viernes, 28 de mayo de 2010

Los argentinos, entre los más nerviosos del mundo

Miedo a los robos, a la pérdida del trabajo, a enfermarse, a la caída de granizo. La lista puede ser interminable para muchos de los que viven en las grandes ciudades. Según una encuesta mundial realizada por la consultora JWT Sonar -a la que Clarín accedió en exclusiva- el 79% de los argentinos reconoce tener una preocupación permanente sobre distintas situaciones de la vida cotidiana, mientras que el 25% admite estar muy ansioso.
En el ranking global, Argentina está cuarta detrás de Japón (90%), Rusia (84%) y Arabia Saudita (82%). Los menos nerviosos son los chinos (35%) y los franceses (42%). En América latina, los mexicanos están apenas detrás de los argentinos (78%) y más atrás vienen los brasileños (66%) y los colombianos (58%). En total, el trabajo reunió los testimonios de cerca de 8.000 encuestados en una veintena de países. Es la primera vez que se hace en Argentina; en el mundo ya lleva siete ediciones.
"Los japoneses están ansiosos por la falta de conducción política y el déficit fiscal de la economía; en los rusos pesa mucho el costo de vida y en los árabes la posibilidad de atentados", detalla Gonzalo Fonseca, director general de Planificación de JWT Argentina.
Motivos no faltan. El aumento de los niveles de ansiedad es una tendencia global que se relaciona, en buena medida, con los cambios de paradigmas y la falta de certezas. "Es algo que está sucediendo en todo el mundo: hoy no hay criterios de certidumbre y las normas no resisten el análisis del tiempo. Todo eso motoriza emociones negativas como la duda, el temor y la incertidumbre. Y muchas veces se traduce en síntomas físicos", afirma Daniel López Rosetti, presidente de la Sociedad Argentina de Medicina del Estrés. Y aclara que "si bien en cada país juegan motivos transculturales propios, el común denominador es el sufrimiento, el temor a algo por venir".
Gustavo Bustamante, director de la Fundación Fobia Club, asegura que "el trastorno de ansiedad generalizada es el que más creció en los últimos años. Es la enfermedad de la preocupación".
Stella Maris Gulian, docente del Centro Dos explica: "La ansiedad se puede generar por inestabilidad social, crisis económica, falta de seguridad. Es una forma de expresión de la angustia, que en este caso bien podría ser una respuesta a la sensación de inestabilidad vivida, allí donde no se encuentra una salida posible. Esta sensación de angustia se arrastra a lo particular y lleva a desestabilizar los lazos familiares".
A la hora de definir a la ansiedad, los especialistas consultados por Clarín también hablan de un estado de nerviosismo constante Y agregan que la ansiedad es uno de los síntomas que desencadena el síndrome del estrés, ese conjunto de malestares producto de la sobrecarga mental y física a la que está sometida la gran mayoría de las personas que viven en los centros urbanos.
Para los encuestados en Argentina -328 personas de entre 18 y 59 años que viven en Capital, Gran Buenos Aires, Mendoza y Rosario- las principales causas de preocupación son la inseguridad y la situación económica, especialmente el costo de vida.
El estudio muestra que el 84% está preocupado por los asaltos y, en el último año, el 68% aumentó esa percepción. Por esa razón, muchos cambiaron sus rutinas: salen con menos frecuencia, evitan usar prendas o accesorios llamativos y eligen otros barrios o negocios para hacer las compras.
También se ajustaron los gastos por la incertidumbre económica: más de la mitad redujo las salidas recreativas, como ir al cine, a comer o al shopping. "El temor a la pobreza es quizás la mayor preocupación de la clase media, que basa sus logros en función del 'tener' y no del 'ser'", apunta Bustamante.
Y, mientras el 79% está ansioso por el momento que vive, son muchos más (90%) los que están preocupados por el mundo que le dejan a sus hijos y a los hijos de sus hijos. Esa ansiedad se manifiesta, principalmente, en cuestiones como la capacidad para conseguir trabajo o acceder al tipo de educación que se desea.
"El temor es parte de nuestra condición humana y no siempre se pueden reducir los riesgos que son parte de la vida, son parte de un mundo que cambia permanentemente. Es clave para la salud mental de hijos y nietos que los adultos puedan adaptarse y transitar con ellos esos cambios", propone Mirta Dall Occhio, directora de Hémera, centro especializado en ansiedad y estrés.

Otros datos del sondeo
47% de los encuestados dijo que la crisis económica los afectó fuertemente, 33% que los afectó y 20% que no lo hizo.

80% de la gente pasa más tiempo en su casa para recortar gastos, 31% por la inseguridad.

87% de los consultados se informa a través de la TV, 76% por Internet y 57% por la radio.

69% presta más atención a los precios y busca más ofertas por la situación económica.

90% de las personas consultadas se sienten ansiosas por el futuro de sus hijos y/o nietos.

"Le tenía miedo a todo"
"Hace tres años la ansiedad comenzó a apoderarse de mí. Le tenía miedo a todo: que me asaltaran en la calle; que a mis hijos les pasara algo malo; miedo a tomar un colectivo; al futuro... Y todo acompañado de una gran angustia, temblores en las manos y taquicardia". Cuando la ansiedad de Graciela Nito (56 años, enviudó en 2005, tiene 4 hijos y 2 nietos) alcanzó niveles muy altos inició un tratamiento en la Fundación Fobia Club.
Con terapia, medicación y "mucha fuerza de voluntad", apunta, en menos de un año pudo volver a hacer una vida "normal".
Ahora, los sábados coordina grupos de personas que llegan al centro especializado con la ansiedad por las nubes, como le pasó a ella. "Vamos a lugares públicos en un ejercicio para poder superar el miedo: viajamos en subte, recorremos un shopping", cuenta a Clarín. "Es más -comenta-, hace unos días mi hija fue asaltada en Flores y cuando llamó desesperada para contarme, la pude contener. En otro momento, seguro me encerraba en mi cuarto para siempre. Claro que me asusté porque su vida estuvo en peligro, pero no quedé paralizada: enfrenté el mal momento y sigo adelante".
Graciela Nito
edad: 54 años
estado civil: viuda
familia: 4 hijos y 2 nietos


Más y más psicofármacos
El consumo de psicofármacos es un reflejo de los niveles de ansiedad que padece la mayoría de los argentinos. En cuatro años -de 2006 a 2009- aumentó un 15% el consumo de ansiolíticos, tranquilizantes, sedantes y antidepresivos, según informes de la consultora especializada IMS Health.
Y gran parte del volumen de estas ventas se explica por una fuerte tendencia a la automedicación: la misma consultora señala que tres de cada cuatro argentinos toma medicamentos sin haber consultado previamente al médico.
El fenómeno fue bautizado como la "medicalización de la vida cotidiana", porque los psicofármacos no son consumidos como remedios, sino como una pastilla para el estilo de vida.
Algunas claves
Mirta Dall Occhio, directora de Hémera, recomienda desarrollar una flexibilidad psicológica: "Ante todo, hay que comprender que las situaciones se van modificando desde que nacemos hasta que morimos, que somos una variable más y no todo está en nuestras manos. Los terremotos, los asaltos, los accidentes no son castigos, la gente no los elige; no podemos controlar todo, sí podemos recuperar el autocontrol".
Atravesar el dolor sin perpetuarse en el sufrimiento. "Es imposible erradicar el dolor: hay que atravesarlo, hacer el duelo y asumir las pérdidas. Resiste más el estrés quien puede comprender que la vida nos es dada y nos es quitada. Lo mejor es responder de la manera más flexible, como el junco: tener buen arraigo, doblarse sin quebrarse, acompañar los vientos sin ser llevados por ellos".
El presidente de la Sociedad Argentina de Medicina del Estrés, Daniel López Rosetti, agrega que también es importante mantener una red social de soporte, de amigos y familia.
Trabajar en un proyecto alcanzable, razonable que guarde relación entre la perspectiva y la realidad.
Ejercitar un sano egoísmo: "La clave es estar bien primero con uno mismo y después con los demás".
También es importante darse espacios, tiempos y la posibilidad de disfrutar de hobbies.
Y percibir los síntomas del cuerpo: "Son mensajes muy importantes, por eso no hay que automedicarse, porque la toma de ansiolíticos debe estar debidamente controlada por el médico".

clarin.com

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