sábado, 1 de mayo de 2010

Encontrar empleo: misión imposible para alguien con VIH

ISABEL F. LANTIGUA
MADRID.- Despidos injustificados, 'mobbing', violación de la intimidad, exclusión de las oposiciones... Son las trabas que el mercado laboral lleva años imponiendo a los pacientes con VIH y a las que ellos están ya más que acostumbrados. Sin embargo, en la situación actual, en un país con una tasa de paro cercana al 20% y con unas previsiones de crecimiento económico que dejan mucho que desear, el futuro pinta todavía más negro para los seropositivos.
El último informe del Observatorio de Derechos Humanos y VIH de RED2002 muestra claramente que la situación laboral de estos sujetos no mejora con los años. A lo largo de 2009, el 32% de las consultas realizadas a esta ONG fue por cuestiones relacionadas con el empleo, frente al 30% de 2007. Las dudas más frecuentes tenían que ver con los cambios en las condiciones de trabajo (horario, ubicación física, responsabilidades y salario), la vulneración de la confidencialidad de los datos médicos, la solicitud de la prueba del VIH sin que ésta tenga relevancia para el puesto, la exclusión de oposiciones o los despidos.
"A pesar de la existencia de una legislación nacional e internacional que, teóricamente, ampara y protege a las personas con VIH, durante los últimos años venimos constatando la existencia de situaciones de discriminación en el ámbito laboral. Queda mucho por avanzar", explican desde este Observatorio, financiado por el Plan Nacional del Sida del Ministerio de Sanidad y Política Social.
En principio, el trabajador no tiene la exigencia de comunicar que padece VIH (ya que se parte de la consideración de que las relaciones en el ámbito laboral no son una situación de riesgo para la transmisión del virus). Sin embargo, ocultar su estado les genera un estrés excesivamente grande. En ocasiones, llegan a poner en riesgo su propia salud, preocupándose más de esconder su seropositividad ante sus compañeros que de acudir a las citas para que le hagan el seguimiento médico o, incluso, tomar su medicación.
"El temor a ser rechazados o despedidos supone para las personas con VIH una pérdida en sus derechos y una nueva barrera. Los prejuicios y la ignorancia perpetúan un estigma que les infunde miedo y les impide vivir tranquilos con su enfermedad", declaran desde el Observatorio y desde la Federación Trabajando en Positivo.
Las mujeres llevan la peor parte
Según una investigación publicada en 'Health Economics' sobre la relación entre la situación laboral de la población afectada por el VIH y las características socioeconómicas en España, "el género es una variable estadísticamente significativa para predecir la situación en el empleo". Este trabajo, realizado por Juan Oliva, del departamento de Ciencias Jurídicas de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), constata que las mujeres tienen un 13,4% menos posibilidades que los hombres de estar empleadas.
"La probabilidad que tienen de encontrar trabajo las personas portadoras del VIH presenta diferencias importantes por género, pero también influyen la vía de transmisión, el estado de salud y el nivel educativo", explica Oliva, en declaraciones recogidas por la Plataforma SINC. Así, aquellos seropositivos que se infectaron a través del uso de drogas por vía parenteral encuentran más dificultades para acceder a un puesto de trabajo que quienes contrajeron la enfermedad por otras vías.
Para Oliva, el factor psicológico también juega un papel fundamental. "Las personas que necesitan recibir atención psicológica por el impacto de conocer su enfermedad encuentran aún más difícil conseguir un empleo", afirma. De hecho, los pacientes que requieren este tratamiento cuentan con un 14% menos de posibilidades de entrar en el mercado laboral.
El análisis realizado por este investigador se centra en el periodo 1996-2004 y ha contado con la participación de 3.376 individuos entre los 16 y los 64 años (la edad mínima para trabajar en España y la edad de jubilación). Pero los datos con los que cuenta el Observatorio de Derechos Humanos y VIH indican que desde entonces la situación no ha cambiado mucho.

elmundo.es

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