jueves, 8 de diciembre de 2011

¿Deberían tomar las monjas la píldora?

Convento de San Leandro, en Sevilla. | Carlos Márquez.
Las mujeres pagan un alto precio por el celibato, tal y como ya señaló el médico italiano Bernardino Ramazzini en 1713 cuando documentó que las monjas tenían una muy elevada incidencia de lo que el bautizó como la 'plaga maldita': el cáncer de mama.
Este es el motivo que ha animado a Kara Britt, del Programa de Investigación de Cáncer de Mama y de Próstata de la Universidad Monash y a Roger Short, de la Universidad de Melbourne (ambas en Australia), a defender en un artículo de opinión que este colectivo use la píldora anticonceptiva por motivos de salud. "Hoy en día, en todo el mundo, hay 94.790 monjas que siguen arriesgando su salud por su castidad, debido a que padecen los peligros de la nuliparidad: más probabilidades de cáncer de mama, de ovario y de útero", reconocen en el último 'The Lancet'.

Por no tener hijos

Estudios previos llevados a cabo entre 1900 y 1954 en EEUU con 31.658 monjas católicas mostraron que las religiosas tienen más probabilidades de morir por cualquiera de los tumores ginecológicos anteriormente señalados cuando se las compara con la población general. Posteriormente, en 1970, salían a la luz las primeras investigaciones que encontraron que las mujeres que han dado a luz tienen menos posibilidades de desarrollar un cáncer de mama en comparación con las que no tienen hijos.
"Y las madres están aún más protegidas si tienen su primer vástago a una edad temprana y, además, le dan de mamar. Estos factores reproductivos se han relacionado ahora también con el cáncer de ovario y el de útero", señalan los científicos australianos.
Las mujeres nulíparas tienen un mayor número de ciclos menstruales "debido a la ausencia de embarazos y de lactancia y este aumento del número de ciclos afecta al riesgo de cáncer", agregan.
De hecho, investigaciones epidemiológicas sobre tumores mamarios han encontrado una relación directa entre los ciclos menstruales y el cáncer femenino más frecuente. "Las mujeres que experimentan la menarquia (primera menstruación) antes de los 12 años tienen un riesgo ligeramente superior de cáncer de mama que las que la tienen a los 15. Igualmente, las probabilidades de desarrollar la enfermedad se incrementan en un 17% por cada retraso de cinco años en la llegada de la menopausia", reza el ensayo.

Efectos 'saludables' de la píldora

A estas evidencias se suman dos investigaciones que han puesto en evidencia los efectos sobre la salud del consumo de anticonceptivos. "Así, la píldora reduce significativamente las cifras totales de mortalidad, no incrementa el riesgo de tumores de mama y reduce significativamente las probabilidades de sufrir cáncer de ovario y de útero", documentan los expertos. Creen, además, que "la posibilidad de tromboembolismo venoso que se ha asociado a su uso debe ser tenido en cuenta antes de su recomendación por lo que se debe considerar siempre la historia clínica de cada paciente".
Pese a todos los argumentos esgrimidos, "la Iglesia Católica condena el uso de todas las formas de anticonceptivos, a excepción de la abstinencia como indica el Papa Pablo VI en la 'Humanae Vitae' en 1968. Aunque la encíclica no menciona a las monjas, que deberían ser libres para hacer uso de la píldora con el fin de protegerse de los riesgos de la nuliparidad. Máxime porque en el documento se afirma que la 'Iglesia no considera ilegales los medios terapéuticos que se consideren necesarios para curar enfermedades, aunque estos también tengan un efecto anticonceptivo", agregan los científicos Britt y Short.
En su opinión, la Iglesia Católica podría hacer que la "píldora fuera de libre disposición para las religiosas, con el fin de reducir el riesgo de las 'plagas' malditas: los cánceres de ovario y útero y dar así a las monjas el reconocimiento que se merecen ante esta difícil situación".
elmundo.es

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