MARÍA VALERIO
MADRID.- La infertilidad que provocan algunos tratamientos contra el cáncer es una de las grandes preocupaciones de muchos pacientes. Por eso, cualquier noticia que pueda solucionar este problema, como la que propone el último número de la revista 'Nature Medicine', es recibida con los brazos abiertos.
Según una investigación con ratones dada a conocer este fin de semana, el antitumoral Glivec (que ya utilizan miles de pacientes en todo el mundo para tratar algún tipo de leucemia y de sarcoma), podría ser el 'antídoto' contra la esterilidad causada por otro habitual fármaco, el cisplatino.
Aunque el trabajo sugiere que imatinib (el nombre genérico de Glivec) podría contrarrestar los daños celulares causados por el cisplatino (ampliamente empleado en mujeres con cáncer de ovario o endometrio), el trabajo también reconoce que es pronto para dar una conclusión certera al cien por cien. Entre otras cosas, porque el trabajo se llevó a cabo con ratones de laboratorio, y habrá que asegurarse primero de que Glivec confiere protección contra la infertilidad sin menguar la eficacia de la quimioterapia.
La clave de esta nueva 'receta', que permitiría a muchas mujeres preservar sus posibilidades de ser madres después del tratamiento, está en la enzima c-Abl. La acción del cisplatino para causar la muerte de las células tumorales se produce activando esta vía, que también suele estar mutada en el caso de los pacientes con leucemia mieloide crónica.
Estudio en ratones
Por eso, un grupo de investigadores de la universidad italiana de Tor Vergata (en Roma), se preguntaron si el mismo fármaco que se utiliza para tratar este tipo de leucemia podría emplearse para contrarrestar los daños que la quimioterapia provoca en las células germinales femeninas. Y según observaron en sus roedores de laboratorio Stefania Gonfloni y su equipo, la respuesta parece ser afirmativa.
Según su investigación, la administración de Glivec durante el tratamiento con cisplatino permite preservar los oocitos de los ratones y la reserva ovárica intacta, al margen de los tradicionales daños. Los folículos (las estructuras en los ovarios femeninos que se activan en cada ciclo para dar lugar a un óvulo) son muy sensibles a los daños celulares que causan la radio y la quimioterapia, lo que acarrea que muchas pacientes no puedan tener descendencia después de estos tratamientos (si no han recurrido a algún método para preservarla previamente).
"La toxicidad ovárica es uno de los efectos más comunes [de la quimioterapia]", concluye el artículo, "por eso muchos adolescentes y adultos jóvenes podrían beneficiarse de la acción de fármacos que inhiban los daños sobre los folículos". Y a pesar de que Glivec podría ser uno de esos 'protectores de la fertilidad', reconocen que habrá que llevar a cabo ensayos clínicos en humanos antes de dar esto por hecho: "Será crucial demostrar que imatinib protege la fertilidad pero no interfiere en la acción antitumoral del cisplatino".
MADRID.- La infertilidad que provocan algunos tratamientos contra el cáncer es una de las grandes preocupaciones de muchos pacientes. Por eso, cualquier noticia que pueda solucionar este problema, como la que propone el último número de la revista 'Nature Medicine', es recibida con los brazos abiertos.
Según una investigación con ratones dada a conocer este fin de semana, el antitumoral Glivec (que ya utilizan miles de pacientes en todo el mundo para tratar algún tipo de leucemia y de sarcoma), podría ser el 'antídoto' contra la esterilidad causada por otro habitual fármaco, el cisplatino.
Aunque el trabajo sugiere que imatinib (el nombre genérico de Glivec) podría contrarrestar los daños celulares causados por el cisplatino (ampliamente empleado en mujeres con cáncer de ovario o endometrio), el trabajo también reconoce que es pronto para dar una conclusión certera al cien por cien. Entre otras cosas, porque el trabajo se llevó a cabo con ratones de laboratorio, y habrá que asegurarse primero de que Glivec confiere protección contra la infertilidad sin menguar la eficacia de la quimioterapia.
La clave de esta nueva 'receta', que permitiría a muchas mujeres preservar sus posibilidades de ser madres después del tratamiento, está en la enzima c-Abl. La acción del cisplatino para causar la muerte de las células tumorales se produce activando esta vía, que también suele estar mutada en el caso de los pacientes con leucemia mieloide crónica.
Estudio en ratones
Por eso, un grupo de investigadores de la universidad italiana de Tor Vergata (en Roma), se preguntaron si el mismo fármaco que se utiliza para tratar este tipo de leucemia podría emplearse para contrarrestar los daños que la quimioterapia provoca en las células germinales femeninas. Y según observaron en sus roedores de laboratorio Stefania Gonfloni y su equipo, la respuesta parece ser afirmativa.
Según su investigación, la administración de Glivec durante el tratamiento con cisplatino permite preservar los oocitos de los ratones y la reserva ovárica intacta, al margen de los tradicionales daños. Los folículos (las estructuras en los ovarios femeninos que se activan en cada ciclo para dar lugar a un óvulo) son muy sensibles a los daños celulares que causan la radio y la quimioterapia, lo que acarrea que muchas pacientes no puedan tener descendencia después de estos tratamientos (si no han recurrido a algún método para preservarla previamente).
"La toxicidad ovárica es uno de los efectos más comunes [de la quimioterapia]", concluye el artículo, "por eso muchos adolescentes y adultos jóvenes podrían beneficiarse de la acción de fármacos que inhiban los daños sobre los folículos". Y a pesar de que Glivec podría ser uno de esos 'protectores de la fertilidad', reconocen que habrá que llevar a cabo ensayos clínicos en humanos antes de dar esto por hecho: "Será crucial demostrar que imatinib protege la fertilidad pero no interfiere en la acción antitumoral del cisplatino".
elmundo.es
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