Kabir Chibber
BBC
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Aunque son pocos los que advierten que un Mini Cooper está pasando. Esto es posible debido a una característica que tienen determinados modelos, excepcionalmente silenciosos al iniciar la marcha.
Esta característica esconde una sofisticada ingeniería con la que han sido equipados los 612 Mini E, que están siendo probados en Alemania, Estados Unidos y Reino Unido desde 2009.
Estos modelos eléctricos son ofrecidos a los clientes en leasing y BMW, fabricante de Mini, y cuentan con un minucioso seguimiento de todos los aspectos de su forma de uso, en casi todos los escenarios concebibles, mientras sus dueños los manejan.
La cantidad de datos que la tecnología permite recoger acerca del comportamiento de los conductores no tiene precedentes. El impacto de toda esa información es potencialmente enorme.
Imagínese que su coche le envíe recordatorios a su red social cuándo tenga que llevar el auto a la inspección técnica obligatoria, o que comparta su ubicación con sus amigos o pueda probar que no fue responsable de un accidente.
Cambio de comportamiento. La compañía británica Riversimple ha diseñado autos impulsados por hidrógeno que lanzará en la ciudad de Leicester en 2012. Con ellos recopilarán cada detalle sobre el uso que le dan los conductores.
Si el proyecto va bien, ya están discutiendo fórmulas para conectar los autos a las redes sociales y que compartan datos sobre el uso que se les da.
"Los conductores podrían jugar a ver quién está conduciendo la manera más eficiente", dice Rosie Reeves, responsable de la iniciativa en Riversimple.
Por su parte, el fabricante italiano Fiat también lleva unos seis meses recolectando datos del sistema de navegación Blue&Me que llevan instalado muchos de sus coches. Este proyecto es, posiblemente, el más relevante entre los diversos fabricantes de todo el mundo, la mayor cosecha de información sobre conducción de vehículos.
"Podemos extraer una serie de datos sobre cómo se utilizan los pedales, el consumo de gasolina, frenos", dice Cándido Peterlini, vicepresidente de desarrollo de producto de Fiat.
Así fue desarrollado el concepto eco:Drive , con datos tomados de 420.000 desplazamientos hechos por 5.700 conductores de cinco países. Los coches con esta función permite al conductor a descargar los datos sobre sus viajes a una memoria USB que luego puede estudiar en su computadora.
Con esa información podrá saber cómo mejorar su forma de conducir, por ejemplo, a través de cambiar menos de marchas.
Peterlini comenta que planea que pronto el auto pueda dar respuestas instantáneamente, para que el conductor pueda ir aprendiendo mientras está manejando, y más tarde quieren integrar mapas de tráfico en vivo.
El auto que enseña a conducir. "El plan consiste en decirle cuál es la manera más ecológica de recorrer un trayecto a través de un cambio en el comportamiento, teniendo en las condiciones del tráfico y la estructura de la carretera", dijo Peterlini.
No será difícil que en un futuro cercano los computadores de a bordo se vuelvan cada vez más sofisticados, e incluyan perfiles personales para cada miembro de la familia.
El equipo podrá modificar la posición de las sillas, programar el tipo de música, o colocar la suspensión en modo deportivo o confortable, en función de quién esté al volante.
Y todo eso mientras además le explica al conductor cómo manejar mejor y, sobre todo, cómo ser más eficiente con el combustible.
Según Fiat, por ejemplo, los británicos son los europeos que gastan menos combustible. Los españoles los que más, porque también tienen el sistema de tránsito menos eficiente.
Modelos eléctricos. El aumento de la capacidad para recoger datos también ha servido para que se multiplique la información que se puede tener sobre el comportamiento al volante de los conductores. Con la llegada del Chevrolet Volt y el Nissan Leaf , este tipo de vehículos parecen listos para convertirse en un producto de masas.
Las pruebas de BMW con el Mini E han descubierto que la mayoría de la gente piensa que utiliza su auto mucho más de lo que de hecho lo hace. Los conductores de estos vehículos también piensan que tendrán que recargar el coche todos los días, cuando en realidad sólo es necesario cada dos o tres días.
"Es un error pensar que tendremos que adaptar nuestro estilo de conducción a los vehículos eléctricos", opina Suzane Gray, directora del proyecto Mini E en el Reino Unido. Pronto, muchos de estos modelos serán sometidos a pruebas en Francia, China y Japón.
Los fabricantes de automóviles se están preparando para un mundo donde los coches no sólo recogen datos, sino que además los comparten con los demás.
"Somos conscientes del continuo crecimiento del poder de la informática en el mundo de la automoción. El grado de conectividad y de capacidad para compartir información saltará a un nivel completamente nuevo", afirma Gray.
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