lunes, 11 de octubre de 2010

Se duplicaron la alergias a la comida en los últimos 10 años

Es una enfermedad moderna e incómoda que afecta cada vez a más personas. La detección de alergias a determinados alimentos en pacientes adultos y, sobre todo en los chicos, se duplicó en los últimos diez años. Los datos son a nivel mundial, y si bien no hay cifras oficiales en la Argentina, los médicos coinciden en que también se viene dando ese mismo incremento en los consultorios. “Los últimos estudios internacionales señalan que se duplicaron los casos en la última década. Ese cálculo global es extrapolable. En nuestro servicio tenemos una tasa de consultas en aumento muy importante en los últimos años”, detalla a Clarín Gustavo Marino, jefe de Alergología e Inmunología Clínica del Hospital Universitario Austral.
A nivel global las alergias alimentarias ya afectan a un 8% de la población, cuando hace una década la prevalencia era del 4%. Además, según la Asociación Americana de Alergias, Asma e Inmunología, Estados Unidos pasó de un registro de 21 mil casos de reacciones alérgicas por ingesta de alimentos en 1998, a 51 mil en 2008. “La tasa de consultas acá es similar a la de un servicio de afuera, así que consideramos la misma prevalencia”, aclara Marino.
Este incremento local hace que, de a poco, las alergias alimentarias empiecen a ser más consideradas en el país. El gobierno nacional acaba de incorporar al Código Alimentario Argentino la obligación de declarar en los alimentos a la venta las sustancias capaces de producir reacciones adversas en personas susceptibles. La información deberá estar en colores diferentes a continuación de la lista de ingredientes y las empresas tienen 180 días para sumar esos datos en los paquetes.
Los alimentos que en Argentina causan reacciones alérgicas son muchos: de la soja –el más impactante– a la leche vacuna y al maní, del trigo a los mariscos. ¿Pero cuál es el motivo de que los casos aumenten? Si bien no hay certezas, los médicos tienen algunas hipótesis. “La industrialización y la manipulación de los alimentos han tenido que ver. Hay un mayor conocimiento del tema. Y también se debe a los cambios en los hábitos de la alimentación, usando alimentos que no estaban en el país y que modifican la conducta del organismo”, entiende Gabriela Marín, jefa de Alergias del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.
“No se sabe por qué crecen estas alergias. Una hipótesis es que el alérgico se hace sensible con las cosas con las que toma más contacto. Con la industrialización de alimentos nos dan proteínas en más cantidad en los mismos alimentos, y el cuerpo las reconoce como extrañas”, dice Marino.
Las manifestaciones más frecuentes en una reacción alérgica alimentaria son de predominio gastrointestinal (cólicos, diarrea, constipación, reflujo) y dermatológico (urticaria y eccema); sin embargo se observa que también es importante el impacto sobre las vías aéreas superiores e inferiores en forma de rinitis y asma. “Un cuadro que no es menor es la anafilaxia , que es la suma de todo eso. El paciente comió, se empieza a brotar, le pican las manos, los pies, sigue con un ahogo, se congestiona, siente dolores crónicos y si no tiene la medicación adecuada puede morir”, ejemplifica Marino.
A nivel global y local, los chicos siempre resultan los más afectados. “Es más probable en la infancia porque las tripas están permeables”, sintetiza Marín, quien, sin embargo, aclara que hay una buena noticia: en los pacientes menores se puede combatir y vencer: “ Se puede trabajar con los chicos para que paulatinamente vayan incorporando el alimento y generen una tolerancia que, en el caso de los adultos, ya se hace imposible”.

clarin.com

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