lunes, 31 de mayo de 2010

Lactantes con la cabeza deformada, casi una epidemia

Las personas observadoras, no solo los médicos pediatras, contemplamos cada vez con más frecuencia, a niños pequeños que llevan un casco como el que utilizan los motoristas. Sin embargo, ni son motoristas ni montan en bicicleta, actividades en las que el casco es imprescindible. Tampoco son niños traviesos en los que un casco protector puede proteger de los accidentes. Estos pequeños portadores de cascos son niños menores de un año, con la cabeza deformada, en los que el casco pretende remodelar la circunferencia del cráneo.
Todo el mundo sabe que los niños pequeños deben dormir boca arriba o lateralmente, pero no boca abajo, porque esta última postura facilita la muerte súbita del lactante, mientras que la postura boca arriba la previene.
Esta sencilla medida por si sola ha permitido disminuir drásticamente la cantidad de niños pequeños fallecidos por esta causa, seguramente la principal causa de muerte de los niños menores de 6 meses en el mundo desarrollado.
Sin embargo dormir boca arriba puede producir deformidades del cráneo que consisten en un aplanamiento de la parte que se apoya, pasando la cabeza de ser más o menos redonda a romboidal.
Cuando a estos niños se les mira de frente, la mitad de su frente parece hundida mientras que la otra mitad sobresale, sucediendo lo mismo pero al revés cuando se observa la parte posterior de la cabeza. Los niños suelen nacer con la cabeza redondita, normal, pero poco a poco se va deformando; esta deformidad llamada plagiocefalia.
Esto puede suceder en cualquier lactante pequeño, pero es más habitual en los que nacieron con bajo peso y en los prematuros. También en aquellos que parecen tener tortícolis porque siempre miran y apoyan la cabeza del mismo lado. La plagiocefalia y la tortícolis se asocian con mucha frecuencia.
El tratamiento de las deformidades del cráneo severas se realiza con la colocación de un casco, técnicamente llamado ortesis craneal. Como la cabeza crece muy rápidamente en estos primeros meses de vida, el casco impide el crecimiento de la zona del cráneo que sobresale, permitiendo sin embargo el crecimiento de la zona hundida.
El casco se tolera bien, pero es caro, siendo útil cuando se coloca precozmente antes de los 10-12 meses de vida. Mucho más barato y adecuado es prevenir esta deformidad. Se consigue evitando que el pequeño apoye la cabeza siempre sobre el mismo lugar, impidiendo que mire siempre al mismo lado.
Esto es: si tiene tendencia a inclinar o apoyar la cabeza hacia la derecha, hay que ponérsela de forma que mire hacia la izquierda, a la vez que se le sitúa de forma que las cosas interesantes estén a su izquierda, por ejemplo la puerta o su mamá. Además diaria y múltiples veces se les moverá la cabeza para que apoye y mueva los músculos del cuello al objeto de revertir esta tendencia.
También se le debe poner boca abajo, siempre que esté despierto. Muchos niños pequeños no quieren esta postura, lloran y se irritan, pero esta no sólo les permite prevenir la deformidad del cráneo, sino que también les obliga a ejercitar los músculos del cuello y la espalda, facilitando posteriormente las posturas de sentado y de pie. Recuerde, los niños deben dormir boca arriba, pero tienen que jugar boca abajo.
elmundo.es

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