Mostrando entradas con la etiqueta hormonas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta hormonas. Mostrar todas las entradas

sábado, 14 de enero de 2012

Científicos descubren una hormona que ayuda a quemar la grasa del cuerpo


Se sabe que bastan 30 minutos de actividad física de intensidad moderada 5 días por semana para mantener y mejor la salud de los adultos y controlar el peso. Pero hasta ahora se conocía parcialmente qué pasa en el interior del organismo para que se alcancen esos beneficios. Investigadores de Estados Unidos, Italia y Dinamarca encontraron una respuesta: descubrieron una hormona que hace que el cuerpo queme las grasas . Un hallazgo, difundido esta semana por la revista británica Nature , con grandes posibilidades de conducir a un fármaco para tratar a personas con obesidad, diabetes tipo 2, y –quizá– otros desórdenes.
Los científicos, liderados por Bruce Spiegelman, del Instituto del Cáncer Dana-Farber, que está afiliado a la Universidad Harvard de los Estados Unidos, le pusieron nombre a la hormona: “Irisina”, en honor a la diosa griega Iris, que en La Illíada de Homero se la describe como “mensajera de los dioses”. La hormona es la mensajera de trasladar los beneficios de la actividad física al organismo.
“Había una sensación de que el ejercicio le hablaba a varios tejidos en el cuerpo”, contó Spiegelman, profesor de biología celular, en el comunicado de la universidad estadounidense. “Pero la pregunta era: cómo lo hacía?”. Su equipo encontró que la hormona Irisina tiene efectos directos sobre el tejido graso o grasa blanca, que almacena el exceso de calorías y contribuye a la obesidad.
Lo detectaron a través de una experimentación en ratones. Los niveles de la hormona se elevan por la actividad física (o cuando se la inyectaron en los ratones). Esto gatilla la conversión de la grasa blanca en grasa parda, que es la que puede quemar el exceso de calorías. Lo demostraron al inyectar pequeñas cantidades de la hormona en ratones sedentarios que eran obesos y pre-diabéticos. Con 10 días de tratamiento, consiguieron un mejor control de la glucemia y perdieron un poco de peso. Aunque saben que falta más investigación, Spiegelman ya consiguió 34 millones de dólares y abrió su propia empresa para ponerse a desarrollar una droga .
¿Es tan importante el hallazgo? le preguntó Clarín al investigador en biología molecular del Conicet y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, Marcelo Rubinstein. “Es un hallazgo interesante: descubrieron una hormona y su mecanismo de acción para hacer que el organismo pierda peso y controle la glucemia. Reivindican también el valor de la investigación básica: porque hay un potencial terapéutico para tratar enfermedades”.
En cambio, Jorge Navarro, presidente de la Sociedad Argentina de Lucha contra el Sedentarismo, opinó: “Puede ser que el hallazgo conduzca a un fármaco, pero se seguirá dentro de un paradigma equivocado: en lugar de medicalizar todo, habría que impulsar la educación para la salud, con más regulación a la industria alimentaria y más promoción de la actividad física en todas las edades”.
clarin.com

viernes, 7 de octubre de 2011

Humores que cambian, emociones a flor de piel, sensibilidad extrema... ¿son las hormonas?

A partir de la pubertad, la aparición de depresión clínica es prácticamente dos veces más frecuente en las mujeres que en los hombres, llegando a más de un 20% a lo largo de la vida. Las mujeres reconocen habitualmente la aparición de fluctuaciones anímicas a lo largo de la vida que, aunque no lleguen a configurar un problema médico, a veces determinan dificultades en el trabajo, el estudio, y en las relaciones con otras personas (¡y hasta en la relación consigo misma!).
Surge naturalmente la pregunta, ¿estas oscilaciones anímicas tan frecuentes en la mujer, son resultado de fluctuaciones en los niveles de "hormonas femeninas", que ocurren tan predeciblemente en su vida? La aparición de los ciclos menstruales y su repetición periódica, los embarazos y sus períodos post-parto, las fluctuaciones inmediatamente previas a la menopausia, y los cambios de la postmenopausia son situaciones bien reconocidas por las propias mujeres y que, intuitivamente, se señalan como asociadas a fluctuaciones anímicas, períodos de mayor o menor sensibilidad emocional, de predispoción a los vínculos sociales y románticos, de cansancio o vitalidad corporal y hasta cambios cognitivos que involucran a la atención, la memoria, y la sensación de "rapidez mental".
Es cierto que casi todas las situaciones de fluctuación hormonal mencionada se pueden asociar también a factores psicológicos que pueden influir en el ánimo. ¿Quién puede dudar de la importancia de un embarazo, de la finalización del mismo, de la terminación de la vida fértil de una mujer, para su estado emocional, con todo lo que estos períodos implican? La llegada de un nuevo hijo, ¿no produce acaso una serie de desafíos a la mujer en su identidad, ahora como madre de un nuevo ser que depende de ella estrechamente y requiere de sus cuidados como de los de ninguna otra persona? ¿Qué nos dice el sentido común sobre el impacto que puede tener el retiro de los períodos menstruales y con ello el fin de la edad reproductiva?
Parecieran verdades de Perogrullo que cada fase de la vida reproductiva se acompaña de estos y otros desafíos identitarios, explícitos o simbólicos, que bien pueden acompañarse de fluctuaciones en el ánimo, la emocionalidad, en qué tan bien se siente una mujer consigo misma. Ahora bien, ¿son estos factores psicológicos asociados a los distintos momentos de la vida reproductiva de la mujer, las únicas explicaciones de los cambios anímicos asociados a ellos? Es una experiencia común que los últimos días de cada ciclo son, para muchas mujeres, un momento especialmente difícil emocionalmente, aun cuando no existan problemas de pareja, de familia, o de trabajo. Es difícil conciliar momentos de tristeza profunda con la llegada de un nuevo hijo que, aunque desafiante para la autoestima de la mujer en su nueva función de madre, fue recibido con esperanza y alegría.
Muchas mujeres se sienten bien preparadas para la menopausia, después de haber vivido una vida reproductiva rica y generosa, y manteniéndose activas social, laboral, y sexualmente, y sin embargo desarrollan cambios anímicos muy notables cuando llegan las primeras fluctuaciones en los ciclos que anuncian el retiro definitivo de los ciclos menstruales. Hoy sabemos que estos cambios anímicos guardan una relación muy estrecha con los niveles de hormonas sexuales femeninas, principalmente estrógeno y progesterona, pero también con los niveles de andrógenos (por ejemplo dehidroepiandrosterona), que en el caso de la mujer cambian marcadamente en distintos momentos de su vida.
Cada momento de la vida reproductiva de la mujer tiene sus peculiaridades neuroendocrinológicas que imponen un desafío (¡pero también una posibilidad de prevención!) al mantenimiento de un buen estado anímico.
Ciclos menstruales y Trastorno Disfórico Premenstrual
En contraste con lo que ocurre en varones, que tienen niveles más o menos estables de hormonas sexuales, la secreción de estrógenos y progestágenos en la mujer es un fenómeno eminentemente cíclico. Existe un nivel incremental de estrógenos durante la primera fase del ciclo, de aproximadamente 14 días, que culmina con un "pico" hormonal seguido de inmediato por la ovulación, y luego el mantenimiento de niveles altos de progestágenos en la segunda mitad del ciclo. Si no hubo fecundación e implantación del óvulo iniciando un embarazo, al final del ciclo menstrual los niveles de ambos tipos de hormonas decaen, y el tejido uterino que se había desarrollado, listo para acoger al embrión, se descama, acompañado de volúmenes variables de sangrado que es lo que la mujer observa como menstruación. Muchas mujeres se quejan de síntomas físicos antes de la menstruación, pero hay un subgrupo que informa humor deprimido, o labilidad emocional, mayor irritabilidad, y tensión.
Estos síntomas son la esencia diagnóstica de lo que se llama Trastorno Disfórico Premenstrual. Generalmente aparecen en la última semana del ciclo, inmediatamente antes del período, y en algunas mujeres no se alivian con el mismo sino que siguen unos días más. Las mujeres que tienen PMDD tienen menores niveles de estradiol disponible en la sangre. Curiosamente, la suplementación con hormonas no alivia en forma consistente estos síntomas, que sí suelen responder muy bien a antidepresivos "serotoninérgicos", lo que apunta a que los estrógenos no tienen efecto directo sobre el ánimo sino que posiblemente afecten a sistemas de "mensajeros" cerebrales (llamados "neurotransmisores") involucrados en la regulación del ánimo. Según cuál es la encuesta, de un 3 % a un 9 % de las mujeres experimentarán este síndrome en algún momento de sus vidas. A veces, el PMDD llama la atención sobre formas leves y crónicas de depresión llamadas "distimia", o representan la exacerbación de un trastorno depresivo subyacente. Estos cuadros no son los únicos factores de riesgo para PMDD. Otros factores incluyen el cigarrillo, un menor nivel de educación, y un cuadro de ansiedad llamado "trastorno por estrés postraumático", observado en algunas personas que estuvieron expuestas (no importa cuánto tiempo antes) a un trauma severo, como un asalto o una violación.
Embarazo
El embarazo parecería ser una situación "protegida biológicamente" contra la tristeza, porque durante el mismo los niveles de estrógenos y de progesterona suben como en ningún otro momento de la vida de una mujer. Y con ellos, parece subir también la actividad serotoninérgica cerebral. De hecho, durante mucho tiempo se pensó que el embarazo tenía un efecto protector sobre el ánimo. Hoy se sabe que para algunas mujeres no es así, y que hasta puede representar un momento de riesgo. La frecuencia con la que la depresión aqueja a mujeres embarazadas es de aproximadamente un 7 % en el primer trimestre y un 12 % en los dos siguientes. Sin embargo, para mujeres que ya estuvieron deprimidas alguna vez, las chances durante el embarazo trepan al 40%, y en la mitad de casos, los síntomas reaparecen en el primer trimestre.
Cuando esto pasa, el panorama se complica porque la decisión sobre si tratar o no tratar farmacológicamente el cuadro puede ser difícil. Como médico, uno se torna como es lógico extremadamente cuidadoso e intenta evitar el uso de antidepresivos, siguiendo el principio básico de la medicina: primum non nocere, dice el juramento hipocrático. Si bien los antidepresivos usados generalmente no son teratogénicos, es muy difícil saber qué efectos a largo plazo tengan sobre el desarrollo del niño por nacer. Sin embargo, estas precauciones deben contrastarse con la decisión de no tratar. Médico y paciente deben saber que una depresión severa no tratada se asocia a complicaciones obstétricas (aumento de cesáreas o partos vaginales en los que se usan instrumentos, y parto prematuro) y puede afectar el desarrollo temprano del niño, por ejemplo en lo que hace a habilidades cognitivas incluyendo adquisición del lenguaje incluso en mujeres que no fueron tratadas con antidepresivo. La severidad de la depresión es un factor crucial a tomar en cuenta.
Postparto
El postparto inmediato es un momento de riesgo bien conocido para sufrir problemas no sólo de depresión, sino también de otros problemas psiquiátricos. Si en los últimos momentos de cada ciclo menstrual la caída de los niveles de hormonas se asocia a un riesgo aumentado de problemas anímicos, en el postparto inmediato las hormonas se "caen de un abismo" porque como dijimos, en el embarazo los niveles de hormonas femeninas son máximos. Y a pesar de que el tema está todavía rodeado de controversia, los cambios abruptos en niveles de hormonas parecen ejercer un efecto fundamental en el aumento del riesgo de padecer depresión en este período. Hasta un 18% de mujeres parecen tener un aumento de los síntomas depresivos en los primeros 6 meses después del parto, pero la prevalencia de un episodio depresivo mayor va del 4 al 9%. Haber padecido depresión antes y durante el embarazo, o tener una historia de PMDD, y hasta de haber tenido depresión relacionada con el uso de anticonceptivos orales, son todos factores que aumentan las probabilidades de tener depresión postparto, como si hubiera un grupo de mujeres con una sensibilidad especial a los ciclos hormonales, no sólo en menos, sino también en más (como durante el embarazo).
Premenopausia, menopausia temprana, menopausia tardía: ¿da lo mismo para el humor y las emociones?
El último momento de especial riesgo en la "vida hormonal" de una mujer es la menopausia. La pregunta surge lógicamente: ¿Importa la "caída de hormonas"? Esto pondría a la mujer en un riesgo de duración indefinida luego que los ciclos menstruales comienzan a espaciarse y luego desaparecen. ¿Importa la transición desde los ciclos regulares hasta la ausencia completa de ciclos? La respuesta no es sencilla y es importante conocer cómo ginecólogos y obstetras definen estos momentos, que son bastante distintos el uno del otro biológicamente. Como habíamos visto en la figura, los distintos momentos en la vida reproductiva de la mujer culminan en cuatro fases finales bastante complejas desde un punto de vista biológico, agrupada en dos que se llaman "transición a la menopausia" y "postmenopausia", y que están divididas por la fecha del último ciclo menstrual en la vida de una mujer. El impacto sobre el ánimo de estas subfases también es complejo: hoy sabemos que difieren mucho en lo que respecta al riesgo de padecer depresión.
La transición menopáusica se caracteriza por una producción disminuida de estrógenos que determinan, al principio, un cambio en la duración de los ciclos, que se tornan significativos cuando exceden los 7 días. La premenopausia tardía es anunciada por el salteado de dos ciclos consecutivos y la prolongación de la amenorrea por 60 días al menos. En esta fase comienzan los síntomas vasomotores que acompañan muchas veces el proceso durante los primeros años luego del retiro definitivo de la menstruación. Luego de esta postmenopausia temprana, la situación se estabiliza en niveles bajos de hormonas sexuales, incluyendo los andrógenos (es decir, de actividad parecida a las que determinan los caracteres sexuales secundarios del varón, y que parecen ser responsables importantes de la disminución del deseo sexual y la aparición de tristeza). No todas las fases son similares en lo que hace a la probabilidad de sufrir problemas de depresión. El momento de mayor vulnerabilidad es la perimenopausia, es decir el que va desde el alargamiento inicial de los ciclos, hasta aproximadamente el primer año después del último período menstrual (ver la figura). Aunque la mayoría de las mujeres tiene una actitud positiva y de aceptación frente a la menopausia, un 50% de mujeres experimenta tristeza y síntomas depresivos aislados que antes no había tenido, y casi la cuarta parte padece un episodio depresivo mayor. Los síntomas vasomotores y la depresión previa son factores de riesgo particularmente importantes, pero la depresión puede aparecer en muchas mujeres que nunca la habían padecido en su vida. La perimenopausia tardía, es decir la más cercana a la última menstruación, es con mucho el momento de máxima vulnerabilidad. Luego, en la menopausia tardía, el riesgo de depresión se estabiliza y se hace claramente mejor que en la transición perimenopáusica. Curiosamente, son los andrógenos en disminución (especialmente DHEA, o dehidroepiandrosterona) los que mejor correlacionan con el aumento de sintomatología depresiva, más que las "hormonas femeninas" aunque éstas también parecen jugar un papel.
¿Cuál es entonces el vínculo biológico entre las hormonas sexuales y los estados de ánimo? ¿Qué implicancias tiene para el tratamiento y la prevención?
Las fases que vimos en la vida reproductiva de la mujer dan una propensión a sufrir el mismo tipo de sintomatología: irritabilidad, labilidad de la emoción, cambios en el sueño, tristeza y sensación de menor rapidez mental. Como muchos de estos momentos (la fase final del período menstrual, el postparto, la menopausia) tienen en común que los niveles de "hormonas femeninas" bajan, algunos investigadores postularon que el responsable es el "hipoestrogenismo" es decir, bajos niveles de estrógenos. Sin embargo, hay varias razones para pensar que este no es el principal factor. Por ejemplo, el embarazo tiene altos niveles de estrógenos y es también un período de cierta vulnerabilidad. Y además, la menopausia tardía, que es la que tiene mínimos niveles de estrógenos, no se caracteriza por una vulnerabilidad especial, o al menos, mucho menor que la perimenopausia, que es donde todavía hay bastantes estrógenos. Entonces, parecen ser los momentos de máxima fluctuación, más que el nivel absoluto de estrógenos, lo que confiere vulnerabilidad especial en el estado anímico en la mujer. Más aun, algunos investigadores observaron un efecto de "kindling" en lo que hace a depresión en la vida reproductiva de la mujer, es decir, a medida que se acumulan síntomas o episodios depresivos, en cada fase futura la mujer queda más vulnerable todavía a padecer un nuevo episodio. Y todos estos factores parecen expresarse a través de cambios neuroquímicos en el sistema nervioso, porque aparte de las intervenciones psicológicas, los antidepresivos son tan eficaces en la depresión asociada a las distintas fases de la vida reproductiva de la mujer como lo son en otros momentos de la vida. Lo que sí es crítico es que médicos y pacientes tomen en cuenta las vicisitudes especiales en la vida reproductiva de la mujer a la hora de decidir cuándo consultar y qué tratamiento usar.
Dr. Salvador Guinjoan
entremujeres.com

martes, 13 de septiembre de 2011

La paternidad baja los niveles de testosterona

Un padre ve la televisión con sus hijos. | AP
Ser padre saca a la luz el lado más femenino de los hombres. Al menos, eso es lo que sugiere un reciente estudio, que demuestra que los niveles de testosterona -la hormona masculina por excelencia- se reducen significativamente tras la paternidad.
Es más, cuanto más implicado está el padre en la crianza del bebé, más se reduce su testosterona, señala el estudio publicado esta semana en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.
Los autores de este trabajo, de varias universidades estadounidenses y filipinas, aseguran que sus datos pueden ser claves para comprender la biología de la paternidad.
"Criar a una descendencia humana supone un esfuerzo tan grande que la cooperación es necesaria. Nuestro estudio demuestra que los padres humanos están preparados biológicamente para ayudar en la tarea", ha señalado en declaraciones a a la BBC Christopher Kuzawa, antropólogo de la Universidad Northwestern de EEUU y uno de los firmantes del trabajo.
Su estudio, señala, también podría arrojar un poco más de luz sobre los mecanismos implicados en la fluctuación de las hormonas a lo largo de la vida de un hombre o, incluso, sobre las implicaciones que tiene la testosterona en problemas médicos como el cáncer de próstata, entre otras cuestiones.
La investigación realizó un seguimiento a 600 varones filipinos durante cinco años. El primer análisis de testosterona se realizó cuando los participantes tenían 21 años y aún no habían tenido descendencia y el último un lustro después, cuando muchos de ellos ya se habían convertido en padres.
Los datos demostraron que, aunque los niveles de testosterona tienden a reducirse con el paso de los años de manera natural, estas cifras eran mucho más bajas en aquellos individuos que habían hecho aumentar la familia.
Los varones que pasaban al menos tres horas diarias cuidando de sus pequeños presentaban los niveles de testosterona más bajos de toda la muestra.
En el trabajo, los investigadores recuerdan que estas reducciones en la testosterona no son problemáticas. Es decir, no se trata de alteraciones graves que provoquen pérdida de masa muscular, caída del vello o alteraciones en la capacidad o el deseo sexual, sino de algo más sutil. Los hombres siguen siendo hombres tras la paternidad, señalan los científicos, pero su organismo se prepara para cuidar a sus hijos.
elmundo.es

miércoles, 7 de septiembre de 2011

¿Las hormonas sexuales mandan a la hora de elegir tu profesión?


¿Profesor? ¿Piloto? ¿Médico? ¿Físico? ¿Ingeniero? ¿Trabajador social? ¿Periodista? Las hormonas sexuales condicionan las profesiones que preferimos ejercer, según concluye un estudio realizado por psicólogos de la Universidad Penn State (EE UU).

“Nuestras hormonas condicionan si mostramos más interés por carreras universitarias basadas en el trabajo con cosas o por aquellas basadas en el contacto con personas”, aseguran Sheri A. Berenbaum y sus colegas, que publican sus condiciones en la revista Hormones and Behavior. Estudiando las diferencias de pacientes femeninas que sufren Hiperplasia Suprarrenal Congénita (HSC), una enfermedad genética que se caracteriza por una superproducción de andrógeno, una hormona sexual masculina. La investigación reveló que estas mujeres estaban más interesadas en estudiar carreras relacionadas con "trabajar con cosas" (ingenierías, carreras tecnológicas, matemáticas…) . El grado de interés en el primer grupo de estudios universitarios era directamente proporcional a la cantidad de andrógeno al que las pacientes habían estado expuestas a lo largo de su vida. “Hemos aprovechado un experimento natural que muestra que estos intereses empiezan a desarrollarse desde que nacemos”, concluye Berenbaum.

Según la investigadora, las mujeres sanas no expuestas a altos niveles de andrógenos normalmente tienden a elegir ocupaciones que implican la interacción con otras personas, como trabajadora social, profesora, enfermera, abogada... Los hombres, por el contrario, suelen mostrar mayor predisposición a escoger profesiones como ingeniero, físico, piloto o cirujano.
muyinteresante.es

miércoles, 3 de agosto de 2011

Hormona de crecimiento, una epopeya argentina

Por Nora Bär
El 27 de julio de 1966, fecha de la que acaban de cumplirse 45 años, se administró por primera vez hormona de crecimiento humana a un chiquito argentino afectado de enanismo.
El esfuerzo que culminó con la producción de esta proteína indispensable para el desarrollo normal es una historia para el asombro. Exigió miles y miles de horas de trabajo, numerosas publicaciones en revistas científicas internacionales y un enorme talento para sortear obstáculos y encontrar la respuesta a problemas que todavía no se habían resuelto en ningún país del mundo.
Los protagonistas de esta verdadera epopeya fueron Alejandro Paladini, Juan Dellacha y José Santomé, que durante casi una década dilucidaron, primero, la estructura de la hormona de crecimiento bovina y luego obtuvieron la hormona humana, la analizaron para corroborar su actividad biológica, la liofilizaron y esterilizaron, antes de preparar las dosis que se aplicaban en forma subcutánea.
Desde el Centro de Estudio de Hormonas Hipofisarias (en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA), ellos trabajaron con los doctores Martín Cullen, César Bergadá y Juan Heinrich, encargados de seleccionar a los pacientes en el Servicio de Endocrinología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, y con José Manuel Domínguez, del Instituto Lanari.
La idea de obtener la hormona de hipófisis humanas surgió durante una reunión en que Dellacha, recién llegado de los Estados Unidos, se refirió a su trabajo con el doctor Martin Sonenberg.
Entre otras cosas, tuvieron que organizar la recolección de las glándulas para disponer de una provisión constante que permitiera afrontar los estudios y luego la atención de los pacientes. Para hacerse una idea de las dificultades que entrañó, baste mencionar que entre 1970 y 1986 recolectaron ¡66.000 hipófisis, que debían conservar a una temperatura de -60°! Hasta la Corte Suprema intervino para que les fuera permitido recibir hipófisis de la Morgue Judicial.
Es más: el trabajo fue tan impecable que les permitió evitar las graves contaminaciones que en 1985 se produjeron en países como Gran Bretaña. Sin duda, una página dorada de la ciencia nacional...
lanacion.com

lunes, 11 de julio de 2011

Una fórmula que sirve para predecir abortos

Imagen de un embrión de cinco días en fase de blastocisto. | Science Photo Library


Cerca del 20% de las embarazas sufre una amenaza de aborto y, de ellas, una de cada cinco perderá al bebé. Hasta ahora, no existía ninguna herramienta capaz de averiguar qué gestaciones terminarán de forma abrupta pero un grupo de expertos ha elaborado un sencillo índice capaz de hacerlo. Combinando dos factores –la cantidad de sangre perdida por la mujer y los niveles de la hormona gonadotropina coriónica–, los investigadores lograron predecir en un alto porcentaje qué embarazos se iban a interrumpir de forma espontánea.
Para dar con este Índice de Viabilidad del Embarazo, como han bautizado a esta herramienta, los autores reclutaron a 102 embarazadas de seis a 10 semanas que habían tenido un sangrado vaginal y en las que se determinó que tenían una amenaza de aborto. Tras cinco semanas de seguimiento, 22 gestaciones se habían perdido y 80 continuaban.
El análisis de estas mujeres permitió a los investigadores identificar seis factores con un gran impacto sobre el riesgo de sufrir un aborto espontáneo: tener antecedentes de problemas de fertilidad, la talla del feto y su edad gestacional, la cantidad de sangre perdida, los niveles de progesterona y los de la hormona gonadotropina coriónica (hCG).
Aunque de forma individual ninguna de estas variables tenía un valor predictivo determinante, la combinación de dos de ellos sí. Cuando los autores utilizaron el volumen de sangrado y los niveles de hCG, obtuvieron buenos resultados. "Al final del periodo del estudio, el Índice de Viabilidad del Embarazo fue capaz de predecir acertadamente el resultado de la gestación en el 94% de las mujeres cuyos embarazos continuaron y también en el 76% de los abortos", ha explicado Kaltum Adam, del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital St. Mary de Manchester (Reino Unido), responsable del trabajo. "Esto nos ofrece por primera vez una herramienta robusta para intentar rescatar aquellos embarazos amenazados frente a lo único que podemos hacer ahora que es cruzarnos de brazos y esperar que todo salga bien", ha comentado la autora en la reunión anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología, que se ha celebrado estos días en Estocolmo (Suecia) y en la que ha presentado las conclusiones de este trabajo.
La introducción de esta herramienta en la práctica clínica -algo fácil y poco costoso, según los autores– podría tener muchas consecuencias positivas para las mujeres. Además de evitar pruebas innecesarias y potencialmente dañinas, los médicos podrán ofrecer asistencia psicológica temprana a aquellas pacientes con un mayor riesgo de aborto espontáneo.
"Este índice facilitará estudios futuros de ese porcentaje de embarazos que acaba en aborto y esperamos que a través de la identificación de los factores que influyen de manera significativa en el resultado de la gestación seamos capaces de comprender mejor el proceso que conduce a una amenaza de aborto", ha destacado Adam. "Esto, en definitiva, nos permitirá diseñar intervenciones más eficaces para salvar estos embarazos".
elmundo.es

sábado, 21 de mayo de 2011

Compras: la culpa es de las hormonas



Evangelina Himitian
LA NACION
Podría ser un excelente argumento para ser usado el día en que el resumen de la tarjeta de crédito se desliza por debajo de la puerta provocando la discordia familiar: "No soy yo, querido? fueron las hormonas". Habrá que estar preparado después para lo que venga. De todas formas, este planteo tiene sustento científico (alegar esto sólo echaría más leña al fuego), ya que diversos estudios impulsados por académicos de universidades en distintas partes del mundo y también por consultoras especializadas en consumo indican que existe una relación causal entre aquello que las mujeres compran y lo que les pasa a sus hormonas.
Sí, aunque suene a pretexto. "Las hormonas rigen muchos de nuestros impulsos. Durante las distintas fases del período de la mujer, su cuerpo experimenta variantes emocionales, producto de los cambios hormonales. Antes de la ovulación, el cuerpo se prepara, está expectante. Después, a causa del cambio hormonal, se produce una sensación de pérdida que hace que la mujer se sienta menos confortable, justamente, durante su menstruación", explica el investigador del Conicet y profesor titular de Química Biológica de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, Juan Carlos Calvo, que acaba de presentar su libro Qué porquería las hormonas, un intento por acercar el conocimiento científico a la sociedad.
Por otra parte, investigadores de la Universidad de Minnesota, Estados Unidos, señalan que las mujeres compran y usan ropa sexy los días del mes en los que estaban ovulando. Todo esto lo hacen en forma inconsciente y, según los investigadores, para competir o impresionar no a los hombres, sino a otras mujeres, a quienes en esos días consideran como rivales, según explicó Kristina Durante, impulsora de la investigación.
Este grupo de investigadores se propuso justamente averiguar cómo los factores hormonales influían en la decisión de compra de las mujeres. Los resultados fueron publicados por el Journal of Consumers Research.
No fueron los únicos dedicados a investigar si existía relación entre estas variables. También un grupo de psicólogos de la Universidad de Hertfordshire, en el Reino Unido, investigó el tema y trazó una relación entre un desajuste hormonal que se produce unos diez días antes de la menstruación y la compra a veces compulsiva de ropa u objetos cuya percepción cambia unos días más tarde.
Esto es, en esos días, según los investigadores británicos, las mujeres se sienten tentadas a comprar cosas que en muchas ocasiones no necesitan y que, al poco tiempo, cuando las hormonas se acomodan, dejarán de gustarles.
¿Cómo se llega a esa conclusión? El 65 por ciento de las 450 mujeres de entre 18 y 50 años entrevistadas reconoció que diez días antes de estar indispuestas compraron "objetos innecesarios" y que, para ello, habían destinado entre 40 y 400 dólares.
Las estadísticas de indumentaria señalan que los argentinos son grandes consumidores de ropa: cada año se compran unos 7 kg de prendas per cápita. La última encuesta de gasto de los hogares que hizo el Indec señala que los argentinos usan el 8,3% de su presupuesto personal en indumentaria: entre ropa y calzados. Si se compara con otros rubros, surge que se gasta más en vestimenta que en equipamiento y funcionamiento del hogar (7,2%) e, incluso, que en salud (7,6%) y esparcimiento (8,2 por ciento).
En total, en toda su vida, las mujeres pasan unos ocho años haciendo compras, según otro estudio del sitio web OnePoll. Los investigadores realizaron el cálculo sobre la base de vida de una mujer que a sus 63 años habrá gastado (diría un hombre) o invertido (diría ella) 25.184 horas y 53 minutos (1049 días completos) de compras.
Pero no todo es para las mujeres. Estas dedican casi el mismo tiempo para comprar ropa que comida: hasta 100 horas al año destinan a renovar el armario contra 94 para mantener llena la heladera. Otra de las actividades en la que más tiempo invierten es en mirar vidrieras. Hasta 51 veces al año se paran vidrio de por medio delante del objeto de deseo, actividad que les insume unas 49 horas al año.
Podría decirse que esta explicación de por qué el tema hormonal incide en la compra es un planteo demasiado machista, que las mujeres compran ropa porque aman la ropa y punto. Esto también es cierto: según otro estudio, hecho por la empresa Unilever, para el 61 por ciento de las mujeres perder su prenda favorita es mucho más traumático que un mes de abstinencia sexual. Es más: la mayoría de las mujeres dejaría de mantener relaciones sexuales durante 15 meses si, al finalizar ese período, se encontraran con un armario repleto de ropa nueva. Incluso, un dos por ciento de las encuestadas asumiría sin problemas tres años de abstinencia si se encontraran con la misma recompensa.
QUÉ DICEN LOS ESTUDIOS SOBRE LAS MUJERES Y SUS HÁBITOS
65%
Reconoció que 10 días antes de estar indispuestas compraron objetos "innecesarios"
7Kg
De ropa per cápita se compran cada año
8,3%
De presuesto personal en indumentaria
EN VOZ ALTA
Talles grandes que no se usan
"Nunca lo había pensado de esta manera, pero ahora ya encontré la razón por la cual muchas veces me compro remeras talle 2 y, cuando las vuelvo a usar, me quedan grandes. Es que en ese momento [por el ciclo menstrual], con la panza hinchada y anímicamente inestable, se ve que me siento más cómoda. Hace unos 15 días, me compré un solerito negro, divino, pero talle 2... Pasaron unos días, me lo puse para un baustismo y ya me lo veía raro. Y ahí está, trato de no mirarlo mucho porque me acuerdo de los 458 pesos que tengo que pagar y ¡me quiero morir!"
Mariela Novoa
Trajes de baño en plena ovulación
"Me cuesta relacionar el tema de las fechas, pero, si trato de analizar el momento en que compulsivamente salgo a comprar ropa, recuerdo que un verano, cuando estaba buscando quedar embarazada y entonces controlaba el ciclo de ovulación, salí a comprar trajes de baño. Compré varios modelos, algunos que jamás me hubiera comprado en otro momento, pero lo extraño fue que nunca me arrepentí de la compra. Tal vez sea cierto, todo es una cuestión hormonal. No lo había pensado así. Más bien creo que siempre es buen momento para gastar plata en ropa."
Martina Aguis
Hambre de salir y volver con bolsas
"La verdad no tengo presente las compras que hice estando indispuesta porque no me acuerdo ni lo que hice ayer. Pero intuitivamente (y no porque relacione con las fechas) creo que es posible que exista esa relación de las compras con los ciclos o las hormonas. En esos días, son varias las emociones que se acrecientan. Cuando una está indispuesta tiene más ganas de comer, más sueño, más sensibilidad, ¿por qué no podría haber más ganas de comprar? Creo que está bien que una esté dispuesta a gastar dinero en lo que sea y volver llena de bolsas."
Angélica Mazaira
La arrepentida que cambia
"Las hormonas son malas consejeras. Por regla general, evito salir de shopping estando en esos días, pero mi avidez por conseguir algo nuevo para mostrar hace que vidriera por la que pase, vidriera que me quedo mirando. Y de tanto mirar, algo termino comprando. El problema es que como estoy hinchada y me siento horrible no me lo pruebo, lo mido a ojo y me lo llevo. Pero, cuando llego a casa, jamás me queda bien. Entonces, espero que pasen esos días, voy al local, y lo cambio. Por supuesto, con una pasada obligada por el probador".
María Bottinelli
lanacion.com

martes, 26 de abril de 2011

Las trillizas del sexo


Por Juan Yesnik
RevistaOhlala.com

Detrás de cada uno de nuestros deseos, fantasías y morbos están ellas: las hormonas sexuales, quienes encienden y apagan la luz del deseo, invitan al juego sexual y nos permiten, llegado el caso, acceder a la reproducción.

Alguna vez habrás oído hablar de testosterona, estrógenos y progesterona y te habrás preguntado. ¿qué son?, ¿qué poder tienen en nuestra vida sexual? La respuesta es concreta: TODO (o casi todo; más allá de la biología del amor, siempre debemos darle su merecido reconocimiento a las capacidades y a la personalidad sexual que logremos desarrollar, más allá de nuestras posibilidades físiológicas).

Para quienes intentamos saber cómo funciona nuestro "costado sexual", deberíamos empezar por entender que las hormonas sexuales son sustancias químicas segregadas por los testículos y ovarios (las glándulas sexuales de hombres y mujeres, respectivamente) que son liberadas al torrente sanguíneo para ser transportadas a los órganos implicados en nuestra vida sexual (los que ustedes imaginan y el cerebro también). La producción de hormonas sexuales está regulada desde el hipotálamo y la hipófisis, los dos órganos del sistema nervioso que estimulan o frenan, aumentan o disminuyen, la liberación hormonal.

Cuando hablamos de "las trillizas del sexo" es evidente que nos referimos a ellas: testosterona, progesterona y estrógenos, siempre presentes tanto en hombres como en mujeres, pero en proporciones distintas.

La testosterona es la hormona sexual de mayores proporciones en el cuerpo del hombre. Las mujeres segregan una mayor cantidad de estrógenos y progesterona. Los niveles de hormonas sexuales varían de una persona a otra, así como también depende el momento del ciclo vital (pubertad, adolescencia, adultez) en el que se encuentre el ser humano en cuestión.

La testosterona, además de permitirle al hombre, entre otras cuestiones, el desarrollo óseo y muscular y el crecimiento del vello facial y corporal, es la que dosifica la erección y el deseo. Si el nivel de testosterona es bajo, será mucho menor la libido y el apetito sexual.

El hombre tiene una secreción de testosterona unas 12-16 veces mayor que la mujer. Los niveles de testosterona se pueden medir y regular. Si bien pueden inyectarse dosis de hormonas masculinas, como suelen hacer los fisicoculturistas para aumentar la masa muscular, estos ciclos deben ser controlados por expertos porque pueden alterar los niveles de secreción natural, al punto de generar, entre otros trastornos, la atrofia testicular.

La liberación de testosterona es estable en la vida del hombre, lo que lo hace más previsible en su vida sexual. Puede que durante el otoño-invierno disminuyan los valores, pero todo vuelve a florecer al llegar la primavera.

Las mujeres, en cambio, están gobernadas por la liberación cíclica de estrógeneos y progesterona. Por esto es que, a lo largo de los 28 días del ciclo, uno puede cruzarse -con todo respeto- con una diosa del sexo, una lady o una bruja. En la primera semana del ciclo menstrual el deseo comienza a crecer en forma paulatina. En la segunda, se alcanza el pico máximo de excitación y con el correr de los días todo vuelve a declinar, llegando a los días previos del nuevo ciclo menstrual, cuando disminuyen los estrógenos y sube la progesterona y la angustia y el malhumor las tiñe de gris.

Los estrógenos y la progesterona son, en definitiva, las hormonas sexuales de la mujer que participan en la maduración y desarrollo de cuestiones sexuales femeninas tan esenciales como la regulación del ciclo menstrual y el proceso de ovulación, así como participan activamente en el desarrollo gestacional. Los estrógenos, además, protegen de la osteoporosis, mantienen la elasticidad y lubricación vaginal, así como participan en mantener la piel tersa y joven. En este contexto, es fácil entender qué ocurre en el cuerpo de la mujer cuando, durante la menopausia, el cuerpo padece la disminución en la producción de estrógenos.

El control de las hormonas sexuales nos permite citarnos en la edad biológica de nuestros órganos sexuales. Si bien se recomienda medir los niveles hormonales, incluso, mucho antes de los 50 años, cuando es tiempo de la declinación de estos esteroides sexuales (andropausia y menopausia), no debemos olvidar que la salud y el bienestar sexual no depende exclusivamente de los valores absolutos de estas trillizas reguladoras del sexo.

sábado, 19 de febrero de 2011

Hormonas en los huesos, machos más fértiles

Los huesos podrían tener un efecto directo sobre la fertilidad gracias a la acción de una hormona denominada osteocalcina, que induce un mecanismo mediante el cual aumentan las probabilidades de tener descendencia. Este efecto, que se ha observado en ratones macho, podría darse también en personas, según postulan los autores del estudio.

De hecho, la escasez de la hormona osteocalcina, que se genera en las mismas células encargadas de formar los huesos (los osteoblastos), podría ser la causante de ciertos casos de baja fertilidad masculina de origen hasta ahora desconocido.
La osteocalcina era conocida por desempeñar un papel en la regulación de la energía, pero ahora se ha visto que ejerce también una función como iniciadora de la producción de testosterona, una hormona que se genera en los testículos y es fundamental para diversas funciones del aparato reproductor.
El estudio, dirigido desde la Universidad de Columbia (EEUU) y publicado en la revista 'Cell', buscaba en un primer momento una relación entre las hormonas generadas en los tejidos óseos y las producidas en los ovarios (estrógenos). Para asombro de los investigadores, sus experimentos con ratones transgénicos no arrojaron resultados en el caso de las hembras, como pretendían en un primer momento, pero sí en el de los machos.
Los ratones cuyas mutaciones les hacían tener más osteocalcina tenían más descendencia -y las crías eran de un tamaño ligeramente mayor- tras aparearse con hembras normales. Por el contrario, aquellos machos que tenían inhibida genéticamente la producción de la hormona acusaban más dificultades para fecundar a las hembras.
"Hemos descubierto que los huesos controlan la reproducción, pero sólo en machos", afirma el investigador Gerard Karsenty, principal autor del estudio. "Obviamente ha sido una sorpresa, pero éste es el descubrimiento", aclara.
"Es un hallazgo interesante, aunque habrá que probar si es así para humanos", comenta el doctor Daniel Grinberg, director del departamento de Genética de la Universidad de Barcelona y miembro de la red Ciber de Enfermedades Raras. "Si es así, se podría estudiar esta vía como uno de los elementos que está regulando la fertilidad masculina. En mujeres, la relación que conocemos es la contraria, el estrógeno afecta al hueso. Ahora vemos que el hueso afecta también al sistema reproductor, pero sólo en machos", explica.
elmundo.es

domingo, 12 de diciembre de 2010

Europa revisará la hormona del crecimiento

La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha anunciado que va a iniciar un procedimiento de revisión de los fármacos que contengan somatropina (hormona del crecimiento) después de una advertencia recibida de las autoridades francesas sobre los riesgos a largo plazo de los niños que recibieron este tratamiento durante su infancia.
Según ha anunciado en un comunicado el organismo comunitario, la revisión valorará los datos disponibles sobre dicha terapia para asegurarse de que el balance entre los beneficios y sus potenciales riesgos es positivo. Fuentes del Ministerio de Sanidad han confirmado a ELMUNDO.es que se trata de una alerta a nivel europeo, y de momento la recomendación es que los pacientes se ajusten estrictamente a la dosis indicada en el prospecto hasta que el organismo comunitario se reúna.
Tal y como se desprende de un análisis epidemiológico realizado por las autoridades francesas desde octubre de 2007 con 10.000 chavales, existe un aumento del riesgo de la mortalidad entre los niños tratados con somatropina frente a la población general. "Parece que el riesgo es particularmente importante cuando se emplean dosis más altas (por encima de lo recomendado en la ficha oficial del producto)", explica la EMA.
De hecho, añade a contnuación, no se puede asegurar que el riesgo observado en niños con baja estatura o déficit de la hormona del crecimiento pueda atribuirse directamente al tratamiento, "algo que sólo podrá confirmarse con estudios más en profundidad".
La somatropina u hormona del crecimiento es una terapia que se emplea durante la infancia y adolescencia para favorecer el crecimiento de algunos niños con problemas; aunque al mismo tiempo afecta al modo en que el organismo procesa proteínas, grasas y carbohidratos.
La agencia europea dará a conocer los resultados de sus primeras indagaciones en la reunión que su Comité para Medicamentos de Uso Humano celebrará los próximos 13-16 de diciembre. Mientras tanto, recomienda a los especialistas que se ajusten estrictamente a las dosis recomendadas. En la actualidad existen en España al menos seis fármacos que contienen somatropina, como Nutropinaq o Norditropin.
En nuestro país el uso de tratamiento con dicha hormona está autorizado en niños con trastorno del crecimiento "por falta o deficiencia de producción de la hormona del crecimiento, niñas con Síndrome de Turner, niños prepuberales con insuficiencia renal crónica, afectados por Síndrome de Prader-Willi o niños con talla baja nacidos pequeños para su edad gestacional (PEG) [estos últimos se incluyeron en 2007]". Aunque también se ha alertado en ocasiones de su uso no autorizado para tratar de mejorar el rendimiento deportivo.
elmundo.es

viernes, 22 de octubre de 2010

Ingerir hormonas tras la menopausia eleva el riesgo mortal del cáncer de mama

Según un estudio norteamericano, el tratamiento con hormonas luego de la menopausia, que según ya se sabe aumenta el riesgo de contraer cáncer de mama, también hace más posible que esta enfermedad sea mortal.
Las mujeres que tomaron hormonas y contrajeron cáncer de mama fueron más proclives a tener nódulos linfáticos cancerígenos, señal de una enfermedad en estado más avanzado, y tuvieron más probabilidades de morir que las pacientes con este tipo de cáncer que nunca habían tomado hormonas.
Los mayores riesgos fueron relativamente pequeños y aún no se comprenden en su totalidad. Pero investigaciones anteriores descubrieron que el tratamiento hormonal puede generar demoras en el diagnóstico al aumentar la densidad de las mamas y hacer que los tumores sean más difíciles de ver en las mamografías. Un diagnóstico demorado puede aumentar el riesgo de muerte.
Es posible también que las hormonas alimenten el crecimiento de algunos cánceres de mama o de los vasos sanguíneos que los tumores necesitan para crecer y propagarse.
El tratamiento estudiado fue la píldora de reemplazo hormonal más recetada, Prempro (según el nombre que se comercializa en Estados Unidos), que contiene estrógenos de la orina del caballo y un familiar sintético de la hormona progesterona.
“Muchos médicos presuponen que las mujeres pueden ingerir hormonas de forma segura durante cuatro o cinco años para síntomas de la menopausia como los sofocones y la transpiración nocturna”, señaló Rowan Chlebowski, principal autor del artículo publicado esta semana en el Journal of the American Medical Association. “Sé que algunas mujeres necesitan tomarlas porque de lo contrario no pueden funcionar bien, pero el mensaje hoy es que no se debieran tomar hormonas durante más de uno o dos años”, agregó.
Esta nueva información proviene de los constantes seguimientos a los que son sometidas las 12.788 mujeres incluidas en la llamada Iniciativa de Salud de las Mujeres.

Los médicos recomendaron también que las mujeres que desean someterse a tratamiento debieran ingerir la dosis más baja posible que alivie sus síntomas.

Mejor prevenir
El autoexamen de mamas debe hacerse todos los meses, cinco o siete días después del comienzo del período menstrual.

clarin.com

viernes, 19 de marzo de 2010

Los padres de chicos bajitos, muy atentos al "efecto Messi"

Maite Nieto
El País
MADRID. Desde que al futbolista Lionel Messi lo llamaban "la Pulga", en un equipo infantil argentino de Rosario, han pasado años. Pero su éxito en el fútbol y el interés por la historia de ese chico casi diminuto que maravillaba a los que lo veían hacer magia con la pelota frente a niños más altos que él, familiarizó a sus seguidores con dos términos: déficit y hormona de crecimiento. A lo mejor no tienen muy claro en qué consiste esta patología, pero el caso Messi popularizó la existencia de una hormona que se genera en la hipófisis (glándula situada en la base del cerebro), cuya misión principal es ocuparse de que crezcamos, aunque también interviene en procesos metabólicos que tienen que ver con la construcción del organismo.
Messi hace años que dejó atrás el tratamiento (de entre 3000 y 12.000 euros anuales) que hizo viajar a Barcelona a su padre. Hoy considera que "es un asunto médico normal que no quiere convertir en un circo mediático", en palabras de Rodrigo, su hermano. Sin embargo, padres con niños de baja estatura se acercan a los especialistas y preguntan si sus hijos no deberían recibir la misma terapia, aunque el fármaco tiene indicaciones muy precisas y su uso indebido puede provocar serios problemas de salud.
Es muy probable que el futbolista desconozca que para uno de cada cada 10.000 niños menores de 14 años compartir con su ídolo el mismo problema médico supone saber que su vida podrá ser normal y minimiza un tratamiento que exige una inyección diaria antes de acostarse.
Fernando midió al nacer casi lo mismo que su hermana mayor. Sin embargo, a los cuatro años, Teresa, su madre, observó en él algo que le pareció raro: los rasgos de su cara se mantenían demasiado infantiles y ¡la ropa de temporada le servía de un año para otro! Las consultas con el pediatra siempre tenían la misma respuesta: "El niño está sano, vaya observándolo".
Fue el comentario de una amiga lo que la puso en alerta: "¡Hay que ver qué bien habla este niño para lo pequeño que es!" La frase desató carcajadas entre las hermanas, que sabían que el pequeño tenía ya seis años, pero también empujó a su madre a buscar un especialista.
María Teresa Muñoz, presidenta de la Sociedad de Pediatría de Madrid y Castilla-La Mancha, coincide con otros especialistas en que el diagnóstico de talla baja patológica exige recorrer un camino: "Del 100% de las consultas de talla baja, el 95% de los niños son normales. Sólo un 5% se pueden considerar patológicas, debido a un déficit de hormona de crecimiento, a la existencia de un tumor o por problemas derivados de la cirugía o traumatismos".
Lo primero que se debe hacer, según la doctora, es pesar y medir al niño, y comprobar que su altura esté por debajo de -2 desviaciones para las curvas de crecimiento que utilizan los médicos. Después hay que valorar durante seis meses la velocidad de crecimiento y si se sitúa también por debajo del percentil 10 (es decir, de 100 niños de su misma edad, 90 son más altos que él). Si existe, además, un retraso en la maduración de los huesos, es el momento de realizar pruebas específicas.
Sólo hace falta darse una vuelta por Internet para encontrar numerosos foros en los que la pregunta recurrente es: "¿Puedo ser más alto usando hormona de crecimiento?".
Itxaso Rica, jefa de endocrinología pediátrica del hospital de Cruces en Bilbao, comenta que el tema de la altura "se vive hoy de una forma muy distinta de hace 20 años por la presión social y la asociación del aspecto físico con el éxito. Los padres deben saber que el crecimiento es variable según la edad, pero si se diagnostica una deficiencia, empezar el tratamiento cuanto antes juega a favor".
Desde 2003, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, según sus siglas en inglés) de los Estados Unidos permite la administración de hormona de crecimiento en todos los casos de talla baja idiopática, aquella en la que no se encuentran causas patológicas.
Pero su equivalente europea, la Agencia Europea para la Evaluación de Productos Medicinales (EMEA, según sus siglas en inglés), mantiene esta posibilidad en estudio.
¿El motivo? Intereses comerciales y económicos aparte, en casos de insuficiencia, el tratamiento es sustitutivo y "teóricamente implica poco peligro", explica Juan Pedro López Siguero, presidente de la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica. "Pero cuando los niveles de GH son normales, se cuestiona correr riesgos innecesarios y el elevado coste-beneficio del tratamiento. Lo que es urgente es incorporar nuevos criterios a un sistema de diagnóstico cuyas pruebas se han quedado obsoletas porque no han cambiado en más de 40 años y unificar las pautas científicas de los comités de cada autonomía que son los que controlan la autorización de los tratamientos".
A mediados de los años noventa se empezó a difundir la idea de que el envejecimiento poco menos que se podía curar con cócteles de hormonas y suplementos.
Sin embargo, Antonio Ayala, investigador y miembro de la junta de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad, es rotundo: "Nada más lejos de la realidad", afirma. Diferentes estudios demostraron que puede provocar más daños que beneficios. Si bien es cierto que en los adultos mantiene el tono muscular, el volumen de los tejidos y el buen aspecto de la piel, también aumenta el riesgo de padecer cáncer si se administra en individuos con niveles normales.
"No tenemos mucho margen para intervenir sobre el envejecimiento, pero sí podemos hacer que se retrasen las pérdidas que se producen en con el paso de los años -explica-. Es cierto que con la administración de hormona de crecimiento el efecto a corto plazo es sorprendente, los michelines desaparecen, la masa muscular mejora, pero a largo plazo aumenta la proliferación celular".
En la Argentina hay más de 500 pacientes
"Aunque no existe un registro nacional, se estima que son más de 500 los chicos que se encuentran actualmente en tratamiento con hormona de crecimiento en la Argentina", dijo a LA NACION el doctor Ignacio Bergadá, presidente de la Fundación de Endocrinología Infantil y jefe de la División de Endocrinología del hospital Gutiérrez.
En el país, se calcula que en promedio el tratamiento con hormona de crecimiento cuesta unos $ 6000 mensuales, pero como la mayoría de sus indicaciones están incluidas en el Programa Médico Obligatorio (PMO), en estos casos el costo para los pacientes es cero.
"Hay que tener en cuenta que el tratamiento con hormona de crecimiento en niños tiene indicaciones muy precisas, como la insuficiencia hipofisiaria, el síndrome de Turner, el síndrome de Prader-Willi, la insuficiencia renal crónica y el retardo de crecimiento intrauterino. Sólo esta última indicación no se encuentra todavía dentro del PMO", precisó Bergadá.
"Es importante no crear falsas expectativas en torno del uso de esta hormona que puedan confundir a los padres", advirtió el especialista, que aclaró que aún está en debate si los chicos de baja estatura no relacionada con un déficit hipofisiario -la llamada baja talla idiopática; es decir, de causa desconocida- pueden beneficiarse con este tratamiento.
"En la Argentina -comentó Bergadá- el caso Messi ha hecho que hoy en las consultas por baja talla los padres pregunten si sus hijos pueden ser candidatos para el tratamiento con hormona de crecimiento. A partir del tratamiento de Messi el uso de esta hormona se hizo de público conocimiento."
La hormona de crecimiento no sólo se utiliza en niños. En los adultos, su empleo está restringido a las personas con insuficiencia de la hormona, pero que además poseen poca masa corporal y exceso de masa grasa.
Aun así, su uso y abuso sin indicación médica es bastante común, incluso a pesar de los riesgos que conlleva. "El abuso de esta hormona se da en personas adultas que buscan una mayor masa corporal, lo que puede dar lugar a trastornos cardíacos y diabetes."
Ayer, la Asociación Civil Creciendo, una ONG que nuclea a padres de pacientes, denunció que en la provincia de Buenos Aires se encuentra interrumpido un programa provincial que provee en forma gratuita el fármaco a los pacientes carecientes que necesitan el tratamiento.
Sebastián A. Ríos
lanacion.com

martes, 19 de enero de 2010

Descubrieron la hormona "culpable" de la gula

La grelina es la hormona liberada cuando aparece el hambre y podría influir en la mala costumbre de seguir alimentándose a pesar de tener el estómago lleno.
Una de las razones por la cual las personas engordan es que continúan comiendo aun cuando se sienten saciadas.

La grelina, la hormona liberada cuando aparece el hambre, podría influir en la mala costumbre de seguir alimentándose a pesar de tener el estómago lleno, concluyó un estudio realizado en los Estados Unidos. La grelina, también llamada la "hormona del hambre", es una pequeña proteína relacionada con la regulación del apetito. La produce el estómago y actúa sobre el cerebro generando ganas de comer. De hecho, su concentración en sangre sube antes de comenzar la ingesta de los alimentos y disminuye al terminar la comida, según publicó el sitio Neomundo.
Los investigadores del Centro Médico de Southwestern consideran que la grelina podría también actuar en el cerebro para que algunas personas continúen comiendo aun cuando se sienten llenas.
La clave de esta asociación estaría en la sensación de recompensa. Jeffrey Zigman es el principal autor del estudio y explicó que las recompensas actúan "dando placer sensorial, por lo cual nos motivan a obtenerlas. A su vez, reorganizan la memoria para no olvidar como conseguirlas".

El estudio
Los científicos realizaron dos pruebas distintas. Primero, alimentaron hasta la saciedad a un grupo de ratones y luego observaron si preferían ir a un sitio donde anteriormente habían ingerido comida con grasa o a otro lugar donde habían encontrado, también previamente, alimentos comunes y corrientes.
Los ratones con grelina inyectada artificialmente ingresaron directamente en el cuarto donde habían comido alimentos con mucha grasa.
"Creemos que la grelina tuvo este efecto porque los ratones recordaron cuánto habían disfrutado de esa comida. No importaba si ahora ese lugar estaba vacío: igual lo asociaban con algo placentero", dijo Mario Perello, co-autor del estudio.
A continuación, Zigman y Perello contaron la cantidad de veces que los ratones asomaban sus narices a través de un agujero en la pared para conseguir comida con mucha grasa.
"Los animales que no habían recibido grelina desistieron antes que aquellos que si la tenían circulando artificialmente en su sistema", explicó Zigman.
Los investigadores concluyeron que la grelina podría actuar sobre el cerebro, haciendo que la gente busque alimentos muy sabrosos por ningún otro motivo más que sentir placer.
infobae.com

lunes, 10 de agosto de 2009

El insólito y millonario negocio del pis


“Antes de que se vaya por el inodoro, prefiero donarla y ayudar a las mujeres que no pueden tener familia”, dice Rosa, de 52 años, que vive en Adrogué y desde hace seis, dona su orina para la realización de tratamientos de fertilización.
La Argentina es uno de los principales países exportadores de orina proveniente de mujeres menopáusicas. Desde hace más de 10 años, el laboratorio Massone es quien lidera el mercado de producción de hormonas de origen natural, a través de un proceso de filtrado y purificación del que se obtiene la Gonadotrofina Coriónica Humana, utilizada para activar el proceso de fertilidad en la mujer, al estimular la fabricación de óvulos. Biomás es el laboratorio que, desde 1996, se encarga de hacer la recolección y provee a Massone de la materia prima. La zona elegida para realizar el trabajo es el conurbano.
Allí, el recorrido comienza en el norte, hasta Zárate; sigue en el sur, hasta La Plata, y en el oeste, hasta Cañuelas.Gladis Zárate, de 64, vive en Lomas del Mirador y desde hace ocho dona su pis.
“Me decidí a hacerlo porque mi suegra lo daba desde hace años y me gustó la idea de ayudar. No me cuesta nada”, explica Gladis. La estrategia más convincente que usan las promotoras del laboratorio para convencer a las mujeres –en su mayoría jubiladas–, es hacerles notar que darán su orina para ayudar a quienes no pueden tener hijos.
Dominga Nuggeri tiene 68 años y hace cinco decidió ser donante. “Un día vino una mujer con guardapolvo blanco y me preguntó si queríamos donar para ayudar a mujeres con problemas de fertilidad. Llené un formulario en donde firmaba que no tenía diabetes ni enfermedades urinarias”, cuenta la vecina de Lomas del Mirador, que día por medio –como la mayoría de sus amigas– deja el envase de 5 litros con la orina del día anterior en las puerta de su casa y espera recibir uno vacío para la próxima recolección.
Un hombre arrastra un carrito casa por casa y los bidones llenos del líquido color amarillo se amontonan en las esquinas a la espera del camión blindado que los llevará hasta el laboratorio para su transformación.
De esta manera, comienza a funcionar el mercado que gira en torno al pis y que mueve millones en todo el mundo. Según el Ranking de Exportadores realizado por la revista Prensa Económica, el laboratorio Massone exportó 76,78 millones de dólares en 2008. Pese ser un negocio millonario, las donantes no reciben ningún pago.
De esta forma, más de 175 mil mujeres menopáusicas participan en forma voluntaria, porque las leyes no permiten comercializar partes y materias del cuerpo humano. Pese a las insistentes consultas, en el laboratorio Massone no accedieron a hablar con Crítica de la Argentina.
Fuentes de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) explicaron que el laboratorio realiza una actividad legal que es controlada por organizaciones internacionales como la Food and Drug Administration, de los Estados Unidos.
A cambio de su orina diaria, a las mujeres donantes se les hacen regalos mensuales, “pequeñas atenciones”, que van desde una azucarera, una hielera o un sacacorchos, hasta un juego de té o relojes de pared.
“El primer día nos dieron una pelela para que juntemos más cómodas, tengo la misma desde hace cinco años”, dice Antonia Mareci de 65 años y agrega: “Por ayudar nos hacen regalitos.
El último mes, nos dieron una tijera grande, pero a mí no me importa si no me dan nada porque sé que estoy haciendo un bien”, dice la vecina y donante de Florencio Varela.
“Muchos de los regalos se los doy a mi hija, porque yo vivo sola y no los necesito. Sé que no son muy buenos, pero lo que cuenta es que donando lo que no me sirve, estoy ayudando a la gente que lo necesita”, dice Rosa González de 76 años, quien desde hace seis deja el bidón en la puerta de su casa de Lomas del Mirador.
PIS MENOPÁUSICO.
“Cuando una mujer entra en la menopausia, su hipófisis elabora mucha más gonadotrofina, por eso la orina se convierte en una muy buena fuente de la misma”, asegura Claudio Chillik, director médico del Centro de Estudios en Ginecología y Reproducción.
La Argentina es una de las fuentes de orina menopáusica, junto con India y China. Mientras que Europa y Estados Unidos son los principales mercados importadores de los medicamentos que contienen gonadotrofina y que acompañan a los tratamientos de fertilización.
El ser humano elimina aproximadamente 1,4 litros de orina al día, por cada 200 mil litros que se recolectan, se extrae un gramo de la hormona del cual se pueden generar unos dos mil tratamientos.
Una de las primeras mujeres del mundo en probar el tratamiento fabricado con la hormona de origen humano fue Sofía Loren a fines de los 60. Uno de los nombres comerciales más conocidos del medicamento inyectable es Menopur.
La obtención de esta hormona es mayormente de origen urinario, pero también se la puede fabricar de forma sintética. Nicolás Neuspiller, director del centro de fertilización Fecunditas explica que “la tendencia en el mundo es la producción de la hormona de forma artificial. Sin embargo, en nuestro país se continúa eligiendo este método porque el costo es menor”.
criticadigital

lunes, 1 de junio de 2009

Personalización de las terapias, la nueva clave para el cáncer


Sebastián A. Ríos
Enviado especial
ORLANDO.- No hay que tratar enfermedades, sino pacientes. Pero durante décadas las terapias oncológicas han sido dispensadas en función del tipo de tumor por combatir, de su localización o de su estado. La persona detrás de la enfermedad, con sus características individuales, no era considerada una fuente de información para determinar qué tratamiento habría de ajustarse mejor a su situación.
El desarrollo de las llamadas terapias dirigidas, que actúan sobre blancos específicos de las células tumorales, y de modernos métodos diagnósticos genéticos y moleculares está abriendo camino hacia la personalización del tratamiento del cáncer. "Cada paciente con cáncer es diferente, y un abordaje terapéutico único para todos no es lo óptimo", declaró el doctor Richard L. Schilsky, presidente de la Asociación Americana de Oncología Clínica (ASCO, según sus siglas en inglés), que hasta mañana reúne a unos 30.000 especialistas en su 45° encuentro científico anual.
"Incluso cánceres del mismo diagnóstico difieren en sus características genéticas y moleculares en formas que pueden influir sobre el pronóstico del paciente y su respuesta al tratamiento -agregó Schilsky-. Estas características pueden llevarnos a usar un tratamiento en particular o a concluir que esa terapia no será efectiva en la situación particular del paciente."
La lista de avances en este tema presentados aquí en Orlando es extensa. De hecho, "Personalizar el tratamiento del cáncer" es el eslogan del congreso. Se han identificado nuevos marcadores biológicos o genéticos que permiten determinar qué pacientes tienen más posibilidades de beneficiarse con el uso de ciertas drogas, como también fueron presentados nuevos estudios diagnósticos que permiten predecir cómo evolucionará la enfermedad luego del tratamiento. Abordaje personalizado
Según señaló Schilsky en conferencia de prensa, un ejemplo de personalización de los tratamientos bien establecido es el gen KRAS, que permite identificar a los pacientes con cáncer colorrectal que pueden beneficiarse del uso de un anticuerpo monoclonal llamado cetuximab. El medicamento es efectivo en aquellos pacientes en los que el gen KRAS no está mutado, y para saberlo basta con un test genético (ver infografía).
"Claramente, la evidencia muestra que haciendo un simple test podemos evitar dar el medicamento a quien no se va a beneficiar y darlo a quienes sí", dijo Schilsky, profesor de medicina de la Universidad de Chicago, Estados Unidos.
La lista de nuevos biomarcadores que permiten determinar si un paciente se beneficiará o no de determinado tratamiento alcanza no sólo a las terapias dirigidas, sino también a las quimioterapias convencionales. También hay indicadores clínicos que, ahora se sabe, deben ser tomados en cuenta antes de indicar un tratamiento. Aquí, un resumen de los estudios más relevantes:
Investigadores de la Universidad Pierre y Marie Curie, de Francia, hallaron que los pacientes con cáncer de pulmón tratados quirúrgicamente que presentan niveles bajos de dos proteínas (MSH2 y ERCC1) en los tumores tienen más chances de responder a la quimioterapia con cisplatino.
En los pacientes con cáncer de estómago avanzado en los que el tumor es positivo para el test que determina la presencia del receptor HER-2, la adición del anticuerpo monoclonal trastuzumab a la quimioterapia permite extender la sobrevida. Sólo el 22% de los cánceres de estómago son HER-2 positivo.
La adición de oxaliplatino a la quimioterapia convencional sólo es útil en los pacientes menores de 70 años, concluyó un estudio de investigadores de la Clínica Mayo y del Instituto del Cáncer Dana Farber, de los Estados Unidos.
El test genético Oncotype DX, desarrollado en la Universidad de Oxford, Inglaterra, permite determinar qué pacientes con cáncer de colon tienen mayor riesgo de que, una vez extirpado el tumor, la enfermedad vuelva. El test estará disponible en 2010 y permitirá identificar a los pacientes que deben recibir quimioterapia; los demás, podrán evitar sus efectos secundarios.
Un nuevo análisis del estudio FLEX señala la existencia de un factor clínico predictor de mayor sobrevida en los pacientes con cáncer de pulmón que reciben cetuximab. "Aquellos que desarrollan una reacción o rash cutáneo después de recibir el medicamento tienen una mayor chance de respuesta", dijo a LA NACION el doctor Jan Vermorken, director del Departamento de Oncología Médica del Hospital Universitario de Amberes.
Otro estudio, en este caso sobre cáncer orofaríngeo, halló que los tumores que contienen virus papiloma humano (HPV, según sus siglas en inglés) responden mejor a los tratamientos convencionales que aquellos que son HPV-negativos.
"Más allá de mejorar los resultados de los pacientes individuales, un abordaje personalizado del cáncer puede reducir sustancialmente el costo del tratamiento", opinó Schilsky.
"El futuro del tratamiento del cáncer es la personalización de las terapias: el tratamiento adecuado para la persona adecuada en el momento adecuado", concluyó. Un futuro que comienza a tomar forma.

Hormonas y cáncer de pulmón

ORLANDO (De un enviado especial).- Un nuevo análisis del estudio Women?s Health Initiative (WHI), del que participaron 16.608 mujeres de entre 50 y 79 años, halló que el uso de terapias hormonales para la menopausia que contienen estrógeno y progesterona aumenta un 61% el riesgo de morir en aquellas personas que padecen cáncer de pulmón. El estudio encontró que este riesgo es significativamente mayor en las mujeres que fuman.
"Hallamos que las mujeres que habían tomado progesterona más estrógeno y que tenían cáncer de pulmón presentaban un riesgo significativamente más alto de morir que las mujeres que no habían recibido esa terapia", dijo a La Nacion el doctor Rowan Chlebowski, investigador del Centro Médico de la Universidad de California en Los Angeles, Estados Unidos.
Análisis previos del WHI habían mostrado que las terapias hormonales combinadas aumentan el riesgo de infarto y de cáncer de mama, por lo que esta nueva revisión de los datos se centró en el cáncer de pulmón. "Pareciera que la combinación estrógeno-progesterona es un estímulo más: cuando el tabaco causa cáncer de pulmón, la terapia hormonal combinada hace que se desarrolle más rápido", comentó el investigador.
"Esto parece ser un riesgo muy alto si uno simplemente recibe esta terapia para el manejo de los síntomas [de la posmenopausia], y las mujeres deben estar informadas de este nuevo riesgo potencial", concluyó Chlebowski, que actualmente realiza un nuevo análisis del WHI para evaluar si el uso de estrógenos sólo presenta el mismo riesgo que las terapias combinadas.

lanacion.com

jueves, 15 de enero de 2009

Las más lindas meten más los cuernos (mujeres más infieles)

Ahora dicen que la infidelidad femenina es culpa de las hormonas. Según un estudio de la Universidad de Texas, las mujeres que poseen altos niveles de estradiol suelen sentirse insatisfechas con sus parejas, lo que las llevaría a meter los cuernos.
¿Por qué insatisfechas?
Porque esta hormona es la responsable de atrapar a los hombres y –casualidad o cosas de la selección natural– las mujeres bellas suelen tener más estradiol que el resto.
Esta hormona de esteroides ováricos también está asociada con un rostro simétrico, pechos grandes y buena cintura. Es que, precisamente, la función del estradiol es la formación de los órganos sexuales femeninos, pero también estimula el desarrollo de las mamas, distribuye la grasa en el cuerpo y detiene el proceso de crecimiento. Sus niveles bajan abruptamente con la menopausia. El estudio también constató que las más bellas eran las que se sentían más insatisfechas con el hombre que tenían como pareja y reconocían que eso las llevaba a buscar placer en otros hombres.
“Marilyn Monroe es un buen ejemplo de una mujer que casi seguro tenía alta cantidad de estradiol”, ilustraron los investigadores. Habría que analizar cuánto de esta hormona tienen mujeres como Kate Hudson –elegida la más bella de 2008 por People–, Angelina Jolie o Scarlett Johansson, y qué dicen sus maridos acerca de esta teoría. ¿Es el precio que hay que pagar por estar con la más bella?

DEL AMOR Y OTROS DEMONIOS.
Hasse Walum, del Instituto Karolinska, de Estocolmo, estudió a 552 pares de gemelos o mellizos, y a sus parejas. Analizó su gen avpr1a (el receptor de la vasopresina) y los sometió a pruebas para evaluar sus “índices de calidad en la relación marital” y de “vinculación con la pareja”. El 32% de los hombres con el gen variante permanecen solteros (frente al 17% con el gen estándar), y todos sus índices de “calidad marital” y vinculación afectiva son significativamente menores. Los datos se presentan en PNAS (105:14153).
Ambos genes están relacionados con la oxitocina y la vasopresina, dos hormonas que afectan al circuito del placer (o de la recompensa) cerebral. Estas hormonas actúan a través de unos receptores situados en las neuronas de esos circuitos. Los dos genes clave fabrican el receptor de la oxitocina y el receptor de la vasopresina.
criticadigital.com

miércoles, 14 de enero de 2009

El amor al fin podría tener remedio


John Tierney New York Times
NUEVA YORK.- En el último número de Nature, el neurocientífico Larry Young propone una gran teoría unificada del amor. Además de un análisis de la química cerebral del apareamiento de los mamíferos, que incluye la fascinación erótica de los humanos por los pechos, Young predice que no falta mucho para que un pretendiente inescrupuloso pueda verter una poción de amor en la bebida de su amado.
Esa es la mala noticia. Sin embargo, uno podría disfrutar de estas pociones si se las tomara a conciencia con la persona indicada. Pero la mejor parte, en mi opinión, es que se podría crear una inoculación antiamor que prevenga que nos convirtamos en tontos enamorados. Aunque esta vacuna del amor no es mencionada en el trabajo de Young, cuando se lo propuse, estuvo de acuerdo con que también podría hacerse.
¿Podría algún otro descubrimiento ser más bienvenido? Esto es lo que los seres humanos estuvimos buscando ya desde que Odiseo les ordenó a sus subordinados que lo ataran al mástil de su embarcación mientras navegaban por los dominios de las sirenas. Mucho antes de que los científicos identificaran los neurorreceptores, antes del matrimonio relámpago de Britney Spears en Las Vegas o cualquiera de los siete matrimonios de Larry King, ya estaba claro que el amor era una peligrosa enfermedad.
El amor es identificado como un desequilibrio químico fatal en la historia medieval de Tristán e Isolda, quienes accidentalmente consumen una poción de amor y se convierten en pobres adictos. Incluso, aunque se dan cuenta de que su esposo, el rey, los castigará con la muerte, ellos necesitan otra dosis de amor.
No podrían haber adivinado qué había en la poción, pero claro, ellos no contaban con la investigación de Young en ratones de campo realizada en la Universidad Emory. Estas criaturas se cuentan dentro de la minoría de los mamíferos, el 5 por ciento, que comparten la tendencia humana de la monogamia. Cuando se le inyecta oxitocina, hormona que produce efectos similares a la nicotina y a la cocaína, al cerebro de una ratona, ésta se sentirá atraída rápidamente por el macho más cercano.
Otra hormona relacionada, la vasopresina, crea la necesidad de formar una pareja cuando se la inyecta en los machos, o cuando se activa de manera natural a causa del sexo. Después de que Young encontrara que los machos con una respuesta genética limitada de vasopresina eran menos dados a emparejarse, investigadores suecos reportaron que los hombres con tendencias genéticas similares eran menos dados a casarse.
En su trabajo publicado en Nature , Young especula con que el amor humano se desencadena por una "cadena de eventos bioquímicos", que evolucionó del antiguo circuito cerebral involucrado en el amor madre-hijo, estimulado en los mamíferos por la oxitocina liberada durante el parto y los meses subsiguientes.
"Parte de nuestra sexualidad evolucionó para estimular ese mismo sistema de oxitocina que crea relaciones entre hombres y mujeres", explica Young, y hace hincapié en que los juegos eróticos y las relaciones sexuales tienden a estimular las mismas partes del cuerpo de la mujer que están involucradas en el parto y en el amamantamiento. Esta hipótesis hormonal, que no tiene sustento fáctico, podría explicar algunas de las diferencias entre los humanos y otros mamíferos menos monógamos: el deseo de las mujeres de mantener relaciones sexuales incluso cuando no son fértiles y la fascinación erótica masculina con los pechos.
Young explica que acostarse de manera más frecuente y prestarles más atención a los senos femeninos podría ayudar a construir relaciones más duraderas gracias a un "cocktail de neuropéptidos", como la oxitocina, que se libera durante el orgasmo.
El deseo siempre presente
Sin embargo, aunque Young no está preparando pociones de amor, sino que está buscando drogas que mejoren los talentos sociales de personas con autismo y esquizofrenia, advierte que podrían existir, en un futuro cercano, drogas que incrementaran los deseos de enamorarse.
"Sería completamente no ético dárselas a otras personas -explica-, pero si uno quiere mantener su matrimonio, podría contar con una pequeña ayuda de vez en cuando. Hoy en día ya no es una posibilidad remota tomar medicación junto con las terapias matrimoniales."
El gran problema sería identificar a la persona de la que queremos enamorarnos. Supongamos que tomáramos la poción y sintiéramos la necesidad de fugarnos con la próxima persona con la que nos cruzamos, digamos el dentista, o que, como Tristán, creemos una conexión emocional con la esposa de nuestro jefe, ¿qué pasaría entonces?
Una vacuna para el amor es más simple y práctica, y ya hay algunas drogas que inhiben los impulsos románticos de las personas y han sido probadas en los ratones de campo.
Dudo de que muchas personas quieran suprimir el amor de manera permanente, pero una vacuna temporaria podría ser útil: esposos sufriendo su crisis de la mediana edad podrían no escaparse tan frecuentemente con sus entrenadoras personales.

lanacion.com