PATRICIA MATEY
MADRID.- El suicidio no es 'patrimonio exclusivo' de los jóvenes, entre los que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), representa la segunda causa de muerte. También las personas mayores intentan quitarse la vida y, en muchas ocasiones lo consiguen, con una frecuencia nada despreciable. Más de 1.000 de nuestros mayores fallecen por esta razón todos los años.
Intentar evitarlo puede ser factible si la comunidad médica vuelve su mirada hacia los resultados de trabajos como el que acaba de publicar el último 'BMC Psychiatry'. En él se determina cómo el riesgo de suicidio se eleva entre los mayores en dependencia del sexo y de su historial previo de intentos suicidas.
"Sabemos que llevar a cabo varias tentativas es uno de los mayores predictores de que el suicidio acabe consumándose en las personas con depresión... Pero hasta ahora se desconocía si ciertos factores, como la repetición de estos intentos o la severidad de los mismos, influyen en que los hombres y las mujeres de más edad finalmente logren quitarse la vida", documentan Louise Bradvik y Mats Berglund, ambos de la Universidad Lund de Suiza, en la nueva investigación.
Para averiguarlo, los científicos analizaron los datos de los pacientes admitidos entre 1956 y 1969 en el departamento de Psiquiatría de su universidad, a los que les hicieron un seguimiento hasta 2006. Tras 'apuntar' los diagnósticos de depresión, también anotaron los decesos por suicidio. Finalmente, se contabilizaron 100 suicidios (44 hombres y 56 mujeres). "Escogimos un grupo control, en el que los participantes tenían el mismo diagnóstico, edad y sexo que los fallecidos", comentan los autores.
Los datos revelan que "los intentos de suicidio son menos comunes en las personas mayores que en las jóvenes. Asimismo, la repetición de estas tentativas se reduce con el paso del tiempo", determina el trabajo.
Los intentos más graves
Pese a estas buenas noticias preocupa el hecho de que "los intentos más graves para quitarse la vida sí aumenten con la edad", apostillan los autores.
Se entiende por tentativa grave de suicidio "aquéllas con más probabilidades de causar la muerte, dado que los afectados suelen acabar en las unidades de cuidados intensivos cuando son descubiertos, algo que intentan evitar adoptando múltiples precauciones", documentan los doctores Bradvik y Berglund.
Una de las aportaciones del estudio reside en que los factores que elevan el riesgo de suicidio 'exitoso' varían según el sexo. Así, en el femenino, es la reiteración de los intentos suicidas, mientras que en el masculino es la severidad de las tentativas la que 'dispara' las posibilidades de que se lleve a término.
En otras palabras, "los cuidadores y el personal sanitario deben vigilar con atención los rasgos de repetición en las mujeres y de severidad en los varones para poder intervenir a tiempo", determinan los autores.
MADRID.- El suicidio no es 'patrimonio exclusivo' de los jóvenes, entre los que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), representa la segunda causa de muerte. También las personas mayores intentan quitarse la vida y, en muchas ocasiones lo consiguen, con una frecuencia nada despreciable. Más de 1.000 de nuestros mayores fallecen por esta razón todos los años.
Intentar evitarlo puede ser factible si la comunidad médica vuelve su mirada hacia los resultados de trabajos como el que acaba de publicar el último 'BMC Psychiatry'. En él se determina cómo el riesgo de suicidio se eleva entre los mayores en dependencia del sexo y de su historial previo de intentos suicidas.
"Sabemos que llevar a cabo varias tentativas es uno de los mayores predictores de que el suicidio acabe consumándose en las personas con depresión... Pero hasta ahora se desconocía si ciertos factores, como la repetición de estos intentos o la severidad de los mismos, influyen en que los hombres y las mujeres de más edad finalmente logren quitarse la vida", documentan Louise Bradvik y Mats Berglund, ambos de la Universidad Lund de Suiza, en la nueva investigación.
Para averiguarlo, los científicos analizaron los datos de los pacientes admitidos entre 1956 y 1969 en el departamento de Psiquiatría de su universidad, a los que les hicieron un seguimiento hasta 2006. Tras 'apuntar' los diagnósticos de depresión, también anotaron los decesos por suicidio. Finalmente, se contabilizaron 100 suicidios (44 hombres y 56 mujeres). "Escogimos un grupo control, en el que los participantes tenían el mismo diagnóstico, edad y sexo que los fallecidos", comentan los autores.
Los datos revelan que "los intentos de suicidio son menos comunes en las personas mayores que en las jóvenes. Asimismo, la repetición de estas tentativas se reduce con el paso del tiempo", determina el trabajo.
Los intentos más graves
Pese a estas buenas noticias preocupa el hecho de que "los intentos más graves para quitarse la vida sí aumenten con la edad", apostillan los autores.
Se entiende por tentativa grave de suicidio "aquéllas con más probabilidades de causar la muerte, dado que los afectados suelen acabar en las unidades de cuidados intensivos cuando son descubiertos, algo que intentan evitar adoptando múltiples precauciones", documentan los doctores Bradvik y Berglund.
Una de las aportaciones del estudio reside en que los factores que elevan el riesgo de suicidio 'exitoso' varían según el sexo. Así, en el femenino, es la reiteración de los intentos suicidas, mientras que en el masculino es la severidad de las tentativas la que 'dispara' las posibilidades de que se lleve a término.
En otras palabras, "los cuidadores y el personal sanitario deben vigilar con atención los rasgos de repetición en las mujeres y de severidad en los varones para poder intervenir a tiempo", determinan los autores.
elmundo.es
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