domingo, 5 de diciembre de 2010

El 15% de los bebes nacen de madres adolescentes

Evangelina Himitian
Cada día nacen en el país 314 bebes de madres adolescentes: nueve de ellos en la Capital; 102, en la provincia de Buenos Aires; 14, en el Chaco; otros 15, en Misiones, y 7, en Formosa, entre otros.
Dicho de otra manera, cada cinco minutos, por lo menos, una joven de menos de 20 años da a luz en el país. Cada cuarto de hora lo hace una en territorio bonaerense. En el Chaco, uno de cada cuatro partos involucra a una adolescente.
Pese a que existe una ley para garantizar el acceso a la anticoncepción de toda la población, el fenómeno no para de crecer: hoy, el 15,4 por ciento de los bebes que nacen en el país son hijos de madres adolescentes. En 2003 era del 13,6%. Pero no sólo crecen los porcentajes, sino también los números absolutos: el año pasado nacieron 16.155 más bebes de madres adolescentes que en 2002.
El año pasado, unas 3000 chicas de menos de 15 años se convirtieron en madres y casi 10.000 adolescentes fueron atendidas en hospitales públicos por complicaciones después de un aborto.
Los números cobran aún más relevancia si se toma en cuenta que hace una década la Argentina se comprometió ante organismos internacionales a bajar los índices de embarazo adolescente, como parte de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
"Este es el objetivo menos logrado en la Argentina y es evidente que no constituye una prioridad política del Gobierno", señala un informe que elaboró Mabel Bianco, directora de la Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer. Para alcanzar este objetivo era necesario reducir la mortalidad materna, algo que tampoco ocurrió. En 1998, las adolescentes que fallecieron tras un aborto representaban el 8,1% de las muertes maternas. En 2008, pasaron a ser el 18,6%, según cifras del Ministerio de Salud de la Nación.
"Estamos muy preocupados por llegar a los Objetivos del Milenio. Lo cierto es que todavía subsisten barreras institucionales para que los adolescentes accedan a los métodos anticonceptivos, pero también falta concientización para que los chicos se empoderen de sus derechos", consideró Fernando Zingman, responsable del Programa Nacional de Salud Integral en la Adolescencia, del Ministerio de Salud.
Los especialistas apuntan a varias razones para explicar el fenómeno: las dificultades para acceder a métodos anticonceptivos; el incremento de la frecuencia con la que los adolescentes mantienen relaciones sexuales; el aumento en el número de los embarazos en menores de 15 años como consecuencia de relaciones forzadas o desiguales.
También, un hecho poco tenido en cuenta: el 40% de las madres adolescentes dijo que buscó embarazarse, según datos del Ministerio de Salud, que coinciden con estudios realizados por el Centro Latinoamericano Salud y Mujer (Celsam), que habla del 30%. A esto se suma la incidencia de la pobreza, ya que el 40% de las madres adolescentes pertenecen a clases bajas y otro 30% a clases medias bajas.
- El poco acceso a los métodos anticonceptivos. "En todo el país, los servicios de salud se niegan a dar información o métodos anticonceptivos. Así, el sistema pierde su capacidad de prevención", asegura Jorgelina Schmint, que coordina la Red de Nacional de Jóvenes y Adolescentes para la Salud Sexual y Reproductiva, de la que participan grupos de adolescentes de 18 provincias. Según explica, recientemente realizaron una experiencia. Adolescentes de distintos puntos del país concurrieron a hospitales y centros comunitarios para solicitar métodos anticonceptivos. "A la mayoría se los negaron, incluso en la ciudad de Buenos Aires", explica.
"Siempre se apunta a la irresponsabilidad adolescente en este tema, pero los responsables de instrumentar la ley a nivel nacional son adultos; sin embargo, se sigue negando el acceso a los métodos anticonceptivos y a la anticoncepción de emergencia. Se les dice que concurran con los padres o les preguntan para qué quieren tantos preservativos. Si se suma esto al hecho de que a los chicos les da vergüenza pedirlos, el sistema pierde su capacidad de prevención", dice Schmint.
- Una vida sexual intensa. Un indicador que suele observarse con alerta es la edad de iniciación sexual. Hoy se estima que los varones se inician a los 13 años y las chicas, a los 14. Sin embargo, no sólo bajó la edad promedio, sino que se incrementó la frecuencia con la que mantienen relaciones. Esto es, dejó de ser una práctica eventual para convertirse en algo cotidiano, de al menos una vez a la semana.
"A la iniciación sexual a edades tempranas se suma que las adolescentes mantienen relaciones con mayor frecuencia. Por eso, el problema no es meramente el inicio precoz, sino la continuidad y periodicidad de esas relaciones, lo que constituye una mayor probabilidad de embarazos", apunta Bianco.
- Embarazos antes de los 15.Continúan aumentando los nacimientos en madres menores de 15 años, especialmente en edades próximas a los 10 años, a raíz de relaciones forzadas, no consentidas o desiguales, apunta un documento de FEIM. En 2005 eran el 2,3% y en 2008 ascendió a 2,6% de los nacidos vivos.
- Aumento en la tasa de fertilidad adolescente. Un estudio que realizó el Centro de Estudios de Población (Cenep) para las Naciones Unidas destaca que ha habido un crecimiento de la tasa de fertilidad adolescente. En 2003, por cada 1000 adolescentes de entre 15 y 19 años, 56,4 eran madres. "Desde entonces se registran aumentos: 62,8 en 2004, 63,7 en 2005 y los últimos datos disponibles indican que llega al 64 por mil", dice el estudio dirigido por Alejandra Pentelides.
- Elegir embarazarse. Los datos que aporta el Ministerio de Salud indican que entre el 30 y el 50% de las madres adolescentes buscaron el embarazo. "Para muchas adolescentes tener un hijo es un proyecto de vida, una posibilidad de rescatarse, de volver a ser valoradas. Sienten que se rescatan, que pueden refundar su vida", explica Zingman. Aunque no necesariamente después sea así.
"A partir de la década del 90, el grupo de adolescentes y jóvenes de 15 a 24 años sufrió el gran impacto de la pobreza. Por eso, un mayor número de niñas y adolescentes carecen hoy de un proyecto de vida, como estudiar o trabajar, y se aferran a la maternidad como una forma de tener algo propio. Esto se acompaña de la fantasía de constituir una familia y así poder salir del hogar, donde se sienten limitadas y utilizadas para suplir a la madre que sale a trabajar, en el cuidado de sus hermanos menores y la realización de tareas domésticas, lo que posterga sus posibilidades de desarrollo, casi inexistentes", apunta Bianco.

Tienen 12 y 13 años y tuvieron una hija

SANTIAGO DEL ESTERO.- Primero fue una denuncia por una supuesta violación y, luego, se transformó "en un acto de amor", todo esto según la madre de la niña de 12 años que dio a luz semanas atrás en la localidad de Monte Quemado, 400 km al norte de la capital. El padre de la beba tiene apenas 13 años.
Esta muy joven familia, cuyas identidades se mantienen en reserva por cuestiones legales, cuenta con el asesoramiento de la Dirección de la Infancia, Niñez, Adolescencia y Familia y con asistencia del Estado provincial.
El hecho salió a la luz a fines de septiembre y provocó una conmoción en la provincia y en buena parte del país, especialmente cuando la madre de la niña de 12 años, en una charla con el diario local El Liberal, dijo que esa beba fue algo que "ambos buscaron".
La entonces flamante abuela, de 36 años, quien en un primer momento había hecho una denuncia por abuso en la comisaría 22 de Monte Quemado, dijo que los chicos venían manteniendo una relación de "noviazgo" desde hacia ya un año y que "jamás existió abuso alguno".
"Mi hija no quería decir nada para no complicarlo a él, pero ella está muy contenta, y yo también. Esto es para evitar más habladurías, porque todos sabemos que hay tantas mujeres que matan, tiran o abandonan a sus hijos y nadie les hace problemas".
Esta abuela, que en aquel entonces y ahora prefiere seguir manteniendo en reserva su identidad, dijo a La Nacion en la puerta de su humilde casa: "Yo le quiero aclarar que a mí nadie me dice que no hable, yo prefiero callarme, ya se olvidarán de esto. Espero que me ayuden [las autoridades] como me prometieron y, por ahora, lo están haciendo". La mujer aseguró que "la beba esta bien de salud".
La gente de Monte Quemado dice que cada tanto aparecen por el pueblo para "hacer algunas compras" y que, en todos los casos, van siempre "los cuatro juntos. La abuela, la mamá, el noviecito y la beba".
Al nacer su nieta, la mujer dejó en claro: "Esto no es un embarazo no deseado. Yo sé que mi hija es una niña, pero era peor si ella lo tiraba, si lo abortaba. Mi hija esta muy feliz junto a su novio y a la beba".

El errado "proyecto de vida" de las niñas madres chaqueñas

Franco Varise
RESISTENCIA, Chaco.- Una calle de barro lleva hasta la casita humilde de Sabrina. A sus 14 años cursa un embarazo de cinco meses. Ella es una "niña madre", como el 25 por ciento de las mujeres que tienen un hijo en el Chaco, la provincia con la mayor tasa de embarazos precoces por año del país.
La cifra alarma porque significa más mortalidad infantil y más desnutrición, más niños con retrasos madurativos y más abortos, más abusos y más desocupación, más discapacidad y más muertes en los partos; más, en definitiva, de todo lo que le sobra amargamente a esta zona del país desde hace años.
"Yo pensaba estudiar para contadora porque me gustan mucho los números, ahora no sé qué voy a hacer porque tengo que estar con él", dice Sabrina acariciando su panza. En la puerta de su hogar de Villa Alberto, en las afueras de Resistencia, su padre y su madre la contienen. Vive con ellos. El padre del bebe, un vecino de 18 años, se hizo cargo, pero aún está estudiando y no trabaja.
Sabrina cuenta que no quiere irse de la casa paterna. Que va a extrañar mucho a Mario y Lidia, sus padres. Que tiene miedo. Que quiso abortar tomando "remedios". Que quiere tener a su hijo. Que quiere ser feliz. "Feliz", repite tímida. Y esta historia se reitera acá tanto que duele.
Jorgelina no aparenta sus 16 años. Parece aún menor. Con Paulina, de un mes, en brazos, aguarda que la atiendan en el hospital pediátrico de Resistencia. "Me pasó por no saber. A mis padres se los dije cuando ya estaba de ocho meses", relata a La Nacion. Su hija fue concebida cuando ella tenía 15 años. Nació con 2,050 kg, un peso muy bajo. Y el padre, un hombre de 23 años, aún no la reconoció.
Video:Madres adolescentes

"Hoy volví a la escuela y no veía la hora de volverme a casa para estar con ella", dice con ternura. No esconde sus ilusiones de madre y agradece a sus padres que, después del anuncio tardío del embarazo, decidieron acompañarla en todo.
"En mi escuela hay muchas chicas que van con sus bebes... hay más criaturas que alumnos", agrega. Paulina duerme en su regazo.
Los registros de embarazos precoces en el Chaco asustan. La mayoría de las niñas que componen el 25% de esos partos tiene sólo 15 años. A esto hay que sumarle el contexto general de esta provincia, con poco más de un millón de habitantes e índices de desocupación, pobreza y marginalidad muy altos.
"Si se toman los indicadores sociosanitarios negativos, Chaco está en el tope de todos", advierte Rolando Núñez, de la ONG Nelson Mandela. "En esta provincia, el promedio de vida es seis años menor al del resto del país: 70-71 años contra 76-77. Y los niños salen a trabajar muy chicos y se inician en la actividad sexual muy temprano con total desconocimiento", agregó Núñez.
En los ámbitos oficiales justifican las cifras negativas con una explicación positiva: el buen sistema de registro del esquema de salud chaqueño en comparación con el de otras provincias.
"El embarazo adolescente es un tema álgido porque estamos en el primer lugar de las estadísticas y sigue en aumento; nos preocupa", reconoció a La Nacion Sofía Galvis Chirife, médica psiquiatra del Centro para la Adolescencia del hospital Perrando, el más grande de la provincia. "Se cree que los embarazos adolescentes no son deseados pero, aunque cueste entenderlo, en el 90% de los casos son un proyecto de vida que, cuando aparece el niño, se trunca por los problemas de falta de trabajo y la marginalidad", señaló.
En una casa del conurbano de Resistencia, el más densamente poblado después del bonaerense, funciona el centro Las Juanas, de la organización social Barrios de Pie. El tema de las "niñas madres", el abuso y la violencia de género es prioridad uno. Allí, un grupo de cinco jóvenes con hijos o embarazadas escucha el relato de Carolina Medina, de 27 años y cinco hijos.
"Quedé embarazada -cuenta- a los 12 años por no tener información. No tenía familia y estaba en lo de mis tíos de un lado para el otro. No terminé la primaria, no hice la secundaria, el papá de la criatura se quería juntar, pero yo era muy pequeña... Mi segunda hija con otro hombre llegó a los 15... Para mí es muy difícil hablar con Raquel (su primera hija de 14 años) porque no soy ejemplo de nada".
Flavia, de 14 años y un hijo, acota con candidez: "El hijo te hace sentir responsable y te ayuda a mantener al padre".
Nancy Olivero es como un ángel protector en Villa Alberto; un alma que contiene, asiste y escucha a las "niñas madres" y a sus familias. Nancy trabaja de enfermera en el hospital Perrando y vio mucho: "Muchas madres jóvenes de 11, 12 y 13 años no se aguantan lo que llevan en la panza y los quieren regalar... Otras abortan con métodos salvajes, es muy duro".
Sabrina, nuestra primera protagonista de estas historias, escucha. "¿Y, mi amor, qué te gustaría tener?", le pregunta Nancy. "Quiero un varón para que no joda con estas cosas cuando sea grande como me pasó a mí", responde Sabrina. Su padre, Mario, de 45 años, asiente con la cabeza.

"Sería penoso" legalizar el aborto

El arzobispo de La Plata, Héctor Aguer, cuestionó ayer los proyectos para despenalizar el aborto que comenzó a analizar una comisión de la Cámara de Diputados de la Nación al señalar que sería "penoso" y "terrible" para la Argentina porque marcaría "un paso hacia atrás" en la sociedad.
En ese sentido, el obispo se refirió a la audiencia realizada en la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados el martes pasado, donde la directora de Promoción y Derechos de la Mujer de la ONG Human Rights Watch, Marianne Mollmann, sostuvo que el aborto es una cuestión de salud pública y de derechos humanos, que previene la mortalidad materna.
"Sería penoso que diéramos ese paso en falso, ese paso hacia atrás, cuando hasta la ciencia misma reconoce la condición personal del embrión humano", sostuvo el prelado, y advirtió: "La intención de los lobbies abortistas apuntan a mucho más, ya que presentan ese atentado contra la vida naciente como un derecho de la mujer que se debe reclamar y reconocer".
Según la agencia DyN, Aguer señaló en su programa televisivo: "Sería terrible que la Argentina, desconociendo eso, estableciera, con el relativo eufemismo de la despenalización del aborto, la condena a muerte de muchos niños por las circunstancias particulares en las cuales han sido concebidos".
En ese sentido, recordó que el papa Benedicto XVI dijo: "Existen tendencias culturales que procuran anestesiar las conciencias con motivaciones que son más bien pretextos".
"Respecto del embrión en el seno materno, la ciencia misma pone en evidencia su autonomía, su capacidad de interacción con la madre, la coordinación de los procesos biológicos, la continuidad del desarrollo, la creciente complejidad del organismo", acotó. Y señaló que, cuando se habla del embrión, "no se trata de un cúmulo de material biológico sino de un nuevo ser viviente, dinámico y maravillosamente ordenado, un nuevo individuo de la especie humana".
Ante ello, recordó que "la Iglesia está salvaguardando un valor fundamental de humanidad que es el respeto a la vida y a su dignidad incomparable desde el instante mismo de la concepción".
La comisión de Legislación Penal realizó el martes la primera audiencia para impulsar proyectos de varios legisladores sobre la despenalización del aborto.
lanacion.com

No hay comentarios: