Además de un drama personal, sufrir varios abortos espontáneos también podría ser un indicador de mala salud cardiovascular. Según un reciente estudio, esta circunstancia multiplica por cinco las posibilidades de sufrir un infarto de miocardio.
Los datos de esta investigación que publica la revista 'Heart' muestran que, aunque en menor medida, también haber dado a luz a un bebé sin vida podría aumentar las posibilidades de padecer un problema coronario a lo largo de la vida.
"Ambos problemas son predictores específicos de infarto de miocardio, por lo que deberían considerarse como indicadores significativos para llevar a cabo medidas preventivas", comentan en su trabajo los autores, dirigidos por Elham Kharazmi, del Centro Alemán de Investigación en Cáncer de Heidelberg (Alemania).
"Nuestros resultados sugieren que estas mujeres tienen un riesgo sustancialmente mayor de sufrir un infarto a lo largo de su vida", añaden estos científicos, quienes, pese a no haber podido determinar las causas de esta relación, sugieren que "la pérdida de un bebé y las enfermedades cardiovasculares parecen compartir los mismos factores de riesgo".
Este equipo realizó un seguimiento durante aproximadamente 10 años a más de 11.500 mujeres que, previamente, habían participado en un completo estudio europeo sobre el impacto de la dieta y los hábitos de vida en el desarrollo de enfermedades, fundamentalmente el cáncer.
A través de varios cuestionarios, los científicos analizaron, entre otras cuestiones, si las participantes habían sufrido algún aborto, si habían parido algún bebé sin vida, o si habían interrumpido voluntariamente sus embarazos. Además, utilizando datos médicos, también comprobaron si habían sufrido algún problema cardiovascular a lo largo del seguimiento.
De las 2846 mujeres que habían sufrido abortos espontáneos, un total de 69 había padecido esta circunstancia en repetidas ocasiones. Otro 18% de la muestra había abortado de forma intencionada, mientras que otro 2% había dado a luz a un niño muerto.
Durante los 10 años supervisados, 82 mujeres sufrieron un ataque al corazón y 112 padecieron un infarto cerebral.
Al cruzar los datos disponibles, los investigadores comprobaron que un historial de abortos recurrentes (más de tres) se asociaba con un riesgo mucho más alto de sufrir un infarto de miocardio. Según sus resultados, también haber perdido un bebé aumentaba las posibilidades de desarrollar un problema de corazón.
En cambio, ninguno de estos problemas se asociaba con mayores probabilidades de sufrir un infarto cerebral.
Haber interrumpido de forma voluntaria la gestación tampoco se relacionó con un mayor riesgo cardiovascular de ningún tipo.
En sus conclusiones, los científicos reclaman nuevas investigaciones al respecto que confirmen los resultados y determinen "los factores subyacentes que están detrás de esta asociación".
elmundo.es
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