viernes, 1 de octubre de 2010

Por día dos mujeres jóvenes mueren del corazón en ele país

A las mujeres jóvenes también se les rompe el corazón. Aunque la noticia de la muerte súbita de la actriz Romina Yan fue desconcertante, las enfermedades cardiovasculares se llevan la vida de más de 800 mujeres menores de 44 años por año, según las estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación.
“Muchas mujeres creen que no están en riesgo de enfermedad cardiovascular hasta después de la menopausia” , advirtió Palmira Pramparo, coordinadora del grupo de estudio de mujer y enfermedad cardiovascular de la Fundación Interamericana del Corazón, con sede en Texas, Estados Unidos. “Pero la realidad es que hay trastornos cardiovasculares que pueden producirse mucho antes de la menopausia, y no dar síntomas”.
En 2008 se produjeron 886 muertes de mujeres menores de 44 años, la mitad de Capital y Provincia. Por supuesto que la cantidad resulta pequeña en comparación con el número de mujeres por encima de esa edad que fallecieron por los mismas problemas: 44.557 muertes. En este grupo de mujeres, muchas pierden la vida por infartos o por problemas de las válvulas del corazón.
“Las muertes de mujeres jóvenes son infrecuentes, pero igualmente es clave la prevención desde muy temprano”, señaló a Clarín Liliana Grinfeld, jefa del servicio de hemodinamia y cardiología intervencionista del Hospital Italiano de Buenos Aires.
“La gente joven, en general, casi ni piensa que puede enfermarse. Sin volverse una persona hipocondríaca, es mucho lo que puede hacerse para prevenir patologías” , coincidió el médico clínico Raúl Mejía, del Hospital de Clínicas de la UBA.
Como factores de riesgo de la mortalidad cardiovascular en mujeres jóvenes se incluyen el tabaco, el estrés, las arritmias, y el síndrome por la formación de trombos en las arterias. “También –agregó Grinfeld– hay casos de mujeres que consumen diuréticos y realizan actividad física simultáneamente. Sin saberlo, sus cuerpos pierden sodio, cloro, y potasio. Esto puede hacer que el corazón se quede sin combustible para funcionar, y puede llevar a la muerte súbita”. Otra de las causas puede ser una aneurisma cerebral, que se produce cuando se rompe una de las arterias que irrigan al cerebro. ¿Y qué debería hacerse? A partir de los 20 años, tanto las mujeres como los hombres deben hacerse chequeos cardiovasculares, que incluyan un electrocardiograma , resaltó la doctora Pramparo. Si el resultado da que la persona está sana, el chequeo puede repetirse cada 5 años. Y si se practica una actividad deportiva, el control médico debe ser anual.
“Si es necesario, el médico puede pedir un ecocardiograma, entre otros estudios. Si tiene antecedentes familiares, es recomendable un control más estricto. Pero tampoco hay que asustarse: al conocer el estado del sistema cardiovascular, podemos hacer mucho para prevenir trastornos posteriores”.
La mujer joven no sólo debe hacerse cargo de su corazón. Los especialistas también llaman a la comunidad toda a involucrarse. “A nivel comunitario, se debería controlar mejor los certificados de aptos médicos, y cuidar la hidratación durante la actividad física. Porque cada persona debe hacer actividad física de acuerdo a su edad y a su estado físico, y seguir una alimentación equilibrada”, comentó Pramparo.
A esto debería sumársele más gente que sepa las maniobras de reanimación cardiopulmonar. Según informó ayer el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA), más vidas se podrían salvar si más personas supieran esas maniobras que son fáciles de aplicar. Pueden significar “la diferencia entre la vida y la muerte”.
Riesgos femeninos: En la mujer, los síntomas del infarto son más difusos y más difíciles de interpretar.

LAS CLAVES DE LA PREVENCIÓN
Para cuidar su salud cardiovascular, las mujeres deben conocer los valores de su presión arterial, según la Sociedad Argentina de Cardiología. Se considera que una persona tiene presión arterial alta cuando luego de reiterados controles su presión es de 140 y/o 90 mm Hg (14 y/o 9) o mayor. El control debe hacerse al menos una vez al año.
Deben conocer también el nivel de colesterol. El problema del colesterol elevado no da síntomas, pero enferma las arterias, ya que se deposita en su interior y produce obstrucciones. Para saber cuál es la situación del colesterol, se hace un análisis de sangre. El colesterol total debería ser menor a 200 miligramos por decilitro.
A través del análisis de sangre, también se puede conocer el nivel de azúcar en sangre (glucemia). Los niveles elevados aumentan el riesgo de complicaciones cardiovasculares. Si la mujer tiene diabetes, el control de los factores de riesgo cardiovasculares debe ser aún más estricto.
Los factores hereditarios también pesan. Si los padres tienen o tuvieron presión arterial alta, diabetes, infartos, ataques cerebrovasculares u otros problemas cardiovasculares, es importante que los hijos lo tengan en cuenta y se sometan a controles más precozmente.
No fumar es fundamental. La adicción al cigarrillo es la principal causa prevenible de enfermedad cardiovascular. Se puede pedir ayuda al médico o concurrir a grupos de apoyo para dejar de fumar. El Ministerio de Salud de la Nación da orientación en el teléfono 0800 222 1002.
Es clave seguir una dieta variada en frutas y verduras, poca sal, y mantener el peso adecuado. Si el perímetro abdominal es mayor a 88 centímetros, hay más riesgo cardiovascular. Conviene caminar a diario para evitarlo.

CONSULTORIO FEMENINO PARA DEJAR DE FUMAR
En el Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), empezó a funcionar un consultorio para dejar de fumar con enfoque de género. Es el primero en la Argentina que contempla las diferencias entre las mujeres y los varones en lo relacionado a las motivaciones que los llevan a fumar y los obstáculos para abandonar los cigarrillos para siempre.
"Lo hemos creado porque existen estudios que demuestran que las mujeres enfrentan más dificultades para dejar de fumar. Padecen más síntomas durante los días posteriores al dejar, como la irritabilidad o la ansiedad. También tienen más recaídas”, explicó Sandra Braun, a cargo del consultorio en el hospital e integrante de la Asociación Argentina de Tabacología (Asat). Aclaró que no se deja de atender a los varones por esta nueva iniciativa. “Incluso pueden venir parejas para dejar de fumar. Cuando se hace de manera conjunta, el éxito es mayor”, agregó Braun.
“Lo que se evalúa aquí son los factores que llevan a las mujeres a fumar. Los más conocidos son el valor que las mujeres le atribuyen al peso corporal y la violencia.
Hay mujeres que fuman para no engordar. Otras enfrentan situaciones estresantes, como la violencia de género ”.
Este enfoque también se registra en el tratamiento para las mujeres. Se hace una evaluación previa de cada paciente, con una entrevista, y se decide luego el tratamiento, que puede incluir fármacos y tratamiento conductual. Luego, cada mujer es seguida por un nutricionista, que la ayuda para mantener un peso saludable. Para ser atendido en el consultorio, hay que pedir turno en el programa de medicina interna general del hospital, Avenida Córdoba 2351 (planta baja, sector C) en Capital.
“Me parece bárbaro que haya consultorios con enfoque de género en los hospitales públicos, sin excluir a los varones”, dijo a Clarín César Di Giano, de la Unión Antitabáquica Argentina (UATA). Desde la década del sesenta, las mujeres fuman más por las publicidades y porque creen que son más sensuales. Ya pagan las consecuencias: 11.300 mujeres argentinas mueren anualmente por enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco , como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), cáncer e infartos.

clarin.com

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