Cocooning (de cocoon = capullo en inglés) es un término que inventó en la década del 90 la mundialmente famosa consultora en marketing Faith Popcorn . En su libro de predicciones de tendencias “The Popcorn Report“, describía a “Cocooning” como una tendencia a permanecer en la casa y reducir los contactos sociales. Incluso preferir las compras electrónicas a ir a tiendas o supermercados. Dice Wikipedia:Desde que Popcorn acuñó el término Cocooning, la tendencia de quedarse en la casa ha continuado. La creación de la Web, las tecnologías de entretenimiento en el hogar, los avances en tecnología de la comunicación (teléfonos móviles, PDA y Blackberry), que permiten la opción de “trabajar en el hogar” , así como los cambios demográficos, han hecho de cocooning una opción cada vez más atractiva.
Cocooning = vivir y comer en casa
Faith Popcorn acertó. Al parecer, cada vez más gente prefiere quedarse en su casa y también, en muchos casos, cocinar su propia comida. Es un fenómeno mundial.
Un informe publicado por Australian Food News -de julio de 2009- dice que el hábito creciente de cocinar y comer en la casa, repercutió positivamente en la industria de los alimentos amortiguando los efectos de la crisis mundial. Al reducirse las comidas fuera de la casa , mejoraron las ventas de alimentos. En el mismo sentido, algunas compañías de alimentos siguen estas nuevas huellas en los hábitos de los consumidores para crear nuevos productos. Reconocen, en algunos casos, inspirarse en la comida de los restaurantes para que los productos “cocooning” recreen la experiencia de la comida de restaurante. O sea, buscan llevar el restaurante a la madriguera.
Televisión
Junto a la preferencia de salir menos de la casa, crece la inclinación a cocinar más. Un informe de Nielsen explica cómo la televisión dedicada a la comida produjo un impacto significativo en la población al generar ”chefs vocacionales” en millones de hogares.
Uno de cada 5 hogares tienen a un aprendiz de chef
Uno de cada 5 hogares de Estados Unidos tienen a un aprendiz de chef, una persona capaz de elaborar una comida especial para el resto. Una vida más “ensimismada” requiere de cocineros.
Los cocooners cocinan en sus casas cada vez más. Los indicadores pueden buscarse en el incremento de la oferta de programa de televisión dedicados a la cocina y su rating, y también, en el aumento en las ventas de libros de cocina. Según datos publicados por el Atlanta Journal Constitution, mientras los libros de no ficción y salud se mantienen sin modificaciones en sus ventas con respecto al año anterior, los libros de cocina incrementaron sus ventas en un 6 a 7% . Al parecer, los libros de cocina ocupan un espacio de auto instrucción donde la gente busca adquirir conocimientos de cocina por sus propios medios. Susan Dobbs, directora de la editorial especializada en libros de cocina Oxmoor House, dice “Definitivamente la gente sale menos a comer fuera, y muchas de ellas nunca aprendieron a cocinar de niños.
Cocooners gamers
No todos los cocooners son imprevistos autodidactas en búsqueda de conocimientos de cocina o aprendices de chefs. Hay un grupo enorme de e-cocooners a los que les encanta encerrarse para estar sumergidos en sus video juegos multiplayer o batallar con sus consolas. Personas que no pensarían de sí mismos que están llevando un estilo de vida Cocooning, pero lo hacen intensamente. Son jóvenes arropados en sus cuartos familiares que prefieren jugar a salir. Ellos también tienen a veces sus peculiaridades alimenticias. Por ejemplo, prefieren las cosas que se pueden comer con una sola mano, como muestra este artículo de “CHOW”, llamado “Noche de Wii!!”, o cosas que se puedan comer rápido y sin cocinar, al menos es lo que aparece en esta encuesta permanente sobre los mejores comidas para gamers.
Por distintas razones, cada vez hay más cocooners. Las motivaciones pueden ser muy variadas, el presupuesto familiar seguramente juega un gran papel, la revalorización de la cocina en el hogar, otro, el descubrimiento del placer de cocinar que ofrece la televisión e Internet. Pero también la fobia al exterior, la fobia y desconfianza hacia los otros, la creciente inseguridad urbana, las distancias, el descanso de las infinitas demandas de la semana, pueden activar el deseo de clausura
Entre todos los factores que nos impulsan a encapullarnos, no debería subestimarse el poder de la conectividad, la oferta monumental de entretenimiento en las casas, donde el cable, Internet, los videojuegos, las series fabulosas (superiores al cine) , la capacidad de compartir las experiencias pasivas (ver tele y comentarla en Twitter), compiten con los estímulos que posee el exterior. Y al estar en casa, al lograr llevar el cine al living o el parque de diversiones, al encontrar experiencias intensas dentro de la propia casa, solo faltará una cosa para crear un micromundo perfecto, poder traer el restaurante. Y hay una sola manera de lograrlo, simular un restaurante en la propia cocina.
Así, como vaticinó Faith Popocorn, cada vez más gente vive en su propio capullo. El hogar es ahora como una burbuja conectada a otras burbujas, y la suma de burbujas forman la espuma global. Porque ya no habrá nunca más una gran esfera que nos contenga a todos.
cukmi.com
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