El iPhone, la diversión favorita en los EE.UU.

En los Estados Unidos, así como los adultos tienen problemas para soltar sus iPhone, éste es ahora el juguete preferido de niños menores de tres años. Es un fenómeno que concita la atención y la preocupación de especialistas en desarrollo infantil. Precisamente, el diario The New York Times le dedicó una página al tema.
Señala que Apple, la empresa que ha diseñado y fabricado el iPhone, logró su éxito gracias a dispositivos tan simples e intuitivos que incluso los adultos menos hábiles son capaces de entender cómo funcionan, de manera que tiene sentido que los niños puedan operarlos. El modelo más reciente tiene 17 cm de altura, 9 de ancho y pesa alrededor de 150 g; es estilizado, pero no demasiado pequeño para niños que están desarrollando sus habilidades motrices. Si se toca una imagen en la pantalla, algo ocurre. "¿Qué puede ser más divertido que eso?", plantea el artículo.
Muchas aplicaciones disponibles en el mercado apuntan directamente a los niños en edad preescolar, y muchas de ellas están calificadas de "educativas", como Toddler Teasers: Shapes, que requieren que el niño trace un círculo o un cuadrado o un triángulo; y Pocket Zoo, que pasa videos en vivo de animales de todos los zoológicos del mundo, tarjetas didácticas que apuntan a enseñar a deletrear y a leer, y una aplicación que reproduce canciones infantiles populares en varios idiomas.
Tovah P. Klein, directora del Centro de Barnard College para el Desarrollo Infantil, de la Universidad de Columbia, siente preocupación por la posibilidad de que la fijación con la pantalla del iPhone cuando un niño está con sus padres limite su capacidad para experimentar el mundo en general. "A esa edad los niños son muy curiosos, y observan cada cosa. Pero si están concentrados en la pantalla no observan ni asimilan lo demás", dijo.
Jane M. Healy, psicóloga educacional de Vail, Colorado, dijo: "Cualquier padre que piense que un programa de lectoescritura es educativo a esa edad no sabe cómo crece el cerebro en edad preescolar. Lo que los chicos necesitan es movimiento corporal, la manipulación de toda clase de objetos y no una tecnología poco clara. No se aprende a leer alineando las letras de la palabra «gato». Se aprende entendiendo el lenguaje, escuchando. En este caso, el padre está ocupado haciendo algo y el chico está jugando con el dispositivo electrónico. ¿Dónde hay lenguaje? En ninguna parte".
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