El 30 por ciento de las adolescentes no utiliza métodos anticonceptivos en su primera relación sexual, de acuerdo con una encuesta realizada por la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil. "A veces porque se presentan en forma inesperada, según dicen; en otros casos, el varón no quiso, y en otros, porque todavía sigue existiendo el mito de que la primera relación no embaraza. La información la tienen, pero de ahí a que la apliquen, es otra cosa...", relativiza Miriam Salvo, presidenta de esa organización.
Claro que ese no es el único mito que perdura. Hay adolescentes que piensan que compartir una pileta con alguien del sexo opuesto puede embarazar, o que pararse después del acto sexual es un método anticonceptivo.
Las conclusiones surgen de una encuesta realizada por el Centro de Formación e Investigación en Enseñanza de las Ciencias (Cefiec) de la UBA, que llevó adelante el relevamiento junto con el Grupo de Investigación en Didáctica de la Biología. Para ella fueron consultados alumnos de entre 14 y 16 años de un colegio privado y jóvenes mayores de 18, estudiantes de escuelas secundarias para adultos.
Frente a estas conclusiones, para la médica y presidenta de la Fundación de Estudios Integrales de la Mujer, Mabel Bianco, es fundamental la enseñanza de educación sexual desde la escuela primaria. "Hay gente que dice les van a enseñar a los chicos a tener relaciones sexuales , pero si ellos buscan saber eso, van a Internet y obtienen esa información de ahí. De lo que se trata es de transmitirles información a los chicos sobre sus cuerpos y sobre lo que es abuso. Es también enseñarles a decir no cuando no quieren, no les conviene o no les interesa."
Bianco suele dar charlas sobre educación sexual en los colegios. "Los chicos preguntan y piden otro tipo de cosas. Quieren saber qué es un orgasmo, qué es una polución noctura. Muchos varones las tienen y se asustan", ejemplifica.
La ley nacional de educación sexual Integral fue aprobada en 2006. Establece, entre otras normas, la obligatoriedad de impartir ciertos conocimientos relacionados con la educación sexual y el cuidado del cuerpo desde el nivel inicial hasta el secundario, adecuando los contenidos a cada caso.
Hoy, su aplicación en todos los establecimientos educativos del país es variable, aunque dentro de un marco que establece lineamientos curriculares mínimos.
A mediados de este año, el arzobispo de La Plata y presidente de la Comisión de Educación Católica del Episcopado, monseñor Héctor Aguer, había cuestionado con dureza un manual de formación de maestros en educación sexual y prevención del VIH/Sida, considerándolo "neomarxista" y "totalitario". "Jamás se habla de amor. El sexo, al parecer, no tiene nada que ver con el amor", había expresado entonces monseñor Aguer.
"Hay una ley que establece que el Ministerio de Educación es el encargado de transmitir a las escuelas los lineamientos curriculares basados en información avalada científicamente. Los contenidos morales también son necesarios, pero ellos dependen de los padres y la escuela", afirma Fernando Zingman, del Ministerio de Salud.
En este último punto concuerda Patricia Goddard, de la Sociedad Argentina de Pediatría. "Hay que empezar a hablar sobre estos temas antes de llegar a la adolescencia . En cada etapa evolutiva del niño surgen preguntas o inquietudes que deben ser abordados en forma clara y comprensible, acorde con cada nivel de desarrollo. Los padres deben tener en cuenta que a medida que van creciendo sus hijos, la información les va a llegar desde diversas fuentes no formales, muchas veces en forma inadecuada, descontextualizada o carente de valores.
"La escuela también tiene un rol por cumplir como promotora de salud en estos temas -continúa-. Los estudios muestran que el acceso a la información adecuada y la educación en temas relacionados con la salud sexual en los niños retrasa el inicio de las relaciones sexuales en la adoelscencia y favorece conductas de autocuidado."
Claro que ese no es el único mito que perdura. Hay adolescentes que piensan que compartir una pileta con alguien del sexo opuesto puede embarazar, o que pararse después del acto sexual es un método anticonceptivo.
Las conclusiones surgen de una encuesta realizada por el Centro de Formación e Investigación en Enseñanza de las Ciencias (Cefiec) de la UBA, que llevó adelante el relevamiento junto con el Grupo de Investigación en Didáctica de la Biología. Para ella fueron consultados alumnos de entre 14 y 16 años de un colegio privado y jóvenes mayores de 18, estudiantes de escuelas secundarias para adultos.
Frente a estas conclusiones, para la médica y presidenta de la Fundación de Estudios Integrales de la Mujer, Mabel Bianco, es fundamental la enseñanza de educación sexual desde la escuela primaria. "Hay gente que dice les van a enseñar a los chicos a tener relaciones sexuales , pero si ellos buscan saber eso, van a Internet y obtienen esa información de ahí. De lo que se trata es de transmitirles información a los chicos sobre sus cuerpos y sobre lo que es abuso. Es también enseñarles a decir no cuando no quieren, no les conviene o no les interesa."
Bianco suele dar charlas sobre educación sexual en los colegios. "Los chicos preguntan y piden otro tipo de cosas. Quieren saber qué es un orgasmo, qué es una polución noctura. Muchos varones las tienen y se asustan", ejemplifica.
La ley nacional de educación sexual Integral fue aprobada en 2006. Establece, entre otras normas, la obligatoriedad de impartir ciertos conocimientos relacionados con la educación sexual y el cuidado del cuerpo desde el nivel inicial hasta el secundario, adecuando los contenidos a cada caso.
Hoy, su aplicación en todos los establecimientos educativos del país es variable, aunque dentro de un marco que establece lineamientos curriculares mínimos.
A mediados de este año, el arzobispo de La Plata y presidente de la Comisión de Educación Católica del Episcopado, monseñor Héctor Aguer, había cuestionado con dureza un manual de formación de maestros en educación sexual y prevención del VIH/Sida, considerándolo "neomarxista" y "totalitario". "Jamás se habla de amor. El sexo, al parecer, no tiene nada que ver con el amor", había expresado entonces monseñor Aguer.
"Hay una ley que establece que el Ministerio de Educación es el encargado de transmitir a las escuelas los lineamientos curriculares basados en información avalada científicamente. Los contenidos morales también son necesarios, pero ellos dependen de los padres y la escuela", afirma Fernando Zingman, del Ministerio de Salud.
En este último punto concuerda Patricia Goddard, de la Sociedad Argentina de Pediatría. "Hay que empezar a hablar sobre estos temas antes de llegar a la adolescencia . En cada etapa evolutiva del niño surgen preguntas o inquietudes que deben ser abordados en forma clara y comprensible, acorde con cada nivel de desarrollo. Los padres deben tener en cuenta que a medida que van creciendo sus hijos, la información les va a llegar desde diversas fuentes no formales, muchas veces en forma inadecuada, descontextualizada o carente de valores.
"La escuela también tiene un rol por cumplir como promotora de salud en estos temas -continúa-. Los estudios muestran que el acceso a la información adecuada y la educación en temas relacionados con la salud sexual en los niños retrasa el inicio de las relaciones sexuales en la adoelscencia y favorece conductas de autocuidado."
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