lunes, 11 de octubre de 2010

Evitar secretos frente a la fecundación in vitro

Hace una semana, el británico Robert Edwards recibió el Nobel de Medicina por haber creado la fecundación in vitro, una técnica cada vez más difundida. Sin embargo, 32 años después del nacimiento de Louise Brown, el primer bebé de probeta, el tema aún genera mitos y temores. Y muchos aparecen cuando los padres tienen que contarle a ese hijo que fue concebido de manera “diferente”.
¿Cuándo hay que empezar a hablar? ¿Cómo explicarle de modo que pueda entender? ¿El nene rechazará a los papás cuando sepa que recurrieron a un tratamiento médico? ¿Lo tienen que saber en la escuela? “Hay que poner palabras desde que nace”, sostiene Silvia Jadur, psicóloga especializada en infancia que trabajó más de dos décadas en el hospital Gutiérrez, sobre la premisa que debe guiar las respuestas. Con su colega Constanza Duhalde, acaban de publicar una colección de cuentos –avalada por la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva– para explicarles a estos chicos cómo nacieron.
Las especialistas aseguran que la curiosidad es inherente a todos: “Son inquietudes naturales y en la medida en que hallan respuesta, les permiten comprender aspectos complejos de la vida y ubicarse en una historia familiar”. Por eso, los papás de chicos que nacieron por fertilización asistida, donación de óvulos o espermatozoides deben hablar con naturalidad. ¿Desde cuándo? “A partir de que comienzan a preguntar sobre el origen de la vida o el propio, antes o después de los cuatro años”, indica Japur.
Ambas afirman que los conflictos tienen más que ver con los padres que con los hijos. Y remarcan que el silencio y los secretos generan los problemas . “Disponerse a hablar con un niño sobre la historia de su concepción implica volver a conectarse con estos temas, a veces dolorosos, que tal vez se creían superados. Los sufrimientos, muchas veces, quedan escondidos profundamente. Esto hace que, para numerosas parejas, acercarse al tema no sea sencillo, que se dilate, que cueste encontrar el modo y el momento”, plantean en los cuadernillos para padres que acompañan a los cuentos de “Así fue como llegaste”.
Las autoras destacan que cada pareja es singular y no se puede generalizar. Esto es importante para decidir si “blanquean” la situación con los demás. “Algunas personas eligen abrir el tema, otros no. Depende de la historia de cada uno. El que tiene derecho a conocer cómo fue concebido es el niño”, concluye Japur.

clarin.com

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