miércoles, 26 de mayo de 2010

"Narcoabuelas", nueva vía de la droga

El día en que fue detenida en su casa de Lanús, a la vuelta de un asentamiento conocido como El Morro, Beatriz Rivas, de 71 años, estaba preparando envoltorios de cocaína para vender en el barrio. La Policía le secuestró 20 paquetes de droga listos para vender y una tiza escondida en la ropa. Rivas fue arrestada junto a su hijo Luis, pero cuando declaró ante la fiscalía se hizo cargo de todo y los dos quedaron en libertad.
Rivas tenía una condena anterior a cuatro años de cárcel dictada por la Justicia Federal y hacía uno que había vuelto a la calle con el beneficio de la libertad condicional. Como tiene más de 70 años, la Justicia le otorgó la prisión morigerada y Rivas retomó el negocio que la había llevado a la cárcel.
Ella es una de las cinco mujeres mayores de 60 años que fueron arrestadas en la provincia de Buenos Aires en las últimas dos semanas por venta de droga al menudeo.
Desde la Justicia de Lomas de Zamora aseguran que la mitad de los imputados en casos de narcotráfico son mujeres, a diferencia de lo que ocurre con otros delitos -como homicidios o robos a mano armada- en los que la participación femenina es mucho menor. Un panorama similar tienen en la Justicia de San Isidro.
En los últimos dos meses, en jurisdicción de Lomas de Zamora hubo al menos 15 mujeres en edad de jubilación arrestadas por drogas.
Desde la Policía bonaerense detallaron que se trata de una tendencia en aumento, apoyada en el "arrastre" de una cifra cada vez mayor de mujeres detenidas en causas de narcotráfico en general.
Según los datos oficiales, entre enero y abril de 2009 hubo 647 mujeres arrestadas por droga en la Provincia. Este año, la cifra para ese mismo cuatrimestre pasó a 836. Es decir, un 29% más que el año pasado.
Las mujeres mayores de 60 no necesariamente son cabecillas de redes de venta, sino que entran al negocio "heredando" la actividad de algún familiar, o forzadas por otras circunstancias.
Una situación habitual es que sus maridos o hijos ya están presos por delitos de drogas y ellas ocupan el espacio vacante para el doble objetivo de seguir subsistiendo con una actividad que está en marcha y, a la vez, mantener a "los clientes" para cuando vuelvan los demás miembros de la familia.
"Es plata fácil. La droga puede venderse en cualquier casa y sin necesidad de un equipamiento importante", dijeron fuentes judiciales.
"Por lo general es gente que vive en muy malas condiciones, en villas o asentamientos, con graves problemas de salud y sin ningún tipo de asistencia. Si no es por la edad, es por la salud, pero siempre quedan libres. Y a los narcos no les importa. Entregan la droga a cualquiera, sin importarle si después cae preso", detalló Marcelo Domínguez, titular de la Fiscalía N° 21 de Lomas de Zamora, especializada en temas de droga.
Claudio Scapolán, titular de la Fiscalía de Investigación de Delitos Complejos de San Isidro, detalló que un 10 por ciento de los detenidos por narcotráfico en su jurisdicción en lo que va de 2010 son mujeres de entre 50 y 60 años. Y coincidió: "La mayoría de los casos se da en villas y son mujeres generalmente sospechadas de vender al menudeo y de manera particular, que compran droga en una cantidad considerable para luego meterla en el barrio".
El jefe de la Superintendencia de Investigaciones de Tráfico de Drogas Ilícitas de la Policía Bonaerense, Claudio Fernández, detalló: "La presencia de personas mayores en esta actividad es más bien una excepción". Y dijo que las últimas detenciones en la Provincia -mujeres en esa franja de edad- fueron "circunstancias". En su visión, no parece considerar que haya una tendencia tan marcada.
Sin embargo, aclaró: "Es sí un delito en el que caen presas más mujeres que en otros. Gente que en general se dedica al menudeo. Para ellas es un medio de vida y generalmente se da en sectores de clase media baja".
Para Fernández, "hace 40 años, el que no tenía trabajo y vivía en la pobreza se ponía a levantar quiniela. Hoy vende droga en su casa. La tendencia está más vinculada a la posibilidad de hacer dinero rápido, a la manutención propia y no necesariamente a la posibilidad cierta de enriquecerse. Es una nueva manera de levantar quiniela", completó.

Un delivery que abastecía a los adictos en Solano
El frente de la casa es una pared alta y de ladrillos, con un gran portón negro que no deja ver más allá. Un cartel apoyado sobre un árbol que muerde apenas la calle de tierra promociona la venta de cerveza y gaseosas, pero el ventanal que hacía de despacho está clausurado con una reja. Según fuentes del caso, todo eso no era más que una fachada. Hace ocho meses, la Policía de Almirante Brown había comenzado un seguimiento de los movimientos que había alrededor de la casa, luego de recibir varios llamados al 911 denunciando que allí había un "delivery" de droga.
"En un principio se hizo bastante complicado. Empezamos a ver que salían y entraban motos y bicicletas todo el tiempo. Tuvimos que hacer fotos, pero la mujer tenía un sistema de centinelas en cada esquina, que le avisaban si veían gente extraña o si llegaba la Policía", contó a Clarín Sergio Gómez, titular del destacamento de San Francisco Solano, en jurisdicción de la Policía de Almirante Brown.
El 6 de mayo pasado, a la medianoche, una comisión policial irrumpió con una orden judicial en Primavera al 6.100, una calle de tierra rodeada de casas modestas en el barrio Horizonte de San Francisco Solano.
Los investigadores arrestaron entonces a una jubilada de 78 años, a otras dos mujeres y a 11 varones, algunos de ellos menores. "Pero ella manejaba todo, y en el barrio la conocían como 'La abuela Mottola'". Entre los sospechosos hay cuatro nietos suyos. Todos quedaron señalados por tenencia y venta de drogas.
"La abuela" era Nélida, tucumana, una de las jubiladas que cayeron presas sospechadas de venta de drogas en el conurbano. Parte de los detenidos actuaban como "satélites" o "delivery", encargados de entregar la droga a domicilio. Otros trabajaban como "mulos" y estaban a cargo de la venta o el fraccionamiento de la cocaína.
La banda era conocida como "Los Mottola" y, siempre según la acusación, la abuela la lideraba. No es la primera vez que Nélida -quien le dijo a la Justicia que hace 28 años que vive en la misma casa- cae presa, según ella misma aseguró a los fiscales.
En su casa, una construcción algo desordenada dividida en tres partes en las que se distribuye toda la familia, la Policía secuestró más de 200 gramos de cocaína fraccionada para la venta, un revólver calibre 22, teléfonos celulares, rayadores, dinero, tres motos y una bicicleta que habrían sido usadas para la distribución.
"Yo con la gorra no habló", fue lo único que alcanzó a decir la jubilada a los policías antes de ser trasladada. Había intentado esconder la droga que tenía encima detrás de un ladrillo hueco. La mujer estuvo detenida pero, por ser mayor de 70 años, pudo regresar a su casa casi inmediatamente.
La Policía calcula que "La Mottola" movía cantidades importantes de droga, aunque no hay pistas sobre sus proveedores. "A ella nunca la vimos hacer un pasamanos, pero en el barrio la señalaron sin dudas como vendedora", dijeron las fuentes.

clarin.com

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