Junto al positivo del test de embarazo y los nuevos proyectos de futuro, comienzan a surgir un sinfín de dudas. Una de las más tratadas en la consulta: ¿Qué fármacos se pueden tomar sin riesgos para el bebé? Los expertos aclaran cuáles se desaconsejan tanto en la gestación como en la lactancia.
Como explica a ELMUNDO.es Jackie Calleja, ginecólogo del Hospital Universitario Quirón Madrid, "el consumo de medicamentos es mucho más flexible de lo que la gente se cree. De hecho, muchos son prácticamente inocuos".
Esto no significa vía libre a la automedicación. La doctora María Jesús Cancelo, ginecóloga del Hospital Universitario de Guadalajara, desaconseja esta 'mala costumbre' y recomienda que "cuando se usen fármacos, sea por indicación del médico. Por ejemplo, ante un dolor de cabeza asumible, lo mejor es no tomar nada y si es fuerte, acudir al médico".
Si se trata del primer trimestre del embarazo, agrega Jackie Calleja, "se debe reducir al máximo el consumo de medicamentos, por ser una etapa importante del desarrollo embrionario, pero siempre manteniendo sólo aquéllos que sean indispensables para la salud de la madre (por ejemplo, para la epilepsia)". Como afirma la doctora Cancelo, "es mucho peor una crisis epiléptica que seguir con el tratamiento". A veces, el beneficio terapéutico justifica el riesgo potencial para el feto.
La realidad es que entre el 70% y el 80% de las gestantes, asegura el ginecólogo, "toma algún tipo de medicamento. Según una revisión española sobre el riesgo de los medicamentos utilizados durante el embarazo, publicado en la revista FAP (Farmacéuticos de Atención Primaria), entre los fármacos más frecuentes en esta etapa se encuentran los antieméticos, antimicrobianos, tranquilizantes, diuréticos, analgésicos y corticoides, además de los suplementos vitamínicos y minerales.
"La mayoría son relativamente seguros y de uso frecuente. Otros, como los quimioterápicos, la talidomida, algunos hormonales, antirretrovirales, quinolonas y ciertos antibióticos se desaconsejan por su alto riesgo de producir malformaciones en el feto; incluso la muerte". Pero, en muchos casos, subraya Calleja, "existe una alternativa segura".
Una muestra clara sería una mujer con epilepsia. Según una revisión publicada en 'British Medical of Journal', un tratamiento a base de carbamazepina durante los tres primeros meses de embarazo incrementaría el riesgo de malformaciones congénitas, incluyendo la espina bífida. Si el beneficio para la madre no justifica el riesgo para el feto, aseguran los médicos, existen otros medicamentos por los que se puede reemplazar, como la lamotrigina.
Recomendaciones en la lactancia
Pero las dudas van más allá del embarazo. Por ejemplo, estos mismos fármacos antiepilépticos han sido objeto de crítica durante la lactancia. Un estudio publicado recientemente en 'Neurology' defiende el uso de estos medicamentos mientras las mujeres dan el pecho al recién nacido. Y así lo corrobora Ana Malalana, neonatóloga del Hospital Puerta de Hierro (Majadahonda, Madrid): "Al contrario de lo que se piensa, la mayoría de los fármacos son compatibles con la lactancia".
En general, remarca la neonatóloga, "los fármacos no pasan a la leche (depende de la absorción y la dosis administrada) y si llegan al intestino del bebé, los elimina directamente, por lo que no tienen efecto sobre él".
Como añade la especialista, "sólo estaría justificado suspender la lactancia con quimioterápicos, algunos inmunosupresores (en el caso de madres trasplantadas), radiofármacos (para pruebas de medicina nuclear), bromocriptina (para tratar la dificultad para quedar embarazada o el hipogonadismo), ergotamina (para crisis de migrañas resistentes a los analgésicos), metotrexato (cáncer, artritis reumatoide, psoriasis) y ciertos antibióticos como tetraciclinas (no todos) y cloranfenicol".
Los efectos son diversos y dependen de cada caso. "La amiodarona (indicado para el sistema cardiovascular de la madre), por ejemplo, contiene mucho yodo y esto podría provocar hipotiroidismo en el pequeño". Otros medicamentos como los anticoagulantes (fenindiona) pueden causar sangrado y con los derivados del ergot (para migrañas) se han descrito convulsiones e hipertensión".
Teniendo en cuenta que las dudas de las madres son muy frecuentes, Ana Malalana recomienda consultar una página web editada por el Hospital de Denia (Alicante) especialmente diseñada para comprobar qué medicamentos son compatibles con la lactancia. "Basta con introducir el nombre del fármaco para saber si está o no contraindicado".
elmundo.es
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