viernes, 14 de mayo de 2010

Los niños con estrés postraumático llegan tarde a las consultas

PATRICIA MATEY
MADRID.- En Israel, España, Estados Unidos, Palestina o Colombia. Desafortunadamente, los niños y niñas víctimas de atentados terroristas están llegando dos o tres años tarde, incluso más, a las consultas, cuando el trastorno por estrés postraumático (TEPT) ya se ha 'instalado'. Esta es una de las mayores preocupaciones que se han puesto sobre la mesa durante la celebración, en el Instituto Francés (Madrid), de 'Trauma y Memoria': el primer Congreso Internacional de Psicotraumatología, organizado por la Casa Sefarad.
Su coordinadora, Dominique Sabban, psicopedagoga y colaboradora de la Subdirección de Ayuda a Víctimas del Terrorismo del Ministerio del Interior en la asistencia a niños y adolescentes víctimas de atentados, reconoce a ELMUNDO.es que, en España, los menores afectados directa o indirectamente por los atentados del 11-M han estado o están recibiendo tratamiento tarde.
"Uno de los motivos principales es que son ellos los que 'ocultan' sus sentimientos y malestar a sus padres para no hacerles más daño. Por, ejemplo, si su madre perdió a su marido, a un hijo o un hermano en el atentado, el menor está viendo su propio sufrimiento en silencio para que ella no se preocupe, también, por él. Además la madre está sumida en su dolor y no se da cuenta de los problemas del hijo, por lo que no solicita ayuda", agrega.
Después del acontecimiento traumático la angustia saldrá a la luz. "Los niños suelen tener una reacción demorada (lo que se conoce como 'efecto durmiente') ante un suceso traumático. Al principio siguen sacando buenas notas, su comportamiento es el de siempre, pero tiempo después parecen agitados, con problemas de conducta o se aíslan, algunos incluso se vuelven más violentos... Otros, en cambio, desarrollan trastornos en el habla. Este hecho hace que algunos expertos confundan los síntomas. De hecho hay muchos niños con TEPT que han sido diagnosticados como hiperactivos y que están siendo medicados como tales o que han sido derivados al logopeda".
La experiencia en Israel
Desde el inicio de la Intifada, el 28 de septiembre de 2000, Jerusalén fue sacudida por una ola de atentados. Fortu Benarroch, psiquiatra infantil y director de la Unidad para Niños y Adolescentes con estrés postraumático del Centro Médico Universitario Hadaza (Israel), relata que "fue entonces cuando surgió en el hospital la necesidad de crear esta unidad, debido a la gran cantidad de menores que se habían visto afectados".
Su experiencia y la literatura científica "constatan que los menores con TEPT no suelen ser derivados a terapia durante la fase aguda del síndrome (primeros meses), lo que provoca retrasos en su abordaje. La falta de tratamiento es un factor de riesgo de cronificación del estrés postraumático, así como de desarrollo de problemas psiquiátricos en la edad adulta. Y, a nosotros, los menores nos están llegando tarde".
A Dominique Sabban le llama "mucho la atención que en Israel esté sucediendo lo mismo que ha pasado aquí, con la diferencia de que ellos tienen más recursos y están más preparados para abordar este problema, porque lo viven de forma crónica desde hace años", recuerda Dominique Sabban.
La revisión durante esta última década de los casos clínicos que han llegado hasta la Unidad del doctor Benarroch le ha permitido detallar las razones por las que el estrés postraumático en niños no se identifica o tarda demasiado tiempo en obtener un dictamen.
El estado psicológico de los padres y la conceptualización que ellos hacen sobre la situación de sus hijos son los obstáculos principales que se crean en el camino del niño hacia la ayuda psicológica.
"Existen cuatro trayectorias típicas que se repiten en los pacientes. La primera es la de vivir un acontecimiento traumático y seguir con la vida normal como si nada hubiera pasado. Se evita hablar del tema, no se ve la televisión para no presenciar otros atentados... Todo se lleva con mucha naturalidad, pero pasado el tiempo, el menor empieza a desarrollar síntomas que los padres no quieren asociar con el evento traumático", apostilla Dominique Sabban.
En otras ocasiones los niños han pasado "por otro tipo de sufrimiento anterior que no ha sido evaluado. Poseen alguna dificultad motora o problemas de desarrollo del lenguaje. Cuando finalmente llegan a consulta tras vivir un atentado relatan cómo se sentía por dichas dificultades anteriores. Es entonces cuando los padres se dan cuenta de lo que sucedía antes del evento traumático", insiste el experto de Jerusalén.
Es común también que la familia derive al niño cuando "su comportamiento es insoportable y está muy violento. Su irritabilidad y rabia se deben a lo acontecido, pero los padres se enfadan y no disponen de herramientas para ayudarle. Esta situación es un círculo vicioso que se va agravando.
Otra posibilidad es que el menor haya sufrido abusos sexuales u otro tipo trauma anterior y los padres estén mal psicológicamente por algún motivo y no lo detecten. Cuando consiguen superar su malestar, se produce el atentado. Entonces es cuando se da la discrepancia entre el testimonio del menor, que reconoce estar mal por el periodo doloroso que vivió en el pasado y fue 'ignorado' por sus padres y el de los progenitores, que creen que su hijo está afectado por el último acontecimiento".
Para los expertos israelíes en fundamental que el "abordaje terapéutico del paciente y su familia se produzca de forma individualizada. También lo es lograr que los progenitores desarrollen empatía hacia sus hijos y que se encare la discrepancia entre lo que capta y siente el niño y lo que opinan sus padres".
Los estudios estiman que, como mínimo entre un 10% y un 30% de los niños expuestos a acontecimientos traumáticos sufrirán posteriores secuelas psicológicas. Por este motivo, el mensaje común de los asistentes a este primer congreso hace hincapié en la necesidad de concienciar a las autoridades, a los padres y al personal sanitario de que el síndrome por estrés postraumático "también existe en la población infantil y que debe tratarse de forma precoz", sea cual sea la nacionalidad de las víctimas.
elmundo.es

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy interesante, concreto y contundente el articulo, da luces para continuar en la investigacion, gracias.. en general a los peques no se les atiende bien, en el sentido de captar su sentir y pensamientos.. asi, ellos van tomando ruta solos de modo intuitivo, fabricando defensas para ocultar su sufrimiento psiquico.. me gusto el articulo.. Angela