A Carla la obsesionan los gérmenes. Su ritual diario consiste en trapear los pisos de su casa una y otra vez con lavandina. A Raúl, en cambio, le preocupa al extremo el orden, la simetría y la exactitud. Gran parte de su rutina cotidiana se basa en acomodar –por ejemplo– su escritorio de trabajo. Raúl y Carla son dos de las 800.000 personas que padecen un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) en nuestro país. Es un problema que afecta a niños, adolescentes y adultos y que, por lo general, comienza de una manera sencilla hasta paralizar por completo a la persona; inclusive puede llegar a complicar a todo su entorno familiar.
“Es infinita la serie de amenazas que pueden surgirle a una persona que padece TOC”, explica Pedro Horvat, médico especialista en psiquiatría y psicoanálisis y miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA). Horvat añade: “Es un trastorno en el cual un impulso se apodera de la persona, que de inmediato tiene que hacer algo porque siente que si no lo anula, algo muy grave puede ocurrir. Hay un montón de teorías acerca de las causas que lo originan. Van desde la genética a alteraciones de transmisores neuroquímicos. Aunque, seguramente, la verdad está en el medio”.
Despegarse de las obsesiones es difícil. “Las personas intentan apartarlas, pero no lo logran. Se trata de un trastorno que impide el desarrollo de una vida cotidiana normal, ya que insume mucho tiempo del día y energía psíquica”, detalla Liliana Novaro, médica psicoanalista y psiquiatra de la Asociación Psiquiátrica Argentina. ¿Cuál es el ADN del TOC? “Tiene obsesiones y compulsiones. Uno puede tener obsesiones y no tener un TOC”, cuenta Juan Cristóbal Tenconi, psicoanalista de la APA y psiquiatra, presidente del Capítulo de Psiquiatría de Interconsulta y Psiquiatría de enlace de la Asociación de Psiquiatras de la Argentina. “La compulsión es un movimiento, un acto motor, que realizás para evitar tener la obsesión”, grafica Tenconi. Y sobre la naturaleza del TOC agrega: “Es un trastorno grave, no livianito. La persona que lo tiene la pasa realmente mal. Pierde gran parte del día en hacer rituales o está carburando todo el tiempo la obsesión”.
Para desterrarlo, los especialistas recomiendan un tratamiento combinado con psicofármacos y terapia. Depende de la gravedad del entorno, de las sugerencias de los profesionales y hasta de la preferencia del paciente, pero existen varios tipos de psicoterapias que abordan el trastorno. El tratamiento debe extenderse hasta que la persona restablezca una vida normal con capacidad afectiva, de disfrutar, de trabajar. “Muchas veces, las personas interrumpen los tratamientos cuando se sienten bien, pero es prematuro porque la mejoría no se encuentra aún consolidada”, agrega Liliana Novaro.
Más allá del tratamiento, los expertos dicen que reducir el nivel de ansiedad también contribuye para ayudar a la persona afectada. Los ejercicios de relajación, meditación, respiración o de gimnasia como la natación favorecen para disminuir el grado de ansiedad, permitiendo controlar nuestra mente y proporcionando un estado de tranquilidad y descanso físico y mental.
Claves
* Estos son algunos tips que sugieren los especialistas para reconocer si una persona padece trastornos obsesivo-compulsivos.
* Suele presentarse una idea desagradable sucesivamente por diversas razones que se le impone en la mente a la persona y le causa malestar (obsesión).
* Hay algún acto o pensamiento que es precedido por una fuerza mental interna o una obsesión apremiante que genera angustia y lucha interna (compulsión).
* Ese acto (compulsión) suele ser reiterado, ocupar mucho tiempo, ser rígido y sin sentido aparente para un observador. Al realizarlo, disminuye la angustia.
* No hay consumo de sustancias, otro cuadro psiquiátrico o problemas médicos que puedan justificar el cuadro.
* Si estas premisas son afirmativas (sobre todo las tres primeras, ya que la cuarta no la puede evaluar directamente el sujeto involucrado) es probable estar en presencia de un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).
El diagnóstico se subió a escena
La obra teatral “TOC TOC”, del autor francés Laurent Baffie –que deja al desnudo la historia de seis personajes que padecen trastornos obsesivo-compulsivos (TOC) mientras se encuentran en la sala de espera de un psiquiatra con el fin de solucionar sus problemas– disparó la consulta en los consultorios. Según especialistas, en realidad son los diagnósticos rotan y se van poniendo “de moda” con el paso de los años. Hace unos años, sin ir más lejos, los ataques de pánico o los cuadros bipolares estaban en voga. “Se ponen de moda por razones que van desde un descubrimiento medico, al interés de los medios y de los laboratorios. Lo cierto es que hay un interés general creciente por lo que son trastornos emocionales. Lo importante es que el diagnóstico sea hecho por un especialista porque muchos suponen que si son más ordenadas que su vecino tienen un toc. Y esto no es así. Todos en algún punto tenemos síntomas”, agrega Horvat.
clarin.com
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