viernes, 14 de mayo de 2010

La amistad entre los hombres: sin lágrimas, pero no menos fuerte

Por Jeffrey Zaslow
Todos los veranos desde hace 25 años, Mark Vasu se reúne con sus viejos amigos de la Universidad de Duke para una escapada de fin de semana. Los 15 hombres, quienes se graduaron en 1984, se reúnen en la misma cabaña en Highlands, estado de Carolina del Norte.
"Es un fin de semana sin juicios de valor, lleno de acción, a base de aventura", afirma Vasu. "Vamos a caminar, hacemos rafting, escalamos rocas, pescamos con mosca".
Lo que no hacen es sentarse en grupo, como hacen las mujeres, y compartir sus sentimientos más profundos.
Las amistades masculinas como estas son absolutamente típicas, pero no asuma que son inferiores a las amistades femeninas. "Si usamos el paradigma de una mujer de la amistad, cometemos un error", afirma Geoffrey Greif, un profesor de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Maryland, quien estudió la forma en que 386 hombres empezaron, mantuvieron y cultivaron amistades. Los hombres quizás no seamos expresivos en lo físico o lo emocional, sostiene, pero conseguimos mucho apoyo de nuestras amistades.
Investigadores afirman que las amistades de las mujeres son cara a cara: hablan, lloran juntas, comparten secretos. Las amistades de los hombres son lado a lado: jugamos al golf, vamos a partidos de fútbol.
Durante varios años, investigué sobre las amistades que comparten las mujeres, primero para esta columna y luego para Las chicas de Ames, un libro sobre la amistad de 40 años entre 11 mujeres de Ames, estado de Iowa. Y aunque envidio la intimidad fácil de las mujeres, también sé que no funcionaría para mí y mis amigos.
He jugado al póker con los mismos tipos cada jueves por la noche desde hace 18 años. Rara vez hablamos de nuestras vidas. Nos importan las cartas, apostar, aparentar juego.
Solía decir que mis compañeros de póker ni siquiera saben los nombres de mis hijos, pero luego me pregunté si exageraba. Así que una noche volteé hacia la izquierda en la mesa de póker y le pregunté de pasada a mi amigo Lance: "Oye, Lance, ¿sabes los nombres de mis hijos?".
Levantó los hombros, hizo una pausa para pensar y luego sonrío tímidamente. "Podría rebautizarlos", dijo.
El doctor Greif no se sorprende con mi anécdota. En su juego de póker, afirma, si un hombre revelara que perdió su empleo o que su esposa lo dejó, los otros dirían: "Oh, hombre, es una pena. ¿Quieres que te dejemos afuera esta mano?".
En su investigación, Greif descubrió que los hombres en general se resisten a las relaciones demandantes, ya sea con esposas, novias o amigos hombres. Al elegir amigos, "los hombres no quieren alguien que necesite demasiado", sostiene. Un tercio de los hombres en este estudio afirmó que aprendieron cosas positivas de amistades femeninas, pero 25% tenía una impresión negativa de las mujeres como amigas, citando temas como "malicia" y "demasiado drama". Y es más probable que las mujeres les guarden resentimiento a sus amigas, según el libro de 2009 de Greif, Buddy System (algo así como Sistema de Amigos).
Estudios muestran que entre los 25 y 40 a las mujeres les resulta más difícil mantenerse en contacto con viejos amigos. Durante esos años están ocupadas empezando su carrera y criando niños, así que no tienen tiempo para reunirse. Además, el dinero es más escaso. Pero alrededor de los 40, las mujeres comienzan a reconectarse. Antes de la década de los 90, los investigadores conjeturaban que esto era así porque tenían más tiempo para amistades a los 40 y pico, cuando sus niños se volvían autosuficientes. Pero ahora los investigadores consideran que este enfoque en la amistad en la mediana edad es una etapa en la vida; a medida que las mujeres planean el siguiente capítulo de sus vidas, recurren a amigas en busca de guía y comprensión.
Los hombres, en tanto, tienden a construir amistades hasta alrededor de lo 30, pero a menudo hay una detención después de esa edad. Entre las razones: sus amistades son más propensas a se afectadas por mudanzas a otras ciudades y diferencias en trayectorias profesionales. Estudios recientes, sin embargo, han descubierto que los hombres de más de 45 años recurren a lo que Grief llama amigos "oxidados": amigos de larga data que conocían cuando eran más jóvenes. Internet facilita que se contacten entre sí.

wsj.com

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