viernes, 8 de octubre de 2010

Tirar comida es un pecado

Real Academia Española: Pecado: 2.m. Cosa que se aparta de lo recto y justo,
o que falta a lo que es debido
El restaurante japonés Wafu, en Australia, multa a las personas que dejan comida en el plato. En realidad, los clientes que no alcanzan a dejar sus platos vacíos tienen dos opciones, o terminar con todos los alimentos que fueron servidos, o pagar una multa. El restaurante busca de esa manera destacar que los recursos naturales son limitados, y el valor sagrado de la comida.
Hace un poco más de dos años, el gobernador Daniel Scioli sorprendió a todos al advertir con dramatismo: “¡Con la comida no se jode!“. Las palabras nos hicieron recordar algo casi olvidado: La comida no es una cosa, la comida es algo muy importante. Por eso nunca debería tirarse comida a la basura. Sin embargo, casi simultáneamente a la ruda advertencia de Scioli, los pescadores españoles tiraban a la basura 8.000 kilos de pescado para regular su precio (diario El País), y cada día, en millones de hogares en el mundo, se tiran toneladas de comida en buen estado.
Tirar comida tiene algo obsceno de lo que nadie podría enorgullecerse. Ahora, en este instante, hay 1000 millones de personas que sufren de hambre crónica en el mundo. Mil millones. El video que sigue protagonizado por Jeromy Irons, forma parte de la campaña 1billionhungry creada por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) que propone revertir de inmediato esta situación:

Dejar de tirar comida
El gobierno británico creó un plan que intenta reeducar a su población para que reduzca la cantidad de comida que arroja a la basura. Los datos son monumentales. Cada año, en Gran Bretaña, se tiran a la basura 8,3 millones de kilogramos de alimentos en condiciones de ser comidos. Es decir, no desperdicios, comida. Estos y otros datos pueden leerse en el sitio de la campaña “LoveFood HateWaste” (Amor a los alimentos, Odio a la basura). La composición de los desperdicios comestibles dice que, de las comidas y bebidas que podrían evitarse, 2.2 millones de toneladas son porque se cocina, prepara o sirve demasiado; y 2.9 millones de toneladas se tiran porque no se usaron antes de la fecha de vencimiento. O sea, un uso negligente de los alimentos produce basura alimenticia.
La campaña abarca al Estado, empresas de alimentación y organismos como Food Standards Agency

Tirar comida daña a toda la economía. Desde los ingresos de las personas (el sitio propone un cambio de hábitos que significaría por lo menos 600 libras al año por cada hogar), hasta los costos del Estado y el impacto en el medio ambiente.

Ranking de la basura alimenticia (Gran Bretaña)
860.000 toneladas de vegetales frescos y ensaladas
870.000 toneladas de bebidas
500.000 toneladas de frutas frescas
680.000 toneladas de panificados
660.000 toneladas de comida hecha y pre hecha
290.000 toneladas de carne y pescado
530.000 toneladas de lácteos y huevos
190.000 toneladas de tortas y postres
67.000 toneladas de snacks

Conocimiento, recetas, freezer, aplicaciones
La estrategia para reducir el desperdicio de alimentos por parte de la población se basa en darle herramientas de información para modificar los hábitos. LoveFood identifica, entre otros, las siguientes razones por las cuales la gente tira comida:

Falta de planificación en las compras (se compra más de lo que se va a usar)
Poco conocimiento de cómo guardar los alimentos
Falta de confianza en la capacidad de cocinar (en especial, para cocinar con lo que tenemos y para controlar las porciones)
Confusiones en la interpretación de la etiquetas.
El sitio de LoveFood (en inglés) tiene muchas herramientas para ayudar a resolver estos problemas, recetas, planificadores semanales, calculadores de porciones. Además, una efectiva aplicación para iPhone.

El mundo tira comida
Según un artículo publicado por el diario La Vanguardia de España, los españoles tiran entre el 10 y el 15 % de los alimentos que compran, unos 60 kilogramos de comida por año por cada habitante. Los norteamericanos llegan a arrojar entre 30 y 40%. Las personas que viven solas despilfarran más, y los que más saben de cocina tiran menos. Un informe publicado en Clarín en 2007, realizado por la Facultad de Ingeniería de la UBA, dice que (a esa fecha) los porteños habían reducido la cantidad de comida que arrojaban a la basura. En 1972 el 63% de la basura estaba compuesta por restos de comida, en cambio en 2006 la cifra era de 41%.
Por abundancia indolente, por negligencia, por distracción, por falta de organización, por ignorancia doméstica, y por muchas otras razones, el mundo arroja inmensas cantidades de comida a la basura. Es una práctica procaz que campañas como LoveFoodHateWaste, tratan de cambiar con inteligencia.

lanacion.com

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