CRISTINA G. LUCIO
MADRID.- Mucho ha cambiado el planeta en los últimos 40 años. Además de los mapas políticos, sociológicos y culturales -que poco se parecen hoy a los que ilustraban 1970- también son bien diferentes las tasas de mortalidad en la edad adulta, según una reciente investigación realizada en 187 países.
Los datos globales muestran que, en estas cuatro décadas, la supervivencia ha mejorado: las estimaciones indican que las tasas de mortalidad han descendido un 19% en hombres y un 34% en mujeres de edades comprendidas entre los 15 y los 59 años. Pero, las disparidades entre las naciones son tan amplias, que dejan poco espacio a la generalización.
Australia (en ambos sexos) y Corea del Sur (sólo en mujeres) experimentaron el mayor descenso de la mortalidad en estos años. Sin embargo, en regiones como el Sur de África o la Europa del Este se ha observado un aumento significativo en la cifra.
Este incremento se debería, según las estimaciones, a la difusión de la epidemia de VIH y la agitación política y social que siguió a la caída de la URSS, si bien desde 2005, ha vuelto a registrarse un descenso progresivo.
Diferencias
Respecto a la mortalidad masculina, sólo tres países -Suecia, Noruega y Holanda- han permanecido en este periodo en la lista de las 10 naciones con un riesgo de mortalidad más bajo en la edad activa.
En 2010, varias regiones ocupaban estos puestos. Así, el norte de Europa, Escandinavia, la zona del Mediterráneo, Oriente Próximo y Australasia ostentaban primeras posiciones en cuento a bajas cifras de mortalidad masculina.
"Ha habido más consistencia en los países con el riesgo más bajo de mortalidad femenina", comentan los autores en las páginas de 'The Lancet'. "Grecia, Suecia, Suiza, España, Islandia, Italia y Chipre estaban en el 'top ten' en 1970 y allí permanecían en 2010", añaden.
Sólo unos pocos países han conseguido hacer bajar la mortalidad tanto masculina como femenina a un ritmo de más del 2% al año. Nuestro país, de hecho, está entre los que más lentamente -a menos del 1,5%- ha ido reduciendo la mortalidad masculina, junto a Estados Unidos y Noruega.
El 'escándalo de la ignorancia'
En el documento, estos científicos de la Universidad de Washington (EEUU), lamentan la falta de datos y de información adecuadamente registrada con la que se han encontrado para llevar a cabo su trabajo.
"La ausencia de una evaluación sistemática de las tendencias de la mortalidad adulta, especialmente en los países en desarrollo, ha dado como resultado un 'escándalo de la ignorancia'", apuntan estos científicos, quienes han desarrollado un método para realizar estimaciones del riesgo de morir antes de los 60 años que tiene una persona que ya ha cumplido los 15.
"La prevención de una muerte prematura es tan importante para las políticas sanitarias globales como mejorar la supervivencia infantil", añaden los investigadores, quienes denuncian una falta de atención global sobre este punto.
En un comentario que acompaña a este trabajo en la revista médica, Ai Koyanagi y Kenji Shibuya, del Departamento de Política Sanitaria Global de la Universidad de Tokio señalan que este análisis desafía las teorías comunes sobre las tendencias de mortalidad adulta, ya que "las variaciones contempladas en las tasas no pueden explicarse por completo apelando al desarrollo económico, la epidemia de VIH y la mortalidad infantil".
Por tanto, subraya, este trabajo ha de estimular "el debate sobre el papel de otros determinantes sociales, los sistemas de salud y las tecnologías médicas" sobre la mortalidad.
elmundo.es
MADRID.- Mucho ha cambiado el planeta en los últimos 40 años. Además de los mapas políticos, sociológicos y culturales -que poco se parecen hoy a los que ilustraban 1970- también son bien diferentes las tasas de mortalidad en la edad adulta, según una reciente investigación realizada en 187 países.
Los datos globales muestran que, en estas cuatro décadas, la supervivencia ha mejorado: las estimaciones indican que las tasas de mortalidad han descendido un 19% en hombres y un 34% en mujeres de edades comprendidas entre los 15 y los 59 años. Pero, las disparidades entre las naciones son tan amplias, que dejan poco espacio a la generalización.
Australia (en ambos sexos) y Corea del Sur (sólo en mujeres) experimentaron el mayor descenso de la mortalidad en estos años. Sin embargo, en regiones como el Sur de África o la Europa del Este se ha observado un aumento significativo en la cifra.
Este incremento se debería, según las estimaciones, a la difusión de la epidemia de VIH y la agitación política y social que siguió a la caída de la URSS, si bien desde 2005, ha vuelto a registrarse un descenso progresivo.
Diferencias
Respecto a la mortalidad masculina, sólo tres países -Suecia, Noruega y Holanda- han permanecido en este periodo en la lista de las 10 naciones con un riesgo de mortalidad más bajo en la edad activa.
En 2010, varias regiones ocupaban estos puestos. Así, el norte de Europa, Escandinavia, la zona del Mediterráneo, Oriente Próximo y Australasia ostentaban primeras posiciones en cuento a bajas cifras de mortalidad masculina.
"Ha habido más consistencia en los países con el riesgo más bajo de mortalidad femenina", comentan los autores en las páginas de 'The Lancet'. "Grecia, Suecia, Suiza, España, Islandia, Italia y Chipre estaban en el 'top ten' en 1970 y allí permanecían en 2010", añaden.
Sólo unos pocos países han conseguido hacer bajar la mortalidad tanto masculina como femenina a un ritmo de más del 2% al año. Nuestro país, de hecho, está entre los que más lentamente -a menos del 1,5%- ha ido reduciendo la mortalidad masculina, junto a Estados Unidos y Noruega.
El 'escándalo de la ignorancia'
En el documento, estos científicos de la Universidad de Washington (EEUU), lamentan la falta de datos y de información adecuadamente registrada con la que se han encontrado para llevar a cabo su trabajo.
"La ausencia de una evaluación sistemática de las tendencias de la mortalidad adulta, especialmente en los países en desarrollo, ha dado como resultado un 'escándalo de la ignorancia'", apuntan estos científicos, quienes han desarrollado un método para realizar estimaciones del riesgo de morir antes de los 60 años que tiene una persona que ya ha cumplido los 15.
"La prevención de una muerte prematura es tan importante para las políticas sanitarias globales como mejorar la supervivencia infantil", añaden los investigadores, quienes denuncian una falta de atención global sobre este punto.
En un comentario que acompaña a este trabajo en la revista médica, Ai Koyanagi y Kenji Shibuya, del Departamento de Política Sanitaria Global de la Universidad de Tokio señalan que este análisis desafía las teorías comunes sobre las tendencias de mortalidad adulta, ya que "las variaciones contempladas en las tasas no pueden explicarse por completo apelando al desarrollo económico, la epidemia de VIH y la mortalidad infantil".
Por tanto, subraya, este trabajo ha de estimular "el debate sobre el papel de otros determinantes sociales, los sistemas de salud y las tecnologías médicas" sobre la mortalidad.
elmundo.es
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