Además de un lucrativo negocio para algunos, la venta de fármacos falsificados por Internet se ha convertido en un importante problema de salud pública en todo el mundo. Para tratar de ponerle freno, Interpol ha lanzado una nueva campaña que, a través de la red, advierte a los internautas de los riesgos de adquirir medicamentos fuera de los establecimientos autorizados.
'No se convierta en su propio asesino' es el lema de esta iniciativa que recuerda que, aunque "pueda parecer más fácil, rápido y barato", esta práctica puede comportar importantes riesgos para la salud.
Esto se debe a que, a menudo, las imitaciones contienen una dosis errónea del principio activo que prometen o directamente una sustancia desarrollada con otro objetivo. "En ocasiones se han encontrado incluso sustancias altamente tóxicas, como veneno para ratas", remarca el organismo internacional en un comunicado.
"Es muy fácil que uno pueda ser engañado por un medicamento falsificado", continúa el documento. "Las pastillas parecen idénticas a las genuinas y, a veces, un test de laboratorio es la única forma de comprobar la diferencia", subraya. Por eso, no hay que fiarse de las ofertas de fármacos de dudoso origen que prometen facilidades de todo tipo para el paciente.
"El que un proveedor 'on line' oculte su dirección física es una señal de alerta de que sus productos pueden ser peligrosos. La Organización Mundial de la Salud estima que el 50% de las medicinas ofrecidas en este tipo de webs son falsas", señala Interpol.
Según este organismo, las imitaciones no sólo afectan a los fármacos para la disfunción eréctil o la pérdida de peso. "También puede darse en fármacos que salvan vidas, incluidos los que se utilizan para tratar el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y otros trastornos graves", indica.
Esta variedad de imitaciones es, precisamente, lo que intenta mostrar la campaña a través de varios vídeos de testimonios basados en casos reales.
Las historias de Cheryl –diabética después de tomar unas pastillas que no contenían lo que prometían– o de John –en coma por no haber consultado con su médico sus problemas de erección– tratan de hacer que el internauta se lo piense dos veces la próxima vez que vea una oferta de fármacos por Internet.
"La falsificación de fármacos es ahora un fenómeno global y todos los países están afectados", concluye Interpol. Según sus datos, aunque en los países desarrollados se estima que la imitación de medicamentos afecta al 1% de la oferta en el mercado, este porcentaje puede ascender hasta el 30% en áreas de Asia, África y América Latina.
elmundo.es
'No se convierta en su propio asesino' es el lema de esta iniciativa que recuerda que, aunque "pueda parecer más fácil, rápido y barato", esta práctica puede comportar importantes riesgos para la salud.
Esto se debe a que, a menudo, las imitaciones contienen una dosis errónea del principio activo que prometen o directamente una sustancia desarrollada con otro objetivo. "En ocasiones se han encontrado incluso sustancias altamente tóxicas, como veneno para ratas", remarca el organismo internacional en un comunicado.
"Es muy fácil que uno pueda ser engañado por un medicamento falsificado", continúa el documento. "Las pastillas parecen idénticas a las genuinas y, a veces, un test de laboratorio es la única forma de comprobar la diferencia", subraya. Por eso, no hay que fiarse de las ofertas de fármacos de dudoso origen que prometen facilidades de todo tipo para el paciente.
"El que un proveedor 'on line' oculte su dirección física es una señal de alerta de que sus productos pueden ser peligrosos. La Organización Mundial de la Salud estima que el 50% de las medicinas ofrecidas en este tipo de webs son falsas", señala Interpol.
Según este organismo, las imitaciones no sólo afectan a los fármacos para la disfunción eréctil o la pérdida de peso. "También puede darse en fármacos que salvan vidas, incluidos los que se utilizan para tratar el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y otros trastornos graves", indica.
Esta variedad de imitaciones es, precisamente, lo que intenta mostrar la campaña a través de varios vídeos de testimonios basados en casos reales.
Las historias de Cheryl –diabética después de tomar unas pastillas que no contenían lo que prometían– o de John –en coma por no haber consultado con su médico sus problemas de erección– tratan de hacer que el internauta se lo piense dos veces la próxima vez que vea una oferta de fármacos por Internet.
"La falsificación de fármacos es ahora un fenómeno global y todos los países están afectados", concluye Interpol. Según sus datos, aunque en los países desarrollados se estima que la imitación de medicamentos afecta al 1% de la oferta en el mercado, este porcentaje puede ascender hasta el 30% en áreas de Asia, África y América Latina.
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