Las adicciones han sido motivo de numerosos programas de televisión en todo el mundo. Los dependientes de la droga, la comida, el juego o el alcohol despertaron el interés tanto de los realizadores de documentales como de los guionistas de ficción. Pero ahora, VH1 va más lejos. La señal de cable se atreve con una adicción de la que mucho se ha hablado en los últimos tiempos, pero que aún no había tenido tratamiento en la TV: la adicción al sexo.
El ciclo, que se estrenó el jueves 21 a las 21 -y que se verá los siete jueves siguientes, en el mismo horario- lleva por título Sex Rehab , y es presentado como un “documento real” en el que el médico Drew Pinsky, “que lleva más de dos décadas ayudando a pacientes dependientes de las drogas y el alcohol”, en esta oportunidad será el encargado de “poner bajo la lupa las problemáticas que trae la adicción al sexo”.
La mecánica del ciclo responde a una mezcla de documental con los típicos condimentos del reality show. En concreto, ocho pacientes entran al Centro de Recuperación de Pasadena, donde deberán permanecer durante 21 días, para someterse a un tratamiento intensivo que consistirá en sesiones individuales y también grupales, a fin de llegar a la raíz del comportamiento compulsivo que los mantiene todo el día y todos los días pendientes del sexo.
Los adictos son Phil Varone, Jennifer Ketchum, James Lovett, Nicole Narain, Kendra Jade Rossi, Kari Ann Peniche, Duncan Roy y Amber Smith, quienes tendrán que acatar las reglas impuestas por el Dr. Drew, como llaman al médico que se ocupa de su tratamiento de rehabilitación. Entre otras conductas, les impondrá que eviten las actitudes seductoras y, por supuesto, que no mantengan relaciones sexuales durante la internación en el centro de tratamiento.
El perfil de los pacientes, como no podría haber sido de otro modo tratándose de un programa de televisión, tiene el atractivo de sus vidas previas: en el centro de rehabilitación conviven un baterista de rock, una bailarina de clubes nudistas, una estrella de películas porno, un apasionado por el surf y una bailarina de clubes nudistas, por dar sólo un puñado de ejemplos.
Tratándose de un tratamiento destinado a la televisación, los realizadores de Sex Rehab , y el propio médico, tienen bien claro que la pantalla chica demanda emoción, y, según deja adivinar el primer capítulo, están dispuestos a entregarlas en altas dosis. En el episodio del debut, Dr. Drew recibe en su consultorio a cada uno de los adictos que llegan al centro de rehabilitación y les hace un primer examen físico y psíquico.
En la conversación, comienza a aparecer la cadena de trastornos y dificultades que todos ellos han sufrido en distintas etapas de sus vidas. Desde el abuso sexual o emocional en la infancia a los desencantos amorosos en la adolescencia, pasando por crisis de diverso origen. Entretanto, las escenas de convivencia de los pacientes en su primer día de internación los muestra con cierto espíritu de estudiantina pero con mucho miedo a lo que les depararán los días de abstinencia sexual. El resto, está por verse.
clarin.com
El ciclo, que se estrenó el jueves 21 a las 21 -y que se verá los siete jueves siguientes, en el mismo horario- lleva por título Sex Rehab , y es presentado como un “documento real” en el que el médico Drew Pinsky, “que lleva más de dos décadas ayudando a pacientes dependientes de las drogas y el alcohol”, en esta oportunidad será el encargado de “poner bajo la lupa las problemáticas que trae la adicción al sexo”.
La mecánica del ciclo responde a una mezcla de documental con los típicos condimentos del reality show. En concreto, ocho pacientes entran al Centro de Recuperación de Pasadena, donde deberán permanecer durante 21 días, para someterse a un tratamiento intensivo que consistirá en sesiones individuales y también grupales, a fin de llegar a la raíz del comportamiento compulsivo que los mantiene todo el día y todos los días pendientes del sexo.
Los adictos son Phil Varone, Jennifer Ketchum, James Lovett, Nicole Narain, Kendra Jade Rossi, Kari Ann Peniche, Duncan Roy y Amber Smith, quienes tendrán que acatar las reglas impuestas por el Dr. Drew, como llaman al médico que se ocupa de su tratamiento de rehabilitación. Entre otras conductas, les impondrá que eviten las actitudes seductoras y, por supuesto, que no mantengan relaciones sexuales durante la internación en el centro de tratamiento.
El perfil de los pacientes, como no podría haber sido de otro modo tratándose de un programa de televisión, tiene el atractivo de sus vidas previas: en el centro de rehabilitación conviven un baterista de rock, una bailarina de clubes nudistas, una estrella de películas porno, un apasionado por el surf y una bailarina de clubes nudistas, por dar sólo un puñado de ejemplos.
Tratándose de un tratamiento destinado a la televisación, los realizadores de Sex Rehab , y el propio médico, tienen bien claro que la pantalla chica demanda emoción, y, según deja adivinar el primer capítulo, están dispuestos a entregarlas en altas dosis. En el episodio del debut, Dr. Drew recibe en su consultorio a cada uno de los adictos que llegan al centro de rehabilitación y les hace un primer examen físico y psíquico.
En la conversación, comienza a aparecer la cadena de trastornos y dificultades que todos ellos han sufrido en distintas etapas de sus vidas. Desde el abuso sexual o emocional en la infancia a los desencantos amorosos en la adolescencia, pasando por crisis de diverso origen. Entretanto, las escenas de convivencia de los pacientes en su primer día de internación los muestra con cierto espíritu de estudiantina pero con mucho miedo a lo que les depararán los días de abstinencia sexual. El resto, está por verse.
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