domingo, 22 de noviembre de 2009

Perfumista de nacimiento


La elección de su profesión no se debió a una vocación ni a una revelación; fue mucho más prosaica. François Demarchy creció en Grasse, Francia, quizás uno de los lugares más fragantes del mundo. Ahí vivió, rodeado de campos de flores, frutales, y de camiones repletos de lavanda.
Pero, además, su padre era dueño de una farmacia y creó su propia fragancia. De ahí que ya en la adolescencia Demarchy hizo pasantías en perfumerías y ateliers en los que comenzó a forjar su destino de "nariz", un oficio único que sólo unos pocos en el mundo dominan. Sin embargo, dice que su principal desafío profesional fue convencer a su padre de que no tenía un trabajo de "saltimbanqui". "A sus ojos, ser perfumista no era una profesión verdadera; le faltaba una noción de rendimiento y de mérito. El hubiera preferido que yo fuera médico o abogado", cuenta quien hoy es vicepresidente de Desarrollo Olfativo del grupo LVMH.
-¿Qué condiciones debe reunir un perfumista?
-La perfumería es artesanía; por eso requiere de habilidades técnicas y de intuición. Es importante ser curioso, para descubrir y redescubrir los aromas; riguroso con el trabajo, y recordar en qué se está trabajando, más aún en la medida en que se vuelve más abstracto. Es necesario dudar para avanzar, porque nada está dicho. Y se aprende todos los días, porque lo que creíamos establecido se puede poner a prueba en cualquier momento.
-¿Qué cualidad no debe faltarle a un perfume de mujer?
-No concibo un perfume femenino sin un acorde floral; las flores deben estar siempre presentes.
-¿Participa en el diseño de los frascos de sus perfumes?
-Aunque cada uno tiene su métier, trabajamos en forma paralela. Hay que conocer la forma del frasco para que el producto sea homogéneo.
-¿Los perfumes tienen relación con las tendencias de la moda?
-La moda y el perfume están mucho más ligados de lo que creemos. El perfume es un producto de moda y está fuertemente influenciado por ella.
-¿Cómo se hace para elegir un perfume acorde con el estilo personal de cada mujer?
-Creo que un buen perfume es el que acompaña a la mujer, se combina como una prenda a la silueta y se funde en ella. En cambio, el perfume que es como una fachada nunca llega a resultar muy personal.
-¿Qué tipo de fragancia prefieren las europeas, las americanas y las argentinas?
-En Europa, las mujeres tienen una cultura olfativa antigua que les transmitieron sus madres. Han estado en presencia de las grandes familias de perfumes, donde hay una importante diversidad de aromas florales, y también orientales. En los Estados Unidos, la cultura de la perfumería es más reciente. Los grandes perfumes son muy potentes y, quizás, menos delicados. Su efecto es más eficaz, brutal e inmediato, por lo que suelen ser más florales y frutados. Las argentinas tienen una gran influencia de la cultura europea, y por eso están más próximas a sus afinidades.
-¿En qué se inspira al crear nuevas fragancias?
-En el caso de Flower by Kenzo Essentielle (el último de los perfumes que desarrolló), creo que remite, desde la misma noción de esencial, a la vida. Tiene que ver con volver a los principales valores; la pureza y la simplicidad. Pero sin ser simplista. Es una noción que evoca también la cultura japonesa, que habla de un camino hacia la depuración. Como los grandes maestros de estampas, por ejemplo Hokusai, que expresaba esta fuerza con un solo trazo y producía emoción. En este perfume, la idea fue acentuar las notas florales y almizcladas. Partimos de la fragancia original y la desvestimos. Luego, este esqueleto se volvió a vestir con productos más cubritivos y espesos. Se otorgó más profundidad a las partes que lo requerían, para luego equilibrarse. Es una fragancia almizclada y muy floral. La inspiración, en este caso, fue una mujer más intensa y voluptuosa, mucho más sensual.
Por Claudia Nobilo
lanacion.com

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