sábado, 26 de febrero de 2011

Los sofocos, aliados del corazón


En casa, trabajando, durante una fiesta... de repente una sensación de calor invade todo el cuerpo (un sofoco), segundos más tarde empiezas a sudar (otro sofoco)... Tres de cada cuatro mujeres, aproximadamente, los experimentan casi a diario por culpa de la menopausia y a todas les parece un síntoma realmente incómodo y molesto.
Sin embargo, puede que tras leer esta notica muchas afectadas los toleren mejor. Científicos de la Universidad de Harvard, liderados por Emily Szmuilowicz, publican en el último 'Menopause' un estudio que constata que las mujeres que sufren de bochornos y sudores tienen menos riesgo de padecer enfermedad cardiovascular o un accidente cerebrovascular.
"Aunque ciertamente son muy molestos, los sofocos pueden no ser del todo malos," asegura el doctor Szmuilowicz. "Nuestra investigación ha encontrado que a pesar de los estudios previos que sugieren que los síntomas de la menopausia se asocian con mayores niveles de marcadores de riesgo de patología cardiaca, como la presión arterial y el colesterol, los resultados de este ensayo muestran otra realidad distinta", recalca.
Tanto él como su equipo revisaron las historias médicas de 60.000 mujeres que participaron en el Estudio de Salud de la Mujer (un ensayo de 10 años de seguimiento) con el fin de estudiar la relación entre los síntomas de la menopausia y los eventos cardiovasculares.
Las participantes fueron agrupados en cuatro categorías: las mujeres que experimentaron sofocos y los sudores nocturnos en el inicio del climaterio, después de la menopausia, durante los dos períodos de tiempo descritos, o en ninguno de ellos.
Los datos revelan que las mujeres que experimentaron sofocos al comienzo de la menopausia, el momento más común para que se produzcan, tenían un 17% menos de riesgo de padecer un accidente cerebrovascular y un 11% menor de sufrir patología cardiaca. Asimismo, poseían un 8% menos de riesgo de morir que las mujeres que no tenían sudoraciones o comenzaron a padecerlas más tarde en la menopausia.
Los mecanismos que subyacen a estas asociaciones se desconocen "y vamos a necesitar los futuros estudios para investigar cuáles podrían ser", declara el investigador principal.
Para él, "es reconfortante saber que estos síntomas, que son experimentados por muchas mujeres, no parecen correlacionarse con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular".
Reconoce, no obstante, que su estudio es observacional y sugiere "que la edad, los hábitos dietéticos, el tabaquismo, la actividad física y los antecedentes familiares son factores más importantes en la salud cardiovascular que los sofocos".
elmundo.es

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