domingo, 12 de diciembre de 2010

Sexo postparto

Retomar la vida sexual despues de tener un hijo suele traer varias dificultades, pero es una gran oportunidad para la pareja; no la dejes pasar...


Acabamos de parir. Nuestro cuerpo está atravesado por los nueve meses de gestación. Podemos extrañar la panza. Nuestra vida da un giro. Estamos cansadas: damos la teta cada tres horas, cambiamos pañales, dormimos mal, comemos cuando podemos.

Extrañamos arreglarnos para ir a trabajar y tomar un café tranquilas en la oficina. Podemos estar preocupadas por el bebé (si aumenta de peso, si tiene cólicos, si llora.). Nos duelen los puntos de la cesárea o los de la episiotomía, y nuestros pechos. dejan de ser tan nuestros.

¿Cómo retomar la vida sexual con este cuadro? En algún momento, lo hablaremos en pareja. Las ganas, más tarde o más temprano, van a aparecer. Podemos tener miedo de que nos duela. Ellos pueden sentirse raros con esta especie de neovirginidad.

Sin embargo, sin presiones, con amor, ternura y algo de humor, nuestra sexualidad puede crecer enormemente. Basta capitalizar esta, "crisis" como una oportunidad. Sin duda, es una instancia que invita a redescubrirnos y a reencontrarnos con nuestra pareja desde otro lugar, tomándolo como un juego de dos.
El ABC de esta etapa

Cuarentena

Es el tiempo que le lleva al útero volver a su tamaño. El manual dice que son 40 días. En realidad, según cómo haya sido el parto, cada mujer podrá retomar las relaciones sexuales entre 30 y 60 días después.

Los puntos

Los de la episiotomía se caen solos, entre 15 y 20 días después del parto. A los de la cesárea, los saca el obstetra unos 10 días después. De todos modos, hay que esperar como mínimo un mes para retomar las relaciones sexuales. Respetando ese plazo, no hay riesgo de que los puntos "se salten".

El dolor

El corte de la episiotomía suele ser muy molesto; el dolor deserotiza y da miedo retomar. El ginecólogo puede recetar una crema anestésica (tipo xilocaína), para colocar con mucho cuidado sobre la cicatriz. Si fue cesárea., el bebé no pasó por la vagina, pero de todos modos a veces la tensión, el miedo o la falta de lubricación generan dolor en el momento de la penetración. Si se necesita lubricación adicional, hay cremas y geles que colaboran.

La lactancia

Puede haber secreción de leche en la relación sexual. Si amamantamos al bebé antes, serán menos probables los "escapes no deseados". Si suceden, tomarlos con humor o incorporarlos al juego erótico: más de un hombre se tienta y quiere probar la leche de su mujer. Si molestan, dejar el corpiño puesto (con sus respectivos protectores mamarios) durante la relación puede ser una opción transitoria. Y, por otro lado, no te olvides que aun dando la teta podés quedar embarazada. Así que usá un método anticonceptivo si no está en tus planes reincidir tan pronto.

¿Todo vuelve a su lugar?

Después de haber tenido un parto natural y sobre todo mientras estás tratando de retomar la vida sexual, la pregunta del millón es: "¿Me va a quedar igual que como era antes?". Para que vuelva a parecerse falta un tiempo. Por eso, no es aconsejable andar espiando muy pronto a ver cómo quedó; conviene esperar. Especialmente si sos impresionable.

Claro que las curiosas (y valientes), como dueñas de su cuerpo, están en su derecho. Pero hay que hacerlo con tranquilidad y sabiendo que el tiempo borra (casi) todo. Al organismo le lleva un año recuperar su forma anterior al parto. En vez de angustiarnos por "cómo quedamos", asimilemos los cambios con naturalidad.

Ahora bien, esto no quiere decir que vaya a quedar "igual". La verdad es que no: con el pasaje del bebé, el canal de parto se ensancha.

Para recuperar la tonicidad de las paredes vaginales, se recomiendan los ejercicios de Kegel (consultá con tu ginecólogo). Pero la buena noticia es que estos cambios físiológicos no son significativos para el disfrute de la sexualidad. A gozar entonces, como, cuando y cuanto se pueda.
Cada una lo pasa a su manera

"Tengo ganas, pero no puedo"

Valoremos que esté el deseo, más allá de poder concretarlo o no. Rescatemos la energía sexual, y hagamos acopio para cuando el cuerpo nos acompañe como necesitamos. Es bueno vernos como una mujer y un hombre, a pesar de tener limitaciones para llevar adelante una relación sexual completa. Privilegiar las caricias y el contacto piel a piel hasta que pueda reinstalarse lo genital. Apelar a juegos eróticos sin penetración. Vale usar manos y boca, ellos y nosotras. El eje tiene que estar puesto en recuperar una actitud sexual, más allá de la aptitud. Tiempo al tiempo.

"No tengo nada de ganas"

Darnos permiso para que nos pase. Muchas veces, con el bebé y la lactancia no tenemos resto para más. Entonces, hay que sincerarse con la pareja: hace falta remar un poco para que vuelvan las ganas. Encontrar momentos y espacios para recobrar lo erótico, cuidando el clima, el olor, la música. No hagamos pactos negativos (estilo "yo me hago la tonta y él ni saca el tema"), ni esperemos que el deseo vuelva solo. Hablemos de sexo fuera de la cama. Tengamos a mano materiales de lectura. Consultar a un sexólogo puede ayudar, por más que no sea un "problema atípico".

"Tengo ganas y puedo. diferente"

En el posparto hay sorpresas: a lo mejor, antes de parir, nos erotizaban cosas que, de golpe, dejan de gustarnos. Estamos distintas. Generemos momentos de intimidad en pareja para re-conocernos, tomar los primeros contactos como oportunidades de explorarnos otra vez, y ver qué nos funciona ahora. El hombre puede aportar respeto y comprensión hacia su mujer, más gentileza y dedicación, más toqueteo, caricias y tiempo. Si hay miedo a que la penetración resulte dolorosa, optar por posiciones que favorezcan un contacto menos profundo (como las posturas tipo cucharita).

"Y el orgasmo, ¿dónde está?"

No debería ser una meta, ni la relación sexual centrarse en su logro. Las expectativas que exigen no son una buena moneda de cambio en esta etapa. Si el orgasmo aparece, ¡bienvenido! pero, por un tiempo, acabar puede costarnos más, llevarnos más tiempo, o directamente puede llegar a no ocurrir. Sobre todo durante los primeros encuentros tras la llegada de un bebé. La respuesta sexual femenina en el puerperio es mucho más fluctuante de lo que es habitualmente. Pero, calma, que todo vuelve a ser parecido a como era... ¡los orgasmos también!

Por Inés Rabinovich
revistaohlala.com

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