lunes, 10 de mayo de 2010

Tras una cirugía, la arritmia puede conducir a un ACV

Nora Bär
LA NACION
Pocos sabríamos qué es una "endarterectomía" fuera de los neurólogos especializados si, hace algunas semanas, un personaje como el ex presidente Néstor Kirchner no hubiera sido sometido inesperadamente a esta cirugía para desbloquear la arteria carótida y su caso no hubiera ocupado las tapas de los diarios.
El procedimiento, que dura entre 135 y 250 minutos, se realiza para extirpar la placa aterosclerótica y abrir el paso a la sangre rica en oxígeno en su camino al cerebro. Un trabajo de investigación que combinó el uso de nuevas tecnologías, como la telemetría cardíaca, y la revisión de los resultados de tres años de cirugías realizadas en la Fundación Favaloro acaba de arrojar resultados insospechados: según el estudio, luego de la endarterectomía no sólo es bastante frecuente la arritmia cardíaca (se produce en el 6,3% de los casos), sino que, al parecer, cuando ocurre aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular.
"Nuestras conclusiones indican que la arritmia es frecuente y hay que buscarla -dice el doctor Luciano Sposato, director del Registro Nacional de Stroke (accidente cerebrovascular o ACV) y autor del trabajo, junto con un grupo de jovencísimos investigadores que lo realizaron como parte de su entrenamiento en la Universidad Favaloro, a pesar de lo cual llegó a los primeros planos de la última Reunión de la Asociación Norteamericana de Neurología-. En principio, todo indica que la frecuencia de ACV en quienes desarrollan la arritmia es mayor. Pero este dato es preliminar, porque el número de pacientes analizados (150) es bajo y estos resultados podrían ser producto del azar."
Sposato, que por primera vez tomaba a su cargo la materia Módulo de Investigación III, les propuso a los alumnos investigar cuáles son las posibles causas que hacen que un paciente sometido a una endarterectomía tenga un ACV como complicación.
"La obvia es que haya un accidente con la cirugía en sí misma -aclara-, pero la que se nos ocurrió, y no es tan obvia, es una arritmia cardíaca que produzca una isquemia [sufrimiento celular causado por la disminución transitoria o permanente del riego sanguíneo] en el mismo territorio o en otro."
Encontrar la respuesta a esta pregunta fue posible porque en la Fundación Favaloro se está desarrollando monitoreo cardíaco continuo por telemetría a todos los pacientes con ACV desde que ingresan en la sala de recuperación, por lo menos durante dos días y medio, y por tres días y medio, en promedio.
De los resultados de este estudio se desprende que las condiciones que predisponen a padecer una arritmia son haber tenido un infarto y ser de género masculino. Y que la probabilidad de que se desencadene está estrechamente vinculada con la duración de la cirugía: cuanto menos dure, mejor. "Pudimos ver que la cirugía de los pacientes que tuvieron la arritmia duró el doble", concluye Sposato.
Para el doctor Gerardo Bozovich, director médico de la Fundación y titular de la materia de investigación que los estudiantes deben cursar entre segundo y quinto año, este trabajo es importante por partida doble: porque contribuye a formar profesionales que se destaquen no sólo por su capacidad para asistir a los pacientes, sino también para ser investigadores y realizar una lectura crítica de la literatura científica, y porque pone claramente de manifiesto la íntima relación que existe entre la enfermedad carotídea y la de las arterias coronarias.
El ACV es la tercera causa de muerte y la primera de discapacidad prolongada. "No es convencional que la persona que tiene alguna forma de intervención sobre las arterias carotídeas tenga también un monitoreo cardíaco continuo -explica Bozovich-. Aunque en medicina nunca se dejan de lado protocolos de trabajo por un solo estudio, éste puede marcar un posible cambio en la forma en que se controlan los pacientes."
lanacion.com

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