Como en ese filme dirigido por su primer esposo, Roger Vadim (1956), que la consagró como símbolo sexual, Bardot estuvo siempre rodeada de un perfume de escándalo.
La actriz, que rápidamente fue conocida en el mundo entero por sólo dos siglas -"B.B." -, tuvo cuatro maridos, varios amantes y muchos amigos, y conmocionó además a la Francia conservadora de la postguerra con sus declaraciones provocadoras.
Bardot "siempre hizo lo que quiso, y eso es lo que incomoda", dijo una vez de ella la escritora Simone de Beauvoir.
La actriz - hija de un empresario amante del cine y de una madre que adoraba la moda-, debutó muy joven como modelo, apareciendo desde 1952 en centenas de tapas de revistas.
Su cuerpo escultural y su rostro de mujer-niña, que contrastaba con la sofisticación hollywoodense de la bella Ava Garder o el elegante sex appeal de la italiana Sophia Loren -otros dos iconos de esa época- impuso en la pantalla un erotismo instintivo, una cálida sensualidad.
Bardot cautivó no sólo a los hombres del planeta, sino a toda una generación de mujeres, que intentaron imitar al menos su manera de vestirse, ya que no podían tener sus curvas ni sus labios insolentes.
Su vida privada no tuvo nunca nada de privado: más de 250 fotógrafos esperaban por ejemplo el nacimiento de su hijo Nicolás, en 1960.
En su primer libro de memorias, "Iniciales B.B.", Bardot narra el infierno cotidiano de los paparazzi, admite periodos de depresión y confiesa que no fue capaz de ocuparse de su hijo, que creció con su ex marido, Jacques Charrier.
La actriz protagonizó unos 40 filmes en unos 20 años de carrera cinematográfica, colaborando con los grandes directores franceses, entre ellos Claude Autant-Lara, Henri-Georges Clouzot, Louis Malle y Jean-Luc Godard (1963).
Exploró también, muy brevemente, una carrera de cantante, antes de retirarse de las pantallas, en 1973.
"Me despido del mito Bardot", dijo la actriz, que desde entonces se consagró a defender a los animales y a denunciar las corridas de toros, la caza, el uso de pieles en la moda.
En 1986, Bardot creó su propia fundación dedicada a esta causa, a la que dio, además de su nombre, dinero y tiempo.
Sus actitudes a veces misóginas, que algunos tachan de racistas, siguen provocando tempestades.
Para festejar su 75 cumpleaños, una exposición consagrada a ella, "Los años despreocupados", abrirá sus puertas en Boulogne-Billancourt, las afueras de París, con fotos, objetos y filmes de la actriz, quien ahora está llena de arrugas pero cuya belleza provocadora sigue plasmada en decenas de películas.
(AFP)
ciudad.com.ar
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