domingo, 1 de noviembre de 2009

Más argentinos miden su intelecto


Laura Reina
LA NACION
Además del peso y de la altura, hay otra medida que obsesiona a los argentinos. Cada vez más personas ?en su gran mayoría hombres? buscan medir su coeficiente intelectual (CI) mediante tests de inteligencia especialmente diseñados para tal propósito.
¿Vanidad o herramienta útil para conseguir, por ejemplo, mejores trabajos? En Mensa Argentina, un club cuyos miembros tienen en común que poseen un alto coeficiente intelectual (superior a 148), creen que hay un poco de las dos cosas. Esta asociación internacional, con sedes en todas partes del mundo, es la encargada de tomar y corregir los tests que miden el intelecto.
"La gente quiere desafiarse, ver si entra dentro de ese dos por ciento de personas que tiene un CI mayor que 148 [lo normal es entre 90 y 110]. Pero también considera analizar su CI porque las empresas están comenzando a valorar esto. En países como Estados Unidos o Japón es algo instalado. En la Argentina, empieza a serlo", contó Gabriel Vulej, presidente de Mensa Argentina. El, como todos sus miembros, forma parte de ese 2% que posee una inteligencia superior.
El test es una batería de ejercicios de secuencias lógicas que debe resolverse en un determinado período de tiempo y se toma en Buenos Aires los segundos viernes de cada mes. Tiene un costo de 45 pesos. También se toma en el interior del país, con fechas por confirmar. Pueden realizar el test personas de 16 años (éstos con autorización de los padres) en adelante.
Además de la Capital, Córdoba, La Plata, Rosario y Mendoza son algunos de los lugares que más demandan estos tests. Por mes, se presentan unas 100 personas que buscan medir su nivel de inteligencia.
Hoy, la sede argentina de esta asociación mundial posee 240 miembros activos que se reúnen para intercambiar ideas y jugar juegos de mesa, como el TEG o el Scrabble. Aunque lo más interesante son los contactos internacionales.
"Como resultado, no damos un número, no decimos: «Tenés tanto CI». Simplemente, informamos si esa persona, en caso de desearlo, está en condiciones de entrar en Mensa", informó Vulej.
En cambio, los que quieren obtener un número de su CI, pueden someterse a los tests psicotécnicos que el psicólogo evaluador nombrado por Mensa Internacional, Carlos Allende, realiza en su consultorio de Palermo. Este servicio cuesta $ 200, ya que se trata de una serie de exámenes diferentes y más complejos. Se da un certificado en caso de superar los 148 puntos.
"Una sola prueba no es suficiente para arrojar un número. Por eso, se toman tres o cuatro exámenes y se establece un parámetro. De los que se presentan, aprueban entre el 30 y el 40 por ciento. Si bien es cierto que sólo el 2% de la población reúne el CI para ingresar en Mensa, este porcentaje es más elevado porque los que vienen ya se pusieron a prueba con tests similares en Internet y saben que tienen chances de aprobarlos", comentó Allende.
Sin embargo, Allende, que es doctor en Psicología y miembro fundador de Mensa Argentina, dice que en la ciudad de Buenos Aires hay muchos "lanceros". "El mes pasado, de los que se presentaron en la Capital, no aprobó ninguno. Eso no pasa en el interior, donde de diez aprueban seis", comentó.
En su mayoría, los que van a tomar los tests son hombres de unos 30 años. "Medir la inteligencia parece ser una cuestión más masculina que femenina. La proporción es de 7 a 1 en favor de los hombres", comentó Allende, que aclaró que no hay que confundir inteligencia con genialidad.
"En Mensa, hay gente muy inteligente, pero no hay ningún genio. Genio es Leonardo da Vinci, el que hace un aporte a su época", opinó el evaluador de Mensa.
Niños especiales
Los adultos se acercan para poner a prueba su inteligencia como desafío personal. Sin embargo, los niños con alto CI ?o sus padres, mejor dicho? lo hacen para descartar diagnósticos a veces tan apresurados y errados, como Trastorno por Déficit de Atención.
"Yo me encuentro muy a menudo con chicos a los que les han diagnosticado déficit de atención y están medicados y, en realidad, lo que tienen es una superdotación. Claro que tiene déficit de atención porque no les interesa lo que les están explicando. La mayoría de los colegios no saben qué hacer con estos niños", aseguró Allende. Para los pequeños con alto CI, Mensa Argentina desarrolló Creaidea, una división especial para ellos y sus familias. Héctor Roldán, fundador de esa institución, explicó a La nacion que se trata de un espacio de contención familiar para los niños y para los padres.
"Los chicos con alta capacidad intelectual presentan una serie de dificultades que ni los padres ni los docentes saben cómo manejar. Por eso, el acercamiento a Creaidea es distinto que al de Mensa. Quien llega a Creaidea tiene un problema para resolver con su hijo. El que va a Mensa tiene una habilidad especial", contó Roldán.
A los niños se los testea en un marco lúdico para que se olviden de que están siendo evaluados. En total, hay unos 20 miembros que concurren una vez por semana y participan de las actividades junto con sus padres.
Para reconocer a un niño con una inteligencia superior, a veces, basta con observarlo. "En general, son niños muy precoces; desde muy chicos quieren aprender a leer, incorporar vocabulario extranjero, sobre todo en inglés. Hacen cosas muy avanzadas para su edad y suelen ser muy autoexigentes", concluyó Roldán.
Mentes Brillantes
210 CI Johann Wolfgang von Goethe
Poeta y dramaturgo alemán.
185 CI Galileo Galilei
Astrónomo y físico italiano.
160 CI Bill Gates
Empresario, fundador de Microsoft. Tiene el mismo coeficiente intelectual que Nicolás Copérnico (matemático y astrónomo polaco), Benjamín Franklin (político, científico e inventor norteamericano), Albert Einstein (científico alemán nacionalizado norteamericano) y Stephen Hawking (físico británico). 155 CI Miguel de Cervantes
Escritor español. Su mismo coeficiente intelectual lo tenían Rembrandt (pintor holandés), Simón Bolívar (militar y político), y Honoré de Balzac (novelista francés)
lanacion.com

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