miércoles, 29 de diciembre de 2010

Adictos a las compras

'Cuando tengo algo de dinero no puedo evitar gastarlo'. 'A veces compro cosas que no le enseño a nadie porque me siento culpable'. 'Adquiero productos que no necesito'. 'Suelo comprar de manera impulsiva'. Si se reconoce usted positivamente en todas estas afirmaciones tal vez sea hora de plantearse que puede ser un adicto a las compras. No existen cifras de cuántas personas se encuentran en esta situación, pero fechas como las Navidades o las rebajas cercanas pueden acentuar su problema.
Compras compulsivas y no planificadas, de artículos que no necesita, por un importe que supera sus posibilidades económicas y le llevan a endeudarse, o con el objetivo de mejorar su autoestima a través de los productos que ha adquirido. Ésas podrían, ser a grandes rasgos, las características que definen a un adicto a las compras (en inglés, 'shopaholic'), un trastorno que a menudo no se percibe como tal.
"Por nuestros valores sociales, ciertos productos se reconocen como un símbolo de estatus: cuanto más tienes, más eres", señala el psicólogo José Antonio Molina, especialista en adicciones y director del centro Psicohealth. Por eso, y más en estas fechas Navideñas, los adictos a las compras pueden tratar de autojustificarse más fácilmente ("si todo el mundo gasta de más...").

¿Cómo reconocer a un adicto?

Pero, ¿cómo diferenciar los excesos propios de las compras navideñas de una verdadera adicción? Molina destaca varios puntos. "Lo primero es una cuestión temporal. Probablemente si nos diagnosticasen ahora, muchos de nosotros saldríamos adictos a gastar, al alcohol, comedores compulsivos... Pero el consumo abusivo debe mantenerse en el tiempo para considerarse adicción", aclara en primer lugar.
La segunda característica de esta adicción es que tenga consecuencias negativas para quien la practica, y aún así la mantenga. "Recuerdo el caso de un paciente que cobraba un subsidio de poco más de 400 euros, le pasaba una pensión a su ex mujer de unos 200 y aún así se había gastado más de 300 en un día en ropa de marca", apunta el especialista del Colegio madrileño de Psicólogos.
Como añade en este sentido el doctor Javier Garcés, presidente de la Asociación de Estudios Psicológicos y Sociales, "el problema empieza con pequeños desajustes con la tarjeta de crédito y acaba en la quiebra". Según los datos que se manejan, el porcentaje de adictos a las compras que llegan a esta situación patológica y de pérdida de control es del 3% aproximadamente, "aunque probablemente eso sólo es la punta del iceberg porque hasta el 30% de los europeos tiene problemas de descontrol en el gasto".

Igual entre hombres y mujeres

A pesar de la idea de que son las mujeres las mayores adictas a las compras, en realidad la diferencia está sólo en el tipo de productos que adquieren unas y otros. "Las mujeres se decantan más por las joyas, la lencería o los cosméticos; mientras que los adictos varones compran móviles, informática, tecnología...", señala Molina. "Una cosa es que a las mujeres les guste más ir de compras y otra muy distinta es que sean más adictas", señala Garcés, profesor de Psicología del Consumidor.
De hecho, en el estudio europeo que él coordinó entre 1997 y 2000, las diferencias que se observaron no fueron una cuestión de género, sino de edad: "Las generaciones más jóvenes son cada vez más consumistas que sus predecesores. Nadie mayor de 65 años tiene problemas de adicción a las compras; mientras que los jóvenes de 16-17 años han crecido ya educados en el consumo, sin ninguna sensación de riesgo". De hecho, hasta la década de los ochenta no se le empezó a prestar atención al problema.
Como todos los adictos, también los 'shopaholics' se pueden recuperar de su problema. Aunque el primer paso que deben dar es reconocer que tienen un trastorno; "de momento, como en otros diagnósticos 'nuevos', como la adicción a Internet, no existe todavía tradición de acudir a un profesional", destaca Molina.
Una vez valorado el trastorno, las técnicas conductuales de control de los impulsos y las cognitivas (para huir del autoengaño) pueden ayudar a desengancharse. Aunque en los casos más graves podría ser necesario recurrir a algún psicofármaco. Como aclara el doctor Garcés, es importante saber que los adictos no disfrutan con las compras, "sienten culpabilidad".
Así que si usted "es feliz con lo que compra, usa los artículos que ha adquirido y se gasta dentro de sus posibilidades", tal vez no sea más que un poco consumista; quizás un poco más en estas fechas.
elmundo.es

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