de Londres con carteles en los que se lee sólo Tancredi sin ningún otro texto ni ilustración, para ponerlo en boca de todos. Esto trajo un pequeño efecto colateral: hizo que la llegada a Gran Bretaña de esta redactora con su bebe, llamado justamente Tancredi, se sintiera como una bienvenida pública..
lanacion.com

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