En apenas dos meses, los automovilistas que circulen por la Ciudad deberán someterse a controles para saber si consumieron drogas. Mediante una licitación pública, el Gobierno porteño acaba de definir cómo serán esos controles. La oferta ganadora propone un test con saliva: es una tira reactiva, muy similar a la que se utiliza para el test de embarazo, que hay que mantener en la boca unos segundos y detecta una mínima presencia de algunas drogas ilegales, pero también de las legales, lo que promete generar más de una polémica.
Las drogas ilegales que detecta el dispositivo son marihuana, cocaína y metanfetaminas, como el éxtasis. El sistema es muy sencillo. La tira se coloca sobre la lengua hasta que aparece una marca de color rosa en el otro extremo. Luego, se somete a un reactivo y hay que esperar unos minutos para conocer el resultado. En la Dirección General de Seguridad Vial, a cargo de Pablo Martínez Carignano, aseguran que todo el procedimiento, que debutará en América Latina, no va a demorar más de cinco minutos (la publicidad oficial del dispositivo habla de entre 6 y 10).
El test también detecta la presencia de drogas de prescripción médica que afectan el sistema nervioso central como las benzodiacepinas, presente en medicamentos muy comunes como Rivotril, Clonagin o Alplax, entre otros. Y también opiáceos (los más comunes son la morfina o la codeína, que se puede encontrar en algunos jarabes).
Según le confirmó a Clarín el subsecretario de Seguridad, Matías Molinero, ya se hicieron los trámites de importación ante la ANMAT y los controles comenzarán a fines de junio. Antes, se llevará a cabo un seminario con fiscales, defensores, expertos en toxicología y miembros de la Policía de Australia, un país pionero en estos controles, para difundir los aspectos técnicos del sistema.
Cinco empresas extranjeras pugnaron para quedarse con la licitación, que quedó firme recién el viernes pasado, cuando venció el plazo para presentar impugnaciones. La ganadora es Confirm Biosciences, de Estados Unidos. En los próximos días llegará al país una primera tanda de 10.000 tests. A pesar del alto costo (unos US$ 20 cada uno), finalmente no se aplicará un dispositivo previo para medir la dilatación de la pupila, porque se determinó que no iba a significar un ahorro importante.
En la Ciudad remarcan que los nuevos controles, que se agregan a los de alcoholemia, son para prevenir accidentes viales. Atentos a futuras reacciones adversas, los funcionarios destacan los efectos que causan las drogas a la hora de manejar: dificultad en la coordinación, velocidad de reacción, visión nublada, distorsiones de espacio, tiempo y lugar, entre otros. Y además aseguran que la nueva modalidad de controles se enmarca perfectamente en el Código de Tránsito porteño, tanto para las drogas ilegales como para los tranquilizantes (ver La ley...)
"Esta medida se encuadra dentro de las políticas que se han implementado desde el plan de movilidad sustentable, uno de cuyos ejes es el control del tránsito y la seguridad vial", aseguró Molinero.
En un principio, se atacarán las "zonas calientes", donde haya gran concentración de boliches o restoranes. En los casos positivos, se aplicará una multa que va de $ 200 a $ 2.000 o 1 a 10 días de arresto, además del secuestro del auto.
A diferencia de los operativos de alcoholemia, donde se permite hasta 0,5 de alcohol en sangre, en los controles de drogas no habrá una concentración tolerada: la mera presencia de la sustancia impedirá que los conductores sigan manejando.
La ley justifica los controles
El capítulo 5.4 del Código de Tránsito de la Ciudad de Buenos Aires establece las "condiciones psicofísicas" que deben tener los conductores. Allí está la justificación para controlar si un automovilista tomó tranquilizantes, ya que se prohíbe "conducir con impedimentos físicos no contemplados en la licencia habilitante, o con alteraciones psíquicas o habiendo consumido o incorporado a su organismo, por cualquier método, sustancias que disminuyan la aptitud para conducir.
Concretamente se considera disminuida la aptitud para conducir cuando hay "somnolencia, fatiga o alteración de la coordinación motora, la atención o la percepción sensorial".
clarin.com
Las drogas ilegales que detecta el dispositivo son marihuana, cocaína y metanfetaminas, como el éxtasis. El sistema es muy sencillo. La tira se coloca sobre la lengua hasta que aparece una marca de color rosa en el otro extremo. Luego, se somete a un reactivo y hay que esperar unos minutos para conocer el resultado. En la Dirección General de Seguridad Vial, a cargo de Pablo Martínez Carignano, aseguran que todo el procedimiento, que debutará en América Latina, no va a demorar más de cinco minutos (la publicidad oficial del dispositivo habla de entre 6 y 10).
El test también detecta la presencia de drogas de prescripción médica que afectan el sistema nervioso central como las benzodiacepinas, presente en medicamentos muy comunes como Rivotril, Clonagin o Alplax, entre otros. Y también opiáceos (los más comunes son la morfina o la codeína, que se puede encontrar en algunos jarabes).
Según le confirmó a Clarín el subsecretario de Seguridad, Matías Molinero, ya se hicieron los trámites de importación ante la ANMAT y los controles comenzarán a fines de junio. Antes, se llevará a cabo un seminario con fiscales, defensores, expertos en toxicología y miembros de la Policía de Australia, un país pionero en estos controles, para difundir los aspectos técnicos del sistema.
Cinco empresas extranjeras pugnaron para quedarse con la licitación, que quedó firme recién el viernes pasado, cuando venció el plazo para presentar impugnaciones. La ganadora es Confirm Biosciences, de Estados Unidos. En los próximos días llegará al país una primera tanda de 10.000 tests. A pesar del alto costo (unos US$ 20 cada uno), finalmente no se aplicará un dispositivo previo para medir la dilatación de la pupila, porque se determinó que no iba a significar un ahorro importante.
En la Ciudad remarcan que los nuevos controles, que se agregan a los de alcoholemia, son para prevenir accidentes viales. Atentos a futuras reacciones adversas, los funcionarios destacan los efectos que causan las drogas a la hora de manejar: dificultad en la coordinación, velocidad de reacción, visión nublada, distorsiones de espacio, tiempo y lugar, entre otros. Y además aseguran que la nueva modalidad de controles se enmarca perfectamente en el Código de Tránsito porteño, tanto para las drogas ilegales como para los tranquilizantes (ver La ley...)
"Esta medida se encuadra dentro de las políticas que se han implementado desde el plan de movilidad sustentable, uno de cuyos ejes es el control del tránsito y la seguridad vial", aseguró Molinero.
En un principio, se atacarán las "zonas calientes", donde haya gran concentración de boliches o restoranes. En los casos positivos, se aplicará una multa que va de $ 200 a $ 2.000 o 1 a 10 días de arresto, además del secuestro del auto.
A diferencia de los operativos de alcoholemia, donde se permite hasta 0,5 de alcohol en sangre, en los controles de drogas no habrá una concentración tolerada: la mera presencia de la sustancia impedirá que los conductores sigan manejando.
La ley justifica los controles
El capítulo 5.4 del Código de Tránsito de la Ciudad de Buenos Aires establece las "condiciones psicofísicas" que deben tener los conductores. Allí está la justificación para controlar si un automovilista tomó tranquilizantes, ya que se prohíbe "conducir con impedimentos físicos no contemplados en la licencia habilitante, o con alteraciones psíquicas o habiendo consumido o incorporado a su organismo, por cualquier método, sustancias que disminuyan la aptitud para conducir.
Concretamente se considera disminuida la aptitud para conducir cuando hay "somnolencia, fatiga o alteración de la coordinación motora, la atención o la percepción sensorial".
clarin.com
1 comentario:
es tan ridicula las medidas que quiere tomar macri q ya nada me sorprende pero en este caso hay una discriminacion importante..En mi caso consumo rivotril desde los 18 años y estoy sin trabajo si dios quiere puedo llegar a tener un auto para por lo menos trabajar de remisero ahora pregunto si no voy a poder manejar macri me va a dar trabajo ?
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