lunes, 5 de diciembre de 2011

Llega el verano y aumentan los cuidados para la piel de los chicos

PRECAUCIONES. EL 80% DE LA RADIACION SOLAR QUE RECIBIMOS NOS LLEGA EN LOS PRIMEROS 18 AÑOS DE VIDA.
Para los niños, el verano es sinónimo de colonia, agua y sol, pero para que no se transforme también en equivalente de consecuencias indeseables, como las quemaduras solares, es necesario tomar algunas precauciones.
La niñez y la adolescencia son dos etapas fundamentales para el cuidado de la piel. “El 80% de la radiación solar que un individuo recibe en su vida, la recibe en sus primeros 18 años –explica José Massimo, jefe de Dermatología Pediátrica del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez–. Y si en esos primeros 18 años una persona sufre cinco quemaduras solares, tendrá buenas chances de desarrollar algún tipo de cáncer cutáneo en su vida adulta”.
El protector solar es un aliado para disfrutar del aire libre, pero se deben considerar algunas cuestiones para que su uso sea eficaz. Es necesario invertir en buenas marcas y estar atento a la fecha de vencimiento. Otra clave es elegir productos indicados especialmente para niños, aunque “no existe una crema que sea totalmente hipoalergénica”, señala Jorge Laffargue, médico dermatólogo del Hospital de Pediatría Pedro de Elizalde. “Los niños son más proclives a desarrollar efectos de irritación, por tal motivo la elección de una crema protectora solar debe ser realizada por el pediatra o dermatólogo”, aconseja.
Además, se debe tener en cuenta la capacidad de adherencia del protector. “La idea es que permanezca en la piel. Las presentaciones en aerosol, por ejemplo, se evaporan y toman menos contacto”, señala Massimo. En cuanto al nivel de protección, el doctor sugiere un factor 30, siempre que sea de buena calidad, ya que “brinda un porcentaje de protección equivalente al 97%. Por encima de 30 la protección aumenta sólo un 3%, por eso no tiene sentido pagar carísimo un factor 50 o 60”. Por otra parte, cuanto más alto es el factor las posibilidades de desarrollar alergia se incrementan debido a que aumenta la concentración del foto protector.
La pantalla solar debería ser una compañía de todo el año. Muchos niños y adolescentes practican deporte al rayo del sol sin protección. “El cáncer de piel se da en su mayoría en la cara”, apunta Massimo. Por eso es importante aplicarlo en todo el rostro, incluso en lugares menos visibles como la nuca y las orejas. Y existen otros recursos para ganarle la batalla al sol. “La ropa de trama cerrada y el uso de gorros con buena ala son fundamentales para proteger a los niños”, indica Laffargue. Sin embargo, no hay que confiar exclusivamente en estas herramientas: dejar a los niños debajo de la sombrilla no resuelve la cuestión “porque los rayos de sol rebotan en la arena”, explica Massimo. En ese sentido, la superficie que mejor absorbe la radiación solar es el pasto.
Más allá de los cuidados paliativos, los profesionales abogan por un cambio de paradigma en cuanto al sol. Para Laffargue “no se trata de aplicar una crema en especial, sino de una conducta que lleve al cuidado de la piel de toda la familia, entre ellos la de los niños”, mientras que para Massimo hay que cambiar esa costumbre de “tomar sol”: “La idea es disfrutar de actividades como juegos y baños en el mar”.

Hongos, piojos y moluscos

El verano es temporada alta para los hongos, la pediculosis y los moluscos. Esas son las afecciones más comunes que experimentan los chicos que asisten a piletas. Los moluscos son producto de una virosis localizada que se contagia por contacto directo e indirecto, por lo tanto no se puede hacer nada para prevenirlo más que estar alerta a lo que suceda en el grupo social del niño.
Las piletas de natación y los areneros son los lugares favoritos de los piojos. Para evitar el contagio se sugiere utilizar gorras de baño en los natatorios y no apoyar en forma directa la cabeza en la arena. Los hongos precisan calor y humedad, por eso si el pie está seco y ventilado no prospera. El hongo conocido como pie de atleta se contagia en piletas, vestuarios y con el intercambio de calzado. Por eso, ducharse con ojotas es una buena práctica para prevenirlo. Algo muy importante es que los niños “deben usar cremas fungicidas recetadas por su pediatra o su dermatólogo pediátrico. No hay que comprarlas en góndolas sin receta”, señala el doctor Jorge Laffargue.
En los chicos, para esta época son frecuentes también los sarpullidos generados por el calor. “La termoregulación de los bebés no funciona tan bien como la de los adultos, por eso hay que mantenerlos frescos y ventilados”, indica Massimo. Para prevenir la sudamina, tal es el término médico de esta afección, se puede aplicar talco para que absorba la transpiración y, en caso de que no mejore, el dermatólogo pediátrico puede indicar pasta secante para tratar el problema.
clarin.com

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