Si de chicos nuestros padres nos enseñaron que con la comida no se juega, hay adultos que no aprendieron esta lección. De la mano de los ingleses y norteamericanos se extiende una nueva práctica sexual: el Splosh, uno de los fetiches más raros que consiste en el deseo de derramar comida en el cuerpo con una clara intención erótica. Sus seguidores fantasean con cubrir de pies a cabeza a sus parejas con alimentos pegajosos como el chocolate o la miel, aunque también hay quienes lo practican con spaghetti, guisos y puré.
Utilizada originalmente en las historietas, splosh es la onomatopeya que representa el sonido de una torta al estamparse en la cara. El término fue recién asociado al fetiche en 1989 cuando el británico Bill Shipton lo introdujo en una revista erótica a la que llamó “Splosh!”, dedicada a las personas que sentían placer al embarrarse.
Gracias a Internet, el sploshing gana cada día más adeptos. Hoy existen miles de páginas web que convocan a sus fanáticos y organizan las Sploshing Party, unas fiestas temáticas donde los presentes se arrojan todo tipo de sustancias pegajosas, con altas probabilidades de terminar en la cama.
msn.com
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