Trangresores, víctimas del racismo y la explotación, retornados a la tierra de sus ancestros. La definición de un indocumentado en Estados Unidos es múltiple y polifacética para los lectores de BBC Mundo.
Se calcula que son unos 400.000 indocumentados mexicanos que viven en el estado de Arizona y que ahora tendrán mayores dificultades para desplazarse y encontrar trabajo tras la ley que tipifica como delito la inmigración ilegal
Para muchos de nuestros lectores, la situación actual no puede dejar de vincularse a la historia.
Retorno a la tierra
Para Raúl Montoya, de Medellín, gran parte del sur de Estados Unidos constituía territorio mexicano: "Ellos invadieron México y México reaccionó tardíamente. Son, realmente, una minoría, como en Sudáfrica, y por eso recurren a leyes represoras y autoritarias".
Hugh se hace eco de estas palabras y responde, en inglés, desde Estados Unidos: "Vaya chiste. ¿Así que los latinos rompen la ley cuando regresan a la tierra de sus ancestros?".
Ésta es una de las tendencias dominantes en las opiniones de nuestros lectores: el indocumentado en Arizona es una especie de retornado a una tierra que nunca ha dejado de pertenecerle.
Transgresor
Hay quienes respaldan plenamente la nueva ley y declaran que la falta de papeles en territorio estadounidense es violación del estado de derecho. Jorge Durán, desde Miami, comenta: "Sólo hago una pregunta: ¿qué hace México con los inmigrantes cubanos y de otros países que llegan a su suelo? Un "ilegal" es una persona que violó la ley".
En una vena similar, y también desde Miami, escribe Leopoldo: "(La ley) protege el estado de derecho en Arizona. Imagínese que su casa se vea invadida por personas entre quienes hay algunas sin buenas intenciones".
Aumento del racismo
Muchos aseveran que la nueva ley convertirá al indocumentado en una víctima fácil del racismo, como opina Jorge Navojoa: "Cualquier oficial de policía va a poder detener a un ciudadano de raíces latinoamericanas, o hispanas, y pedirle toda la documentación que estime conveniente".
Desde San Juan, Argentina, Luis agrega una seña de identidad más para el indocumentado: su ser mano de obra anónima, barata y fundamental: "¿Quién hará los trabajos que los norteamericanos anglosajones no quieren hacer ni la gente de color tampoco?
"Si los ilegales van es porque se los necesita. Son mano de obra barata y mal pagada", escribe.
bbc.co.uk
Se calcula que son unos 400.000 indocumentados mexicanos que viven en el estado de Arizona y que ahora tendrán mayores dificultades para desplazarse y encontrar trabajo tras la ley que tipifica como delito la inmigración ilegal
Para muchos de nuestros lectores, la situación actual no puede dejar de vincularse a la historia.
Retorno a la tierra
Para Raúl Montoya, de Medellín, gran parte del sur de Estados Unidos constituía territorio mexicano: "Ellos invadieron México y México reaccionó tardíamente. Son, realmente, una minoría, como en Sudáfrica, y por eso recurren a leyes represoras y autoritarias".
Hugh se hace eco de estas palabras y responde, en inglés, desde Estados Unidos: "Vaya chiste. ¿Así que los latinos rompen la ley cuando regresan a la tierra de sus ancestros?".
Ésta es una de las tendencias dominantes en las opiniones de nuestros lectores: el indocumentado en Arizona es una especie de retornado a una tierra que nunca ha dejado de pertenecerle.
Transgresor
Hay quienes respaldan plenamente la nueva ley y declaran que la falta de papeles en territorio estadounidense es violación del estado de derecho. Jorge Durán, desde Miami, comenta: "Sólo hago una pregunta: ¿qué hace México con los inmigrantes cubanos y de otros países que llegan a su suelo? Un "ilegal" es una persona que violó la ley".
En una vena similar, y también desde Miami, escribe Leopoldo: "(La ley) protege el estado de derecho en Arizona. Imagínese que su casa se vea invadida por personas entre quienes hay algunas sin buenas intenciones".
Aumento del racismo
Muchos aseveran que la nueva ley convertirá al indocumentado en una víctima fácil del racismo, como opina Jorge Navojoa: "Cualquier oficial de policía va a poder detener a un ciudadano de raíces latinoamericanas, o hispanas, y pedirle toda la documentación que estime conveniente".
Desde San Juan, Argentina, Luis agrega una seña de identidad más para el indocumentado: su ser mano de obra anónima, barata y fundamental: "¿Quién hará los trabajos que los norteamericanos anglosajones no quieren hacer ni la gente de color tampoco?
"Si los ilegales van es porque se los necesita. Son mano de obra barata y mal pagada", escribe.
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