lunes, 19 de abril de 2010

Caos aéreo en Europa

A las típicas excusas para faltar al trabajo de los lunes -el tráfico está imposible, me sentó mal la cena y estoy en el hospital con una intoxicación horrible, mi abuela está al borde de la muerte-, se ha sumado hoy una nueva que, de no ser cierta, sonaría increíble: no puedo volver a casa porque un volcán islandés no para de escupir ceniza. Desde el pasado jueves, según datos provisionales, 63.000 vuelos han sido cancelados y siete millones de pasajeros están tirados por el mundo intentado llegar a su lugar de destino, siete millones de personas que no están cumpliendo con sus compromisos laborales, familiares, vitales.
EL PAÍS está recibiendo multitud de testimonios a través de YO PERIODISTA. Berta cuenta, por ejemplo, que el día 17 cancelaron su vuelo de Las Vegas a Londres y se enteró del por qué gracias a su familia. Su compañía aérea, British Airways, la informó de la cancelación a través de un mail, pero tan sólo "dos horas antes de que saliera el vuelo". Esta viajera, que ha logrado cambiar el vuelo para el día 25, se queja de que las compañías recomiendan que se use la web para modificar la reserva "pero está colapsada, con lo cual vas al aeropuerto".
Vacaciones forzosas en Tailandia
Otro lector, Javier Gasquez, está atrapado en Tailandia pero "no todo iba a ser malo". Lleva "72 horas" de más en este país tras acabar sus vacaciones ya que su vuelo Bangkok-Londres fue cancelado. En su paso por el aeropuerto miraba con terror a los pasajeros "acostados" en todos los pasillos cuando se encontró que a él le llevaron a "un hotel de cinco estrellas". "Aquí continúo con todo pagado desde hace más de tres días, las vacaciones empezaron en ese momento, gracias Oman Air", sentencia con buen humor.
También están de vacaciones forzosas Teresa y Antonio Jan, un matrimonio de jubilados que, por culpa de este caos, se perderá el primer cumpleaños de su nieta. Debían volver hoy a Madrid desde Taipei, donde visitaban a la familia, vía Pekín, pero siguen en Taipei y, salvo que encuentren otra cosa, allí pasarán 19 días más, pagándolo todo de su bolsillo, claro. "Estamos desesperados, ahora tendríamos que estar en el avión y, en lugar de eso, pasaremos aquí 19 días más", se queja, aunque se considera afortunada porque los hay que lo están pasando peor. "Ninguna compañía vuela a Europa, está todo cancelado. Ahora estamos en un apartamento de alquiler y en lista de espera para volar el 8 de mayo, no es seguro. Yo he preguntado si no habría otra ruta para evitar la zona de Europa afectada por la nube pero no existe, me contestan que no hay", cuenta Teresa.
La gran mayoría entiende que son causas de fuerza mayor. Lo que no comprenden es la falta de información y la gestión de la crisis. José Manuel, que regresaba a Valencia desde Toronto, opina que hay "una nube más negra que la islandesa": "El funcionamiento de las líneas aéreas y la bajeza humana". Ester Vila, en un comentario titulado No puedo volver a casa, explica que el viernes por la tarde terminó el curso de una semana que impartía en Ciudad de México. "Mi vuelo de regreso a España con Lufthansa, vía Frankfurt, fue cancelado por la incierta situación creada por la nube de ceniza que desprende un volcán islandés. Hoy es domingo, nadie sabe cuándo se va a despejar la nube de ceniza y la compañía aérea me ofrece un vuelo para... el próximo sábado 24!!!", narra con espanto. En su caso, ni siquiera le devuelven el dinero porque ya utilizó "el viaje de ida a México". "El resto de compañías ofrece billetes a precios de viaje a la Luna para el martes o el miércoles y ni siquiera los confirman hasta que no se sepa cómo evoluciona la situación", añade.
Cuando no lo arregla "un taxi millonario"
Su necesidad de volver es imperiosa: "Tengo un hijo de dos años que me espera en casa y muchísimo trabajo pero no puedo salir de México". "Ni siquiera", se lamenta, "con un taxi millonario", en referencia a las noticias que circulan sobre carreras millonarias, como el que pagó más de 4.000 euros por dos carreras (dos personas en cada coche) de 2.300 kilómetros en taxi de Madrid hasta Berlín.
Isabel Chàfer, profesora de un instituto de Xàtiva, está junto a otra compañera "al frente de un grupo de 16 estudiantes de primero de bachillerato" que ha pasado una semana en Amsterdam con el proyecto Europe's got talent. Mañana tienen el viaje de regreso desde Amsterdam hasta Madrid y luego desde Madrid hacia Valencia que, se teme, "va a ser una odisea". Por lo pronto, el primer vuelo está cancelado. "Es un caos, los teléfonos de atención al cliente de la compañía Iberia están no disponibles desde las 23.00, por lo que no sabemos qué hacer: presentarnos en al aeropuerto, a qué hora...".
Desde el aeropuerto de Malpensa, donde se encuentra la redactora de EL PAÍS María José Díaz de Tuesta intentado volver a Madrid, hay historias de todo tipo. "Como una chica de Valencia, que lleva desde el sábado queriendo salir hacia su casa y Vueling le dice que le devuelve el dinero pero no le busca otro vuelo. Al final, su novio la lleva en coche hasta Valencia". Son más de 1.300 kilómetros de amor al volante. "Otra pareja de médicos de Bilbao ha visto cómo un regalo se ha convertido en pesadilla. Les habían invitado a pasar el fin de semana y ahora tienen que cancelar todas sus citas con pacientes de hoy". A las diez de la mañana se ha cerrado el aeropuerto y para mañana, en caso de que se reabra, que no parece, no queda ni un sólo vuelo hacia España, así que habrá que esperar por lo menos hasta el miércoles. "La gente -se celebra estos días la Feria del Diseño de Milán con 300.000 visitantes, más el partido de mañana Inter-Barça- se está organizando de manera privada como puede, alquila autobuses hacia Barcelona, los que pueden se pagan un taxi, son 2.000 euros Milán-Barcelona", añade Díaz de Tuesta.
No sólo se quedan tirados los pasajeros, también los que debían conducirles a casa. Desde Londres, un piloto de Iberia que prefiere no dar más datos cuenta que tenía que haber vuelto el viernes a los mandos de un Airbus con 134 pasajeros a bordo, pero de momento no sabe cuándo podrá salir. "Estamos a la espera de que se reanuden las operaciones parece que en dos días se soluciona todo", explica deseando regresar junto a su mujer, embarazada. Frente a las críticas de excesivo celo lanzadas por las compañías a los gobiernos europeos, sostiene: "Yo no soy partidario de volar, cualquier circunstancia que altere la programación de vuelo es motivo suficiente para no volar, la seguridad es lo primero".
En Facebook, de momento, no aparecen grupos de viajeros españoles tirados por el mundo, pero sí alguna que otra referencia humorística del tipo Volcanes de Islandia que deciden darlo todo y crear caos aéreo.

elpais.com

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