domingo, 25 de septiembre de 2011

Los argentinos le dedican más horas a la TV que al trabajo

UNA COSTUMBRE. EL TELEVISOR EN EL LIVING CONTINUA VIGENTE, A PESAR DE QUE CAMBIARON LAS FORMAS DE CONSUMIR CONTENIDOS CON LA LLEGADA DE NUEVOS DISPOSITIVOS TECNOLOGICOS.
La tele resiste a la revolución de Internet. Esa caja otrora tildada de “boba” y cada vez más parecida por sus dimensiones a un papel que a un cubo, mantiene la atención intacta. Pareciera que no hay soporte del siglo XXI que pueda combatirla y que para eso habrá que esperar alguna otra genialidad. Con sus mejoras tecnológicas, su capacidad de adaptación (HD, 3D y conexión a la Web) y su amplia oferta de canales, la tele es capaz de lograr que, todavía, el público pase horas como hipnotizado por su atracción audiovisual. Así las cosas, los argentinos le siguen dando mucho de su tiempo: según estadísticas privadas, le entregan la cuarta parte del día, seis horas diarias, como una religión.
Es casi el doble de la media a nivel mundial que, según la consultora Deloitte, es de 3 horas, 12 minutos.
“En la Argentina, ningún otro medio ni actividad está por encima del consumo televisivo. En cantidad de horas semanales (42), es incluso mayor que la cantidad de horas de trabajo de un asalariado en un empleo de ocho horas diarias (40 semanales)”, dice el informe, elaborado por el Consejo Latinoamericano de Publicidad en TV Paga (LAMAC), en base a información de la consultora Ibope, la empresa que se encarga de medir el rating y el consumo televisivo en el país.
De acuerdo con el informe, la televisión sigue siendo el medio de comunicación elegido por la mayoría de la gente.
En la pregunta sobre actividades diarias, el tópico “Ver TV” ocupa el 37% de la torta, detrás de “Comer, trabajar y comprar” (54%) y por delante de “Escuchar radio” (5%), “Navegar en la web” (2%) y “Leer” (2%).
“El tiempo en horas de consumo televisivo diario siempre ha sido muy alto en la Argentina, mucho más que en otros mercados del mundo; aunque es un fenómeno general de América Latina. Los resultados (del informe) van a contramano del prejuicio generalizado de que a partir de las nuevas plataformas tecnológicas, el consumo de televisión cae. El consumo no está retrocediendo en cantidad de horas: todos los años vemos un poquito más”, explicó a Clarín Valeria Beola, gerente de LAMAC Argentina.
Según confirma Beola, al menos desde el año 2005, se detecta este nivel de consumo televisivo, que fue variando entre cinco y seis horas cada año. El tiempo dedicado por las personas a ver TV, en día promedio, aumentó justamente en lo que va de 2011 un 2% respecto del promedio de 2010 y llegó así a las seis horas diarias.
“Hace muchos años que ya se hablaba de cinco horas de consumo diario. Desde la época de la masificación del cable, a principios de los ‘90”, sostiene Beola.
Sin embargo, un consultor que prefirió hablar off the record , con experiencia en el mercado televisivo, explica a este diario: “El rango habitual de consumo de televisión en el mundo se ubica entre las 3 y 4 horas promedio diarias. Seis parece una barbaridad, es un número muy alto. La TV de aire viene bajando desde 2004 hasta acá año a año. Y el cable crece un poco, pero no alcanza a compensar: Entonces la TV en general baja”.
El informe también refleja el crecimiento de la TV paga: específicamente hablando de TV paga, el incremento entre 2010 y este año fue del doble, es decir un 4%, alcanzando poco más de tres horas de “visionado” promedio diario.
El informe también da cuenta que escuchar radio apenas consume el 4% del tiempo: menos de una hora por día. A pesar de lo que se cree, los números que reflejan el tiempo ocupado por los argentinos consultados en usar Internet y leer diarios y revistas sorprende: 1% en cada caso, es decir, unos 25 minutos por día.
“Se contrapone con el prejuicio de que se cree que todo el mundo está conectado a Internet”, aclara Beola. “El 99% de los argentinos tiene televisión y apenas la mitad, conexión a la Web. La tendencia de conexión a Internet, de todos modos, va en alza”, detalla.
Claro que la TV no se ha quedado quieta mientras el tsunami de Internet crece y acecha por los cuatro costados. En estos años, al crecimiento de cantidad de canales se agregaron la emisión de señal en alta definición (el famoso HD) y digital. Conforme a este cambio también aparecen aparatos modernos como los LCD y LED, que ya transmiten en 3D y ofrecen conexión a Internet. “Se han ido agregando servicios que mejoran la imagen y el sonido, y además podés interactuar: grabar, detener la imagen y más. La experiencia televisiva en sí se vuelve más interesante”, dice Beola.
Por eso, pese al empuje de los nuevos y modernos medios online, la televisión seguirá siendo el medio de comunicación con más “convocatoria” entre los usuarios en lo que queda del año. Según estimaciones de la empresa de investigación de mercados Deloitte, el consumo televisivo mundial tenía previsto aumentar en 140.000 millones de horas a lo largo de 2011. Además, el negocio de las grandes cadenas de TV del mundo proyecta crecer 10 mil millones de dólares.

El país es líder en la región en cantidad de hogares con cable

Casi el 80% de los argentinos que ve televisión (el 99% tiene un aparato) paga algún servicio de cable para ver más canales. De hecho, en el país se ve televisión paga la misma cantidad de horas diarias que lo que se ve televisión en general (abierta, cable y satelital) en el resto del mundo. “Argentina es un país muy particular, siempre fue vanguardia en TV paga y fue el primer país que se masificó en este negocio en toda América Latina”, explican desde LAMAC, el Consejo Latinoamericano de Publicidad en TVPaga.
Según un informe de Ibope de julio de este año, la TV paga concentra un 72% de audiencia, e Internet y la radio FM un 52%.
Las ciudades donde más se consume TV paga, según LAMAC, son el Area Metropolitana de Buenos Aires, Rosario, Córdoba y Mendoza. Y tiene un alcance en todos los niveles socioeconómicos: 86% en el ato, 82% en el medio y 73% en el bajo. Las amas de casa son las reinas del control remoto: según el informe, la mitad de ellas mira tele paga.
“Los argentinos tenemos una oferta muy variada en este tipo de televisión; es un hábito instalado hace mucho tiempo. En 2002 observamos que la penetración de TV paga bajó porque muchos hogares cortaron el gasto, pero se recompuso en meses. Fue el primer medio que se recuperó al nivel anterior de la crisis. Es un gasto, pero es chico en el contexto de una familia”, explica Valeria Beola, gerente de LAMAC.
Argentina, junto a Colombia, son los dos países de la región que se destacan con mayor porcentaje de hogares o personas con acceso a la televisión paga: 78,4% y 77,7%, respectivamente. En cantidad de personas, se traduce en alrededor de 8 millones. Casi tantas como Brasil (10 millones) pero con menos de una cuarta parte de cantidad de habitantes (40 millones contra 190 millones).
Las perspectivas en este punto también son alentadoras para los operadores de televisión paga en la Argentina: según estima la consultora Dataxis de aquí a 2016 el consumo de televisión paga seguirá creciendo hasta alcanzar el 87% de los televidentes, elevando el récord que ostenta nuestro país.

Cómo se modificó el acto de ver TV

Ya no es la pantalla chica ni mucho menos la caja boba. Ni siquiera hace falta estar sentado para llevar adelante el acto físico de consumir televisión. Las tabletas, los smartphones y desde luego las computadoras se fueron desarrollando como nuevos dispositivos para acceder a la señales de aire y cable, y aquella costumbre de tirarse en el sillón en familia para ver un determinado programa se ha convertido, definitivamente, en una postal de otra época.
La señal de TV saltó primero desde el aparato tradicional a las computadoras de escritorio y luego a las portátiles. Pero la revolución se viene dando con los teléfonos móviles inteligentes (smartphones) y tabletas como el cada vez más popular iPad.
A comienzos del año pasado, LG y Samsung presentaron en el mercado nuevos prototipos de teléfonos móviles con sintonizador de TV. El funcionamiento es sumamente sencillo: un botón en el frente o un acceso directo en la pantalla de inicio. La mecánica: un clic, dos segundos para encontrar la señal y a disfrutar si hay buena receptividad de señal. Cuando la señal es mala, la imagen se congela y se degrada.
Para ver televisión en el iPad, por ejemplo, se venden sintonizadores externos con antena que se conectan al puerto USB y permiten recibir mejor señal de televisión y radio terrestres.
Pero el aparato tradicional resiste. La penetración de televisores HD está creciendo globalmente debido a que los equipos son cada vez más baratos y la disponibilidad de canales es cada vez mayor. Así lo señala un reporte de Informa Telecoms & Media. Según el Global HDTV Forecasts to 2016: 6th edition , sólo 3% de los hogares de todo el mundo tenía un televisor HD en 2005. Se espera que unos 34 millones de hogares se añadan al HD en 2011, sumando un total de 131 millones. Y se estima que este número crezca a más del triple en 2016.
La gran apuesta –para un futuro no lejano, de hecho ya se experimenta con los primeros desarrollos– es la TV por Internet o lo que se conoce también como “televisión inteligente”. Es la gran obsesión de los gigantes globales de la tecnología –Google, Apple y Microsoft– y consiste en la creación de televisores donde todo confluye, desde los cinco canales de aire, hasta las grilla de TV paga y por supuesto Internet.

El aparato resiste en el living a pesar de sus competidores

Si bien hoy ya en la mayoría de las casas de los argentinos hay más de un televisor, el que nunca falta es el del living. Es que además de ser una realidad, es la máxima simbología de lo que significa la televisión para los argentinos. Está donde todos siempre están; está por donde todos pasan; en el corazón de las casas. A pesar de la gran cantidad de nuevos competidores (celulares, computadoras, consolas de juego, etc...) y de la diversificación de las audiencias, la televisión sigue reteniendo para sí la mayor cantidad de tiempo de los argentinos y en consecuencia ese rol protagónico que supo ganarse desde su novedoso desembarco hace 45 años. Casi como una prematura red social, la tele incluye a toda la sociedad, aunque de manera pasiva. Todas las clases sociales de todas las edades encuentran allí algún contenido para ellos resultando así su mejor medio para la distracción, el entretenimiento, la información o simplemente, la compañía.
Es que todo lo que pasa en el país, pasa de alguna manera por la televisión: cuando sucede un hecho trágico, cuando hay un gran evento deportivo, cuando votamos y también con las cosas que la misma tele “aporta” al debate social y cotidiano: humor, chisme o historias de amor que terminan convirtiéndose en tema de charla de cualquier reunión. La tele lo cruza todo. Como industria, ha hecho méritos para lograr instalarse allí. En las últimas dos décadas la oferta se ha multiplicado y de los 4 o 5 canales que teníamos, hemos llegado a tener una oferta casi interminable (de 80 a 600 canales distintos). Con un menú 24 horas de Noticias, deportes, entretenimiento, cine, novelas, cultura o infantil, es muy difícil que alguien con ganas de hacer zapping no se sienta adentro de la caja de ninguna manera boba.
clarin.com

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