¿El pasado se puede cambiar? "Sí, porque para el psiquismo no hay tiempo -responde la psicóloga y psicodramatista María Cristina Florez de Martinez Bouquet-. Revivir el pasado permite corregir sus huellas traumáticas, a través de una experiencia emocionalmente sanadora."
¿Cómo recuperar entonces el pasado para transformarlo? Un camino es la respiración holotrópica que -escoltada por una música evocativa y guiada por terapeutas- estimula el ingreso en un universo ajeno a la lógica y a las coordenadas espaciales y temporales de la física newtoniana.
La experiencia permite alcanzar estadios tempranos del desarrollo, revivir la experiencia inicial del propio nacimiento, recuperar el impacto de experiencias infantiles con poder traumático y bucear las raíces emocionales de una enfermedad psicosomática.
El modelo teórico fue creado por Stanislav Grof, un psiquiatra checo que en la década del 60 participó de los movimientos de inclusión de dimensiones transpersonales que nacieron en la costa oeste de Estados Unidos. Allí estudió los estados no ordinarios de conciencia provocados por el LSD y más tarde creó la técnica de la respiración holotrópica, que evolucionó desde la hiperventilación inicial hasta la actual respiración rápida, profunda y potencialmente terapéutica si se realiza bajo supervisión, tal como aparece en su libro reciente, que resume 40 años de recorrido.
Cómo es una sesión
Una sesión de respiración holotrópica es una vivencia impactante y dramática, que exige compromiso emocional. Hay que poner el cuerpo. En general se realiza en grupo: recostado, cada uno de los participantes empieza a respirar profunda, metódica, rítmicamente. Acompaña una música visceral, primitiva. En unos minutos el cuerpo adopta posturas regresivas. A veces llega a la posición fetal. Algunos lloran. Otros se ríen. O sencillamente quedan inmovilizados, perplejos. Están viendo algo impactante. En general, escenas biográficas de los primeros años de vida o del mismo proceso de nacimiento.
"Aunque la medicina tradicional rechaza la posibilidad de que el niño tenga la capacidad de registrar en su memoria las experiencias que rodean a su nacimiento, los recuerdos de las experiencias perinatales permanecen realmente almacenados en nuestro psiquismo. Las personas que reviven la experiencia de su nacimiento también suelen recrear exactamente con la postura y los movimientos de su cuerpo, la mecánica de su propio parto biológico", dice Grof en su libro La Mente Holotrópica .
Juan, un profesional que participa en un taller de respiración holotrópica realizado en Aluminé, es el primero en comenzar una secuencia de movimientos violentos que lo sacuden apenas iniciada la experiencia. Tras unos minutos de quietud, recomienza la lucha. Con gestos de dolor, empuja con una fuerza contenida por cuatro personas que se reúnen a su alrededor. Al finalizar, agotado, relata:
"A poco de empezar con la respiración, sentí la necesidad de moverme, pero no encontraba nada donde hacer pie. Era como si estuviera adentro de una ameba o de un agua viva gigante, y por más que empujara con manos o con pies, la sensación de aprisionamiento era muy fuerte, no podía salir de adentro de esa masa traslúcida que me envolvía. Poco a poco me fue ganando la desesperación de no poder salir y el esfuerzo físico me agotó; me quedé quieto, ganado por un profundo desánimo y cierta resignación, intentando respirar forzadamente otra vez hasta que junté fuerzas nuevamente. Volví entonces a moverme, muy desorientado por no encontrar lugar por donde salir. No tengo conciencia cómo y en qué forma, pero en un momento sentí mayor libertad en los pies para moverlos, o quizás apoyarme, y sentí mayor libertad para respirar un aire que me pareció muy fresco, y me quedé quieto nuevamente, creo que boca abajo, muy agotado por el esfuerzo físico y con mucho cansancio en brazos y piernas."
Mellizo univitelino, nació después que su hermano gemelo, con doble circular de cordón y en posición invertida. La lucha por nacer fue lo que apareció durante la respiración. Y una dificultad por aclarar situaciones existenciales en las que suele quedar "enrollado" como marca emocional de nacimiento que deberá superar.
O "rectificar", como dice María Cristina Florez, quien como bioenergetista asegura que la forma en que cada uno atravesó su proceso de nacimiento dejó una marca de carácter. Revertir esta constelación exige un trabajo de metabolización. Una de las herramientas posibles para integrar la experiencia es el trabajo psicodramático. En el grupo del que Juan participó, el ejercicio consistió en revivir las fases del nacimiento: volver a ser un bebe en tránsito desde la plácida -o no- vida intrauterina hasta la inauguración de la vida extrauterina. La experiencia revoluciona todo el andamiaje psicoemocional y existencial.
"La respiración holotrópica rompe las barreras que conectan con otras dimensiones, tal como sucede durante el momento de entrada en el sueño, cuando se abre la puerta a percepciones de mayores dimensiones. Estos niveles dimensionales son múltiples y van desde la racionalidad consciente hasta la experiencia mística a la que también se accede mediante la meditación contemplativa", comenta el doctor Carlos Martínez Bouquet, médico psicoanalista, pionero de la psicología transpersonal en el país y director de Aluminé.
Los estados de conciencia a los que conduce la respiración holotrópica pueden incluir imágenes transgeneracionales y de esta dimensión espiritual; en este sentido implican el despertar hacia una conciencia trascendente. Curiosamente, la espiritualidad sesentista hoy es moda, como quedó demostrado en el Congreso Mundial de Psiquiatría que se realizó esta semana en Buenos Aires: las conferencias sobre espiritualidad convocaron a tantos participantes que muchos debieron abandonar el auditorio por falta de espacio.
lanacion.com
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