MADRID.- A pesar de que se manifiestan de forma diferente, esquizofrenia y bipolaridad podrían ser eslabones de una misma cadena y son ya muchas las publicaciones científicas que apuestan por un origen genético compartido. Tras investigarse la mayor predisposición de los familiares de estos enfermos a sufrir la misma patología mental que su allegado, ahora, un estudio publicado en 'Archives of General Psychiatry', ha dado un paso más en el análisis de la interconexión de estas patologías, sugiriendo que los parientes de quienes sufren alguna de estas dos dolencias tiene casi el doble de riesgo de sufrir el otro trastorno.
El trabajo, que firman los doctores Jared X. Van Senllenberg, del departamento de Psicología de la Universidad de Columbia, y Teresa de Candia, de la Universidad de Colorado (ambas en EEUU), se basó en 38 estudios en los que se analizó la tasa de incidencia de trastorno bipolar en familiares de pacientes con esquizofrenia y 39 estudios en los que se examinó la afectación de esquizofrenia en parientes de primer grado de enfermos bipolares. Dichos trabajos resultaron 'finalistas' y fueron escogidos entre un total de 2.326 investigaciones publicadas en inglés en los últimos 26 años.
Tras analizar y cotejar los resultados de dichos estudios, Van Stellenberg y de Candia llegaron a la conclusión de que el riesgo de sufrir trastorno bipolar entre los familiares directos de enfermos con esquizofrenia es del 0,99% frente al 0,48% de las personas del grupo control (sin allegados con esta patología), mientras que la propensión a sufrir esquizofrenia en los parientes de primer grado de un afectado por trastorno bipolar es del 1,77%, frente al 0,85%.
Mucho más alto resulta el riesgo de sufrir la misma enfermedad del familiar: un 6,68% en el caso de la esquizofrenia frente al 0,85% y un 10,54% en el trastorno bipolar frente al 0,48% .
A la vista de estos índices los autores defienden la teoría de que los familiares de primer grado de los enfermos de esquizofrenia y trastorno bipolar tienen un riesgo muy alto de desarrollar la misma patología que su pariente, al tiempo que existe una probabilidad baja, pero incrementada respecto al resto de la población, de desarrollar esquizofrenia si un familiar sufre de bipolaridad y viceversa. Por otra parte, señalan que existe un riesgo intermedio de sufrir un desorden esquizoafectivo, independientemente de que su familiar directo sufra esquizofrenia o bipolaridad.
Para los investigadores, la importancia de este estudio radica en que los trabajos que analizan la conexión genética de estos trastornos pueden ayudar a identificar los genes implicados si se tratan todas estas enfermedades como un solo fenotipo (trastornos con características similares).
Dado que existe un riesgo genético compartido de desarrollar esquizofrenia, trastorno bipolar y desorden esquizoafectivo, los autores defienden que sería posible que un número determinado de genes impliquen riesgo de sufrir un desorden psicoafectivo en general, mientras que un pequeño grupo de genes -o cambios en el ADN y en el medioambiente- determinarían hacia donde evolucionará el trastorno y la forma que adoptará una vez desarrollado. Además, destacan que estas patologías comparten factores de riesgo epidemiológicos y perinatales.
Estudio similar en España
El doctor Celso Arango, director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM) y jefe de sección de la Unidad de Adolescentes del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, califica este estudio de interesante y explica que mediante un metanálisis se ha comprobado lo que muchos estudios pequeños no habían podido demostrar antes: "la existencia de cosegregación familiar entre el trastorno bipolar y la esquizofrenia".
Actualmente se está realizando dentro del CIBERSAM un estudio similar coordinado por el doctor Julio Sanjuán, profesor de Psiquiatría de la Universidad de Valencia. En este trabajo, donde participan nueve grupos de investigación del centro, se analiza conjuntamente a todos los pacientes con síntomas psicóticos, independientemente del diagnóstico, y afectados por enfermedades tales como la esquizofrenia, trastorno bipolar y el trastorno esquizoafectivo. Se espera extraer conclusiones importantes para desvelar algunas de las incógnitas que rodean a estas enfermedades.
elmundo.es
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