sábado, 10 de diciembre de 2011

Sexo casual: cómo vencer los prejuicios y animarse a disfrutar


Quien piensa que no se puede disfrutar de las relaciones sexuales cuando no se tiene pareja estable, está equivocado. El sexo casual es un fenómeno cada vez más común entre jóvenes y adultos que hacen de la soltería su isla en el paraíso, pero también de aquellos que están solos y buscan al amor de sus vidas.
“Sexo casual significa tener relaciones sexuales con la persona que deseo, aun cuando no la conozca, en ese momento. Pero tengo que tener la suerte de que esa persona me preste atención y quiera lo mismo”, explica León Roberto Gindin, sexólogo y profesor de Sexualidad y Salud en la Universidad Abierta Interamericana.
Este tipo de relaciones pueden darse a la salida de un boliche, en un after office, en una fiesta, en un bar o en cualquier otro ámbito oportuno para el encuentro de dos personas que deseen terminar la noche en la cama. Es apto para aquellos que huyen del compromiso y, aunque parezca una contradicción, también para los que desean enamorarse. También llamado sexo ocasional, puede incluir una noche romántica con una cena a la luz de las velas o encuentros con el otro solo con el objetivo de tener sexo.
De acuerdo a las concepciones culturales, sociales, religiosas y a la personalidad de cada uno, hay quienes puedan necesitar varios encuentros para intimar, y quienes deseen tener relaciones sexuales con solo una mirada. Si bien “hay distintos tipos de masturbación y distintas prácticas autoestimulantes que muchas personas practican”, explica Gindin, la situación cambia cuando hay un otro que nos desea y nos mima, que nos halaga y nos sube la autoestima.
“Hay personas que pueden pasar mucho tiempo sin tener sexo, otras que necesitan la descarga orgásmica y otras que sienten la necesidad biológica, como comer”, expone la ginecóloga y sexóloga Silvina Valente.
Este tipo de encuentros no suelen repetirse con la misma persona –a menos que se haya establecido claramente este tipo de relación– e implica tener encuentros sexuales esporádicos y sin compromisos. Si bien muchos de esos encuentros que empiezan siendo casuales terminan en enamoramiento, a la hora de encarar esta modalidad hay que tener en claro que se trata de una situación única. “Muchas personas que buscan pareja estable terminan consiguiéndola con el sexo casual”, agrega Gindin. “Pero si el pacto establecido fue el del sexo casual, entonces hay que blanquear el enamoramiento y decidir cómo sigue la relación”, agrega Valente.
Hay que tener verdadero deseo para disfrutar del sexo sin compromiso y respeto por uno mismo y por el otro. Que no conozcamos bien a la otra persona no significa que no podamos disfrutar del encuentro en forma amena, pero tampoco que hagamos cosas que no deseamos o que experimentemos sin el consentimiento del otro. La clave está en no reprimirse, mantener los cuidados adecuados, disfrutar de la libertad y no enamorarse de más pero tampoco ceder por presiones sociales.
“Para una relación casual, dos personas tienen que estar convencidas de que quieren eso y que no tienen un interés sentimental por el otro. Entre los códigos que implica esta relación, el no compromiso es clave así como el consenso entre ambos”, exhibe Valente.
Sólo hay que abrir las puertas a esta nueva modalidad de relacionarse y sacarse los prejuicios de encima. Si se trata de una noche de amor para disfrutar, bienvenida sea.

Las claves

Este tipo de relaciones implica que las dos personas estén convencidas de que se verán en forma esporádica para tener sexo. Por eso hay pautas, dicen los terapeutas, que se deben tener bien en claro para disfrutar del momento, no sentir culpas ni angustias después.
Respetar los códigos establecidos por ambos.
Tener una comunicación fluída sobre los deseos y necesidades en cada momento.
Disfrutar de la escena para no sentirse amargados y mal cuando todo haya terminado.
Dejar de lado la culpa y aprender que se trata de una relación sin compromisos.
No frustrarse si acuerdan verse y alguno de los dos debió cambiar la cita.
Ser sinceros si empiezan a despertarse otros sentimientos como el enamoramiento ya que pueden querer cosas distintas.
Disfrutar del sexo por placer.
Liberarse de los prejuicios y presiones sociales.
Actuar por deseo.
Divertirse cuando están juntos y explorar fantasías nuevas, pero también divertirse cuando el otro no está.
Disfrutar del estado de ánimo que dan las relaciones sexuales, aún cuando son casuales.
clarin.com

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