ISABEL F. LANTIGUA
MADRID.- ¿Cuántas veces se ha despertado tarareando una canción que luego no se le va en todo el día o con la sensación de haber escuchado el llanto de un bebé durante la noche? Un equipo de la Universidad Northwestern (EEUU) ha encontrado la respuesta a estos 'misterios' de recién levantados. Según han comprobado en un experimento, los sonidos penetran en las personas aunque estén profundamente dormidos y sin que ellos se den cuenta.
Para su investigación, los autores utilizaron a 12 personas de entre 19 y 24 años (10 mujeres y dos hombres). Primero les enseñaron 50 imágenes y su situación en la pantalla del ordenador -cada una iba en una casilla-. Además, cada objeto tenía un sonido asociado. Por ejemplo, la imagen de una dinamita se relacionaba con el ruido de una explosión o un gato con un maullido. Tras haber aprendido durante un rato dónde estaba cada imagen, los participantes se fueron a dormir la siesta.
Cuando estaban profundamente dormidos, los investigadores pusieron los sonidos correspondientes a 25 objetos, sin que ninguno de los individuos se despertara. Midieron su actividad cerebral con electrodos.
Al levantarse, todos los participantes fueron capaces de situar mucho mejor los 25 objetos de los que habían escuchado el sonido durante la siesta que los otros. Pero ninguno de ellos recordaba haber oído nada mientras dormía. Un grupo de control (otras 12 personas) que permaneció despierto todo el rato no mejoró su habilidad para situar las cosas en la segunda ronda.
"Nuestro estudio muestra, primero, que los sonidos penetran en el cerebro durante la fase del sueño profundo y, en segundo lugar, que durante este periodo, se consolida el aprendizaje y la memoria espacial", explica John Rudoy, neurocientífico y coordinador del estudio que se publica en la revista 'Science'. Este hallazgo se suma a recientes investigaciones que señalan que las memorias se procesan durante el sueño, incluso aquellas muy específicas, y que el cerebro sigue trabajando cuando cae en los brazos de Morfeo.
Aparte de arrojar luz sobre los procesos del sueño, el hallazgo abre la puerta a otras muchas cuestiones. "¿Pueden los estudiantes mejorar sus resultados académicos si lo que han estudiado durante el día lo escuchan grabado durante la noche?, ¿ayudará al aprendizaje de otro idioma el oír palabras en esa lengua mientras se duerme? ¿Podrá un actor aprenderse mejor los guiones?", se preguntan los autores. "Nuestro estudio, al mostrar el efecto sobre la memoria espacial, abre una nueva vía de investigación para averiguar qué pasará con otras memorias", concluye Rudoy.
elmundo.es
MADRID.- ¿Cuántas veces se ha despertado tarareando una canción que luego no se le va en todo el día o con la sensación de haber escuchado el llanto de un bebé durante la noche? Un equipo de la Universidad Northwestern (EEUU) ha encontrado la respuesta a estos 'misterios' de recién levantados. Según han comprobado en un experimento, los sonidos penetran en las personas aunque estén profundamente dormidos y sin que ellos se den cuenta.
Para su investigación, los autores utilizaron a 12 personas de entre 19 y 24 años (10 mujeres y dos hombres). Primero les enseñaron 50 imágenes y su situación en la pantalla del ordenador -cada una iba en una casilla-. Además, cada objeto tenía un sonido asociado. Por ejemplo, la imagen de una dinamita se relacionaba con el ruido de una explosión o un gato con un maullido. Tras haber aprendido durante un rato dónde estaba cada imagen, los participantes se fueron a dormir la siesta.
Cuando estaban profundamente dormidos, los investigadores pusieron los sonidos correspondientes a 25 objetos, sin que ninguno de los individuos se despertara. Midieron su actividad cerebral con electrodos.
Al levantarse, todos los participantes fueron capaces de situar mucho mejor los 25 objetos de los que habían escuchado el sonido durante la siesta que los otros. Pero ninguno de ellos recordaba haber oído nada mientras dormía. Un grupo de control (otras 12 personas) que permaneció despierto todo el rato no mejoró su habilidad para situar las cosas en la segunda ronda.
"Nuestro estudio muestra, primero, que los sonidos penetran en el cerebro durante la fase del sueño profundo y, en segundo lugar, que durante este periodo, se consolida el aprendizaje y la memoria espacial", explica John Rudoy, neurocientífico y coordinador del estudio que se publica en la revista 'Science'. Este hallazgo se suma a recientes investigaciones que señalan que las memorias se procesan durante el sueño, incluso aquellas muy específicas, y que el cerebro sigue trabajando cuando cae en los brazos de Morfeo.
Aparte de arrojar luz sobre los procesos del sueño, el hallazgo abre la puerta a otras muchas cuestiones. "¿Pueden los estudiantes mejorar sus resultados académicos si lo que han estudiado durante el día lo escuchan grabado durante la noche?, ¿ayudará al aprendizaje de otro idioma el oír palabras en esa lengua mientras se duerme? ¿Podrá un actor aprenderse mejor los guiones?", se preguntan los autores. "Nuestro estudio, al mostrar el efecto sobre la memoria espacial, abre una nueva vía de investigación para averiguar qué pasará con otras memorias", concluye Rudoy.
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