sábado, 30 de octubre de 2010

Afirman que los chicos que tienen una hermana son más felices

Sebastian A. Ríos
Aunque muchos chicos y chicas se quejen de sus hermanas por motivos tan variados como recurrentes -e incluso puedan, en el medio de una pelea, decir que preferirían ser hijos únicos-, distintos estudios coinciden en que quienes comparten su infancia y su adolescencia con una hermana tienden a ser más felices y optimistas.
De alguna forma, afirman quienes han estudiado las relaciones familiares, las hermanas parecerían constituir una suerte de factor "protector" de la salud mental fraternal.
A esa conclusión llegó la doctora Laura Padilla-Walker, de la Universidad Brigham Young, de los Estados Unidos, tras estudiar a 395 familias. "Nuestro análisis estadístico mostró que tener una hermana protege a los adolescentes de sentirse solitarios, no queridos, culpables, introvertidos y temerosos. No importa si la hermana es menor o mayor, ni que tan grande es la diferencia en cuanto a la edad", señaló la autora del estudio publicado en la revista Journal of Family Psychology .
A conclusiones similares arribó la investigadora Liz Wright, de la Universidad De Montfort, de Inglaterra, que tras evaluar a 571 familias halló que los chicos y las chicas que tenían una hermana obtuvieron mejores resultados en distintos estudios que evalúan la salud mental. Quienes crecían junto con sus hermanas tendían a ser más optimistas, señaló Wright.

Hablar, hablar, hablar
Pero, ¿qué diferencial aporta la compañía femenina de la masculina? "He entrevistado a más de cien mujeres acerca de sus hermanas, y a las que también habían tenido hermanos, les pedí que compararan. La mayoría dijo que hablaban más seguido con sus hermanas, por más tiempo, y sí: acerca de asuntos más personales", escribió recientemente en una columna publicada en el diario The New York Times la experta en lingüística Deborah Tannen, de la Universidad Georgetown, de Estados Unidos.
"La clave de por qué tener hermanas hace más felices a las personas -tanto hombres como mujeres- quizá no descanse en el tipo de charla de la que participan, sino en el hecho de que hablan -agregó Tannen-. De modo que quizá sea cierto de que hablar es la razón por la que tener una hermana hace que uno sea más feliz."
Pero no es necesario que la charla sea sobre emociones, señaló Tannen. "Cuando las mujeres me dicen que hablaban más seguido con sus hermanas, por más tiempo y acerca de asuntos personales, yo sospecho que ese primer elemento -el hablar más seguido- es más crucial que el último."

Ellos también cuentan
Y los hermanos varones -generalmente menos propensos a la charla- ¿tienen algún impacto benéfico sobre la salud mental de sus hermanos y hermanas? Ellos también aportan, dijo Padilla-Walker.
"Nuestro estudio hallo que tener un hermano o una hermana afectuosa promueve las buenas acciones, como ayudar a los vecinos o cuidar de otros chicos en el colegio -comentó-. De hecho, los hermanos afectuosos fomentaban las buenas actitudes más que los padres afectuosos. La relación entre el afecto entre hermanos y las buenas acciones fue el doble de fuerte que entre la paternidad y las buenas acciones."
Para los padres de niños pequeños, recomendó la investigadora, "el mensaje es alentar el afecto entre hermanos. Una vez que llegan a la adolescencia, éste será un gran factor protector".
"Seguro que tener un hermano, sea hombre o mujer, ayuda al bienestar psíquico y contribuye a la felicidad -dijo, por su parte, el doctor Pedro Horvat, médico psiquiatra y psicoanalista de la Asociación Psicoanalítica Argentina-. Porque un hermano es un par, es un buen competidor, es un apoyo y es un modelo. Un hermano es alguien con quien se pueden compartir éxitos o fracasos, con quien se pude compartir transgresiones y la exploración del mundo."

Conclusiones apresuradas
Pero lo que el doctor Horvat pone en duda es la conclusión en torno a la importancia del género fraternal en relación con la felicidad.
"Es verdad que las mujeres tienen una facilidad para lo íntimo que los varones no tenemos, de modo que uno podría decir que una hermana va a facilitar cierto contacto con lo íntimo en términos emocional y sensorial, que para un hermano varón podría ser más difícil", comentó.
"Ahora, el camino de la felicidad me parece más largo y complejo, y decir que soy feliz porque tengo una hermana es algo un poco tomado de los pelos -opinó Horvat-. Este tipo de estudios siempre aporta una mirada muy parcial. Son conclusiones generales que se extraen a partir de datos parciales. Y son siempre riesgosas."
"Sobre todo cuando muchas personas pueden opinar que sus hermanos han sido un problema en su vida, porque de acuerdo con el vínculo nunca dos hermanos ocupan el mismo lugar para los padres, y esa inevitable diferencia puede enriquecer el vínculo, pero también puede complicarlo", agregó Horvat.
"Tener una hermana es una gran cosa, pero también es un vínculo complejo", concluyó.

DIXIT
"Tener una hermana protege a los adolescentes de sentirse solitarios, no queridos, culpables y temerosos. No importa si la hermana es mayor o menor"
Laura Padilla-Walker
Universidad Brigham Young
lanacion.com

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