
Esa es una de las conclusiones a la que llegó una encuesta online de la consultora Datos Claros, que evaluó la percepción de mujeres de entre 20 y 40 años en relación a sus valores cotidianos, el trabajo, la familia y la maternidad.
El 39% respondió que su vida es un “ni”, lo que se traduce en descontento .
Raquel Rascovsky, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina, explica el fenómeno: “Las jóvenes de entre 20 y 24 años están en plena búsqueda de posicionamiento social. Están ocupadas en el estudio y en encontrar un trabajo estable. Las mayores de 35 se encuentran con un doble trabajo: su propio empleo y sus maridos e hijos. Suficientes motivos para estar insatisfechas”. ¿Qué pasa entre los 25 y los 34? “Las chicas se divierten, tienen estabilidad laboral y quizás ya han terminado de estudiar o encontraron aquello que les gustaba aprender”, cierra.
Para Mirta Dall ‘Occhio, directora de Hémera–Centro de Estudios del Estrés y la Ansiedad, la vida de una joven entre los 20 y los 24, y las que pasaron los 35, es un período estresante . “A las más jóvenes se les pregunta qué van a hacer de su vida. Y las de más de 35, por qué no tuvieron hijos. La sociedad presiona a ambas”.
Según la especialista, las mujeres que habitan el área metropolitana se hacen planteos más temprano. Las preguntas existenciales están relacionadas al principio con la inserción laboral o universitaria. Luego es el reloj biológico el que apremia. “Lo mejor es no aislarse y compartir con otras mujeres –mayores y menores– la situación por la que estamos atravesando. Contar lo que nos pasa y escucharlas, nos dan una perspectiva”, sugiere Dall ‘Occhio.
También hay mujeres que se realizaron a nivel familiar, pero igual se sienten insatisfechas. “Cumplieron con la maternidad, pero están aburridas de la rutina del matrimonio. Y están las separadas, divorciadas o viudas, que dicen que o no hay hombres, o ponen muchos reparos para comprometerse. En esos casos, el final del camino, siempre, es el sufrimiento”, dice Walter Ghedin, psiquiatra y sexólogo, autor del libro La vagina enlutada .
Sólo aquellas que estén conformes con ellas mismas podrán disfrutar de su vida. Concluye Ghedin: “Si el medio no las conforma, tienen recursos propios para bancar la adversidad. Esas son las mujeres que supieron integrar las demandas del género con su autonomía y estatus social”.
clarin.com
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