El consumo de marihuana a menudo se inicia en la adolescencia. Y el momento elegido no podría ser peor, indica un nuevo estudio. Los adultos jóvenes que comenzaron a consumir esa droga regularmente en el inicio de su adolescencia obtuvieron peores resultados en los tests cognitivos que evaluaban la función cerebral que los sujetos que tenían por lo menos 16 años cuando empezaron a fumar.
Estos hallazgos, presentados en la reunión anual de la Sociedad para la Neurociencia celebrada en San Diego, llevaron a los investigadores del Hospital McLean a deducir que el cerebro adolescente en desarrollo podría ser especialmente vulnerable a la marihuana.
“Tenemos que entender que el cerebro en desarrollo no es igual al cerebro adulto”, dijo Staci Gruber, al frente del trabajo y directora de la sección de estudios cognitivos y clínicos por imágenes del Hospital McLean, de Belmont, Massachussets, asociado a Harvard.
El estudio, llevado a cabo en conjunción con escaneos cerebrales, fue de pequeño alcance, ya que participaron en él 35 fumadores crónicos de marihuana de un promedio de 22 años de edad. Veinte de ellos habían comenzado a fumar regularmente antes de los 16, mientras que 15 comenzaron a hacerlo a los 16 o después. Todos tenían un nivel similar de educación y de ingresos.
A los participantes se les pidió que clasificaran tarjetas con diferentes formas, números y colores para medir la flexibilidad cognitiva, la capacidad para mantener la concentración, el apego a las normas y el control de las reacciones impulsivas. Los participantes que habían empezado a fumar marihuana a edades más tempranas obtuvieron puntajes significativamente más bajos en este test que aquellos que habían comenzado a fumar en una etapa posterior de su adolescencia, dijo Gruber. Los primeros tuvieron menos aciertos en la clasificación de tarjetas por categorías y cometieron más errores.
También fueron más propensos a repetir los errores , ya que continuaron dando respuestas incorrectas aun después de que se les dijera que estaban equivocadas.
A los 15 años, señaló Gruber, el cerebro todavía está cambiando y “la parte que modula la función ejecutiva es la última que se desarrolla”.
Hubo otras diferencias significativas entre los dos grupos de fumadores. Los que habían consumido marihuana regularmente desde los primeros años de su adolescencia fumaban más del doble que los que habían comenzado a fumar más tarde. Fumaban 14,7 gramos, casi tres veces más que los que fumadores tardíos, que consumían un promedio de 5,9 gramos.
Gruber, sin embargo, atribuyó el mal desempeño en los tests realizados al consumo temprano de marihuana, no a la mayor cantidad fumada.
lanacion.com
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