jueves, 12 de noviembre de 2009

Puede heredar a su esposo tras 29 años de haberse separado

Victoria Russo
LA NACION
Un juicio sucesorio abre una polémica que reconoce pocos antecedentes: la segunda familia constituida con su concubina por un hombre que luego murió debe compartir la mitad de la herencia con la primera esposa, de la que se había separado hacía 29 años.
La sentencia de primera instancia, dictada por el juez Alberto Primero Narváez, fue apelada por los hijos de la mujer con quien el hombre vivió durante sus últimos 27 años. Los demandantes sostienen que la fortuna en disputa fue forjada durante el concubinato y no mientras vivía con su primera esposa, de la que nunca llegó a divorciarse.
La historia se remonta a 1955. Ese año, el señor A.C. y la señora M.Z. contraen matrimonio. Como fruto de esa unión nacen dos hijos. Después de 15 años, el matrimonio se rompe y A.C. deja su casa conyugal. Ninguna de las dos partes inició el trámite legal por la separación.
Con posterioridad, A.C. conoce a S.F., con quien convivió 27 años y tuvo tres hijos. Durante ese tiempo, A.C., a pesar de su concubinato, le pasó dinero a M.Z. para su manutención. Lo hizo desde la separación de hecho hasta su muerte, en 1999. Es entonces cuando comienza el juicio sucesorio.
Los hijos que son fruto del concubinato reclaman que M.Z. no reciba el 50 por ciento de los bienes adquiridos durante la vida en común de sus padres.
Jorge Ricardo Videla es abogado patrocinante de los hijos de A.C. y S.F.
"El señor forjó toda su fortuna con la segunda mujer. La responsabilidad en la separación de hecho es compartida y entendemos que esa responsabilidad no influye sobre la participación en los bienes adquiridos luego de la separación de hecho", expresó Videla en su alegato. "Copartícipe"
"La doctrina y jurisprudencia han sostenido que la pasividad del cónyuge abandonado llega a convertirlo en un copartícipe del estado de separación de hecho", aseguró Videla y precisó: "M.Z. no debe participar como socia de la sociedad conyugal sobre esos bienes, ya que los presupuestos que justifican la ganancialidad se basan en la vida en común y en la colaboración mutua. Pretender participar de esos bienes constituye un claro abuso del derecho que no debe ser admitido y, además, de aceptarse su participación en los gananciales se estaría legitimando un enriquecimiento sin causa".
El artículo 1071 del Código Civil contempla el ejercicio abusivo de un derecho: "El ejercicio regular de un derecho propio o el cumplimiento de una obligación legal no puede constituir como ilícito ningún acto. La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos. Se considerará tal al que contraríe los fines que aquella tuvo en mira al reconocerlos o al que exceda los límites impuestos por la buena fe, la moral y las buenas costumbres".
El abogado especialista en derecho civil de familia, Alberto Gowland, dijo sobre el fallo: "Está demostrada la inocencia de la primera mujer. Por algún motivo, el hombre decidió no separarse y seguirle pasando la cuota alimentaria".
Gowland agregó: "Puede ser cierto que la primera mujer no compartió el esfuerzo conjunto en la adquisición de los bienes. Sin embargo, todo parece indicar que el señor quiso beneficiarla. La segunda puede ser partícipe de los bienes si también estuvieran a nombre de ella".
Gowland explicó que, en la actualidad, es muy simple iniciar un trámite de divorcio. "Las sentencias por mutuo acuerdo son muy rápidas. En este caso, el señor, como estaba separado hacía tanto tiempo, podría haber hecho cesar su matrimonio en alrededor de cuatro meses y así cortar con el vínculo hereditario de la primera mujer. Pero no lo prefirió así."
"Ley clara"
Enrique Collazo se retiró del Poder Judicial luego de 44 años de servicio.
Experto en derecho civil, Collazo opinó sobre el fallo: "La ley es muy clara. Mientras el vínculo no esté disuelto, siguen casados con todos los derechos que eso implica. El concubinato está mal visto. Si se desea realizar un acuerdo de bienes sin estar casados se tendría que hacer delante de un juez. No valen los acuerdos de otro tipo. Si no, pondríamos a la concubina por encima de la ley".
El ex secretario coincidió con Gowland en que "si el hombre hubiera querido divorciarse lo hubiese hecho, ya que los mecanismos y las herramientas para cesar un matrimonio en la actualidad son muy simples".

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