lunes, 31 de mayo de 2010

Algo más que el mejor amigo del hombre

CRISTINA DE MARTOS
MADRID.- La Lupa Capitolina es la célebre loba que amamantó a Rómulo y Remo y LUPA se llama en su honor el proyecto de investigación europeo que persigue dar con bases genéticas de varias enfermedades estudiando el genoma de los perros.
"Marvin rescató a Lady de la calle. Tal vez un día Lady salve a Marvin de la enfermedad". En la foto, Marvin es un grandullón tatuado y entradito en carnes y años que abraza con una sonrisa a Lady, una cachorrita blanca despeluchada. El póster termina con la frase: "Sólo unas gotas de sangre de tu perro pueden ayudar a la investigación médica".
Se trata de una de las publicidades del proyecto LUPA, una iniciativa que forma parte del VII Proyecto Marco de la Unión Europea que pretende usar a los perros como modelos para estudiar la base genética de graves enfermedades que afectan a los cánidos y también a las personas. Cáncer, diabetes, epilepsia, enfermedades inflamatorias y cardiovasculares, entre otras.
Un genoma muy homogéneo
¿Por qué los perros? "Primero, porque existen unos sistemas diagnósticos muy avanzados para estos animales pero, fundamentalmente, porque desde el punto de vista genético son muy homogéneos lo que facilita dar con las variantes asociadas a una enfermedad". Así lo explica a ELMUNDO.es Armand Sánchez, director del Servicio Veterinario de Genética Molecular de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona.
A lo largo de la historia, "se han mantenido líneas de cría muy cerradas, con mucha consanguinidad", añade. Esto convierte al 'Canis familiaris' en un nicho especial de la genómica, una herramienta única para el estudio de la susceptibilidad a enfermedades.
Sánchez es el responsable del único grupo de investigación español de los 20 que participan en este proyecto, que echó a andar en enero de 2008. "El objetivo común es tener una lista de genes cuyas variantes se asocien con una enfermedad en concreto y, después, estudiar el papel que desempeña en las personas", resume este investigador.
El método es el mismo que se utiliza en los grandes estudios de población. Se toman muestras de sangre de animales que sufran una patología y de ejemplares sanos y se rastrea su ADN en busca de SNP o variaciones de nucleótido simple -pequeños cambios en el código genético- que se relacionen con la enfermedad. Este análisis se lleva a cabo gracias a chips que detectan estas mutaciones.
Una herramienta única
A diferencia de los estudios amplios del genoma, que requieren decenas de miles de participantes, en LUPA se trabaja con un centenar. Esto se debe a que "con cohortes de 100 o 150 ejemplares tenemos el mismo poder de significación que con 1.000 personas". Se trata pues –continúa Sánchez- "de un material valiosísimo porque podemos obtener una información muy difícil de conseguir con los seres humanos".
Hay varios grupos estudiando el cáncer. Como los tumores de mama en el Cocker Spaniel o el Springer Spaniel Inglés, realizado en la Universidad de Uppsala (Suecia), o el melanoma en los Schnauzers y Labradores retrievers, que lleva a cabo Centre National de Recherche Scientifique-Rennes (Francia). Diabetes, hipotiroidismo, fibrosis pulmonar idiopática…
"Nosotros estamos focalizados dentro del paquete de enfermedades relacionadas con el sistema inmune. Estamos estudiando la base de la resistencia genética a la Leishmania", señala Sánchez. Esta enfermedad, endémica en 88 países, es la zoonosis más importante en Europa y, "en los últimos años, están aumentando los casos en la región mediterránea", añade.
El proyecto LUPA, financiado con 12 millones de euros por la Comisión Europea, finalizará en 2012. Los días 21 y 22 de junio se celebrará en Barcelona su reunión anual.

elmundo.es

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